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En hospitales porteños quieren reducir las cesáreas innecesarias

Un proyecto de investigación patrocinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que busca diseñar y evaluar intervenciones no clínicas para reducir las cesáreas innecesarias comenzó a ser implementado este mes en ocho hospitales públicos de la ciudad de Buenos Aires y se espera que la experiencia pueda ser replicada en otras instituciones sanitarias del país. La iniciativa incluye auditorías de las cirugías y una campaña de información para las personas gestantes, en tanto que se designará a un líder de opinión dentro de los profesionales de la salud. 

El proyecto denominado QUALIDEC (Uso adecuado de la cesárea mediante la toma de decisiones de calidad por parte de mujeres y profesionales de la salud, por su sigla en inglés) ya es aplicada también en hospitales y clínicas de Tailandia, Burkina Faso y Vietnam.

«Venimos trabajando en la implementación de este estudio desde hace dos años en los 8 hospitales seleccionados en cada país, fuimos entrenando a la gente con capacitaciones y a partir del 1 de julio lo pusimos en marcha en Ciudad de Buenos Aires y viene siendo una experiencia exitosa y la gente es muy entusiasta y respetuosa«, señaló a Télam el titular del Centro Rosarino de Estudios Perinatales (CREP), Guillermo Carroli, a cargo del estudio que diseña estrategias para reducir cesáreas innecesarias.

El estudio está cofinanciado por el programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea y un programa de desarrollo y formación ejecutado por el Departamento de Investigación y Salud Sexual y Reproductiva de la OMS. Los hospitales públicos porteños donde comenzó a aplicarse la investigación QUALIDEC son Argerich, Maternidad Sardá, Fernández, Álvarez, Santojanni, Ramos Mejía, Piñeiro y Vélez Sarsfield y se espera pueda ser una experiencia replicada en otros hospitales y clínicas del país.

En Argentina, la incidencia de cesáreas en hospitales públicos se encuentra cerca de un 35 por ciento, según las últimas estadísticas oficiales de 2017, una tasa superior al 15 por ciento recomendado por la Organización Mundial de la Salud.

«Después de dos años de implementación de las herramientas y de ir cada tres meses a auditar el proceso, hacemos una evaluación y vemos si esas intervenciones impactaron en las tasas de cesáreas, en la satisfacción de personas gestantes y cómo impacta en el aspecto económico y luego dejamos su implementación libremente, sin supervisión, durante otro año más», sostuvo Carroli.

La estrategia QUALIDEC propone una intervención no clínica dirigida simultáneamente a los médicos, las personas gestantes, sus acompañantes y las instituciones sanitarias para reducir la práctica de cesáreas no justificadas médicamente.

Se apunta a darles «herramientas prácticas que les orienten en la elección del modo de parto más adecuado, combinando cuatro intervenciones de seguridad y efectividad comprobada», explicó el coordinador de CREP.

Concretamente, se les aporta un cuadernillo informativo comunicacional para las personas embarazadas sobre los beneficios y perjuicios del parto por cesáreas y el vaginal y sobre la función del acompañante como vínculo entre profesionales y parturienta.

«El objetivo es optimizar la atención de las mujeres durante el parto, que esté acompañada y que sirva para empoderar a las mujeres con información y puedan decidir sobre las formas de nacimiento. Las destinatarias de esto son las personas gestantes y sobre todo las más vulnerables», remarcó.

Otra iniciativa en el marco del estudio consiste en auditar las cesáreas en grupos de bajo riesgo y retroalimentar esa información a los equipos de salud, además de consensuar un líder de opinión que fomente el uso de algoritmos clínicos de manejo informados por la evidencia científica.

Para adaptar el estudio al contexto local, en el proyecto se recomienda tener en cuenta la información de la organización y características de las instituciones. Al mismo tiempo, se llama a considerar «las percepciones y preferencias sobre el modo de parir de mujeres y profesionales de la salud» y se advierte que la capacitación de los líderes de opinión y de los recolectores de datos «debe ser integral y se les debe ofrecer un apoyo continuo».

También se propone, como una buena estrategia para legitimar el comité de auditoría, «invitar a todos los profesionales de la salud que deseen participar del proceso», quienes «no son estáticos y varían los roles, además de ser formativo y no punitivo».

«Una vez establecido el espacio de auditoría, esperamos que pueda ofrecer un espacio de reflexión crítica y retroalimentación para profesionales de la salud», precisa el documento. En Argentina, la investigación formativa se llevó a cabo en dos fases.

En la primera, se utilizó un diseño de método mixto que combinaba técnicas de recolección y análisis de datos y, en ese marco, se realizó una encuesta para recolectar información sobre las características de los hospitales participantes y una encuesta a los profesionales de la salud. También se incluyeron entrevistas semiestructuradas aplicadas a mujeres postparto y a informantes claves.

La segunda fase de la investigación formativa tuvo un objetivo complementario destinado a realizar los ajustes necesarios para implementar las intervenciones del estudio en los hospitales participantes.

Según datos de la investigación, Sudamérica y el Caribe presentan algunas de las tasas de cesárea más altas del mundo y muestran una fuerte aceleración en su aumento. En Argentina, la tasa nacional promedio de cesáreas en instituciones del sector público «aumentó un 23% entre 2010 y 2017», indicó el documento.

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