La Justicia confirmó el procesamiento al financista Ernesto Clarens, en línea con lo que había determinado el juez federal Julián Ercolini el noviembre pasado al considerarlo el máximo responsable de una estructura delictiva montada para lavar más de $504 millones derivados de la corrupción en la obra pública durante el kirchnerismo.
Pese a su bajo perfil, fue una pieza clave en la recaudación de sobornos en la obra pública. Este financista -un hombre de confianza de los Kirchner desde que comenzaron su trayectoria política en Santa Cruz hace décadas- era quien se encargaba de proveer los billetes que conformaban la operatoria financiera de la familia.