Categorías
Noticias Policiales

Santiago del Estero. Un policía mató a un joven de un tiro frente a su casa

Una madrugada de locura terminó ayer con un chico de 19 años asesinado por un funcionario policial en el Bº Siglo XXI, en medio de un violento enfrentamiento entre un grupo de jóvenes y el policía que estaba “de juntada” en su casa con otros tres efectivos.

Era un ex cadete policial, dado de baja por problemas de salud.

El agente detenido es David Enrique Arévalo, de 28 años, con prestación de servicios en la Privada de la Subjefatura. Alquilaba una casa de manzana 42, Lote 15.

Uno de los protagonistas relató que antes de las 6 “volvimos de una fiesta. Éramos como 20. Pasamos por frente de la casa de Arévalo. Lo conocía de vista porque él alquila aquí”, precisó. Añadió que en el inmueble “había varios policías reunidos”.

El testigo habló “de cuatro varones y una mujer”.

Sin embargo, la investigación sostiene que eran cuatro: dos hombres y dos mujeres.

Y que resta averiguar si antes de la hora en que sucedieron los hechos, hubo más policías en la reunión.

El paso que uno de los jóvenes cruzó insultos mutuos con Arévalo, pero en ese momento no pasó más allá de agravios verbales. Los muchachos caminaron casi 40 metros y se detuvieron en una plaza, en intersección con calle Nicolino Locche.

“Cuando nos dispersamos y Barraza ya se había ido, apareció Arévalo. Desde frente de una carnicería empezó a gritarnos: ¡Vengan, hdp! Háganse ¡los malos ahora!”, subrayó el adolescente testigo.

Entre 8 y 10 jóvenes corrieron hacia la vivienda de Arévalo. Rompieron el cordón de la vereda frente a una carnicería y se aprovisionaron de cascotes, siempre según la versión de los propios testigos. Diez segundos después, los jóvenes convirtieron la casa del funcionario en blanco de una “lluvia” de proyectiles. Desde adentro, Arévalo se habría armado con un rifle de aire comprimido.

Trascendió que el agente abrió fuego, y que entonces los adolescentes no habrían retrocedido. Arévalo habría recogido entonces su arma reglamentaria. Ya en ese instante, Barraza había regresado y formaba parte del grupo, ya que un amigo le había enviado un mensaje por whatsapp, pidiéndole que pasara a buscarlo. Ya con su pistola 9 mm, Arévalo habría abierto fuego.

Barraza se precipitó en la calle, frente a la carnicería, en un charco de sangre. Luego, la locura de las agresiones cesó y los amigos se acercaron a socorrer a Barraza.

Los gritos dieron paso a escenas de desesperación. Con Arévalo encerrado, afuera los adolescentes que imploraban ayuda y una jovencita abrazaba a la víctima suplicándole: “Despertate, Jesús…”. Cuando las luces del sol anunciaron un nuevo día, una treintena de adolescentes se abrazó en un llanto de dolor. Las redes sociales se inundaron de lamentos y de incredulidad, mientras se profundizaba el trabajo de la fiscal Celia Mussi, presente en el lugar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *