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¿Moda o estafa?: Vender caro la ropa rota

La ropa rota, vieja o en mal estado por la que se piden grandes sumas de dinero se han convertido en un fenómeno que causa asombro e indignación. Jeans viejos que son vendidos en subastas o zapatillas rotas que se lanzan al mercado como «piezas exclusivas» dejan en shock a quienes se preguntan por qué pagar sumas inéditas por prendas que en definitiva son iguales o peores que las que cualquier tiene en su armario e, incluso, en al lista de «para tirar». 

Hace poco, unos jeans Levi’s de  los 80, encontrados llenos de polvo y manchas en una mina abandonada, se subastaron en un pueblo de Nuevo México por más de 87.000 dólares. Sus compradores afirmaron que «estaban muy bien conservador» y en “fantásticas condiciones de uso”, pero el experto en jeans vintage Brit Eaton, quien los encontró decidió subastarlo, declaró que en realidad “los jeans vintage promedio valen alrededor de 100 dólares» y que el precio que pagó por los encontrados fue enorme porque “no tenía la intención de venderlo”. E, igualmente, aclaró que no lo sorprendió que se vendieran ya que, insiste, se trata de una pieza antigua, de una marca icónica, y que tiene una particularidad: en el bolsillo interior está impresa la frase «El único tipo fabricado por mano de obra blanca».

Levi´s

“Levi´s es una marca icónica en lo que se refiere a jeans, y ese, puntualmente, tiene una historia. Siempre va a haber un mercado interesado en eso”, explicó a NOTICIAS Angie Chevallier, diseñadora de modas y ex co-fundadora de Ay Not Dead. Una mirada que va en línea con la idea de los compradores, Kyle Hautner y Zip Stevenson, que afirmaron que podían ofrecerlos a un comprador interesado o quizá exhibirlos en un museo.

Pero no todos en el mundo de la moda opinan igual. “Es sorprendente que se subasten jeans a tan alto costo, por más que estén en buena calidad. Generalmente estas prendas son de costos altos cuando son de alguna celebrity que ya no está. Además un jean, por más resistente que sea, no es algo que tenga un valor que pueda durar mucho más tiempo, salvo que no sea usado. No es como un auto de colección o una joya que siempre va a mantener un valor. Creo que esto lo generó una mente brillante para hacer un negocio de la nada”, opinó la reconocida diseñadora Patricia Profumo.

Por su parte, Benito Fernández explicó: “Creo que la ropa siempre expresa lo que nos pasa. En la pandemia lo primero que hicimos, al mes, fueron barbijos. Las marcas de super lujo están sacando cosas ‘rotas’, más accesibles, que puedan llegar a mayor cantidad de gente. Hay una problemática con el lujo, la manera de ver el lujo cambió, lo que antes no parecía lujoso hoy ya no. Es una manera de llegar a más gente y después vender cosas más accesibles”. Una manera de ver del diseñador que cambia rotundamente cuando se lo consulta por el tema de la venta de prendas rotas a cifras exhorbitantes. «Es una cuestión de marketing”, afirmó. 

Golden Goose
LA MARCA GOLDEN GOOSE LLEGÓ A LANZAR UNAS ZAPATILLAS DESTRUIDAS A UN VALOR DE 1.700 EUROS.

Chevallier insiste en que, más allá del marketing de alto impacto, estos productos (prendas rotas) llegan en momentos en que «la gente los quiere y los busca”. “Estamos en este momento de volver a lo natural, al origen, en lugar de lo plástico o el charol: el vintage, lo que tiene historia, lo básico, hoy es interesante”, explicó. 

Pero la venta de los jeans no fue la precursora. Uno de los casos más resonantes de los últimos tiempos fue el de la reconocida marca de ropa Balenciaga, cuando puso a la venta una llamativa línea de zapatillas totalmente destruidas, y la ofrecía en dos versiones: la edición limitada de muy rotas a 1.850 dólares, y rotas, pero no tanto, a 625 dólares. O sea, más rotas, más caras. Y cabe destacar que no se trata de «piezas únicas» y antiguas, como los jeans encontrados y subastados, sino que son una «línea nueva» de «ropa que parece vieja». 

Ante la crítica, en su momento, el director creativo de Balenciaga, Demna Gvasalia, se justificó diciendo que el concepto de las zapatillas rotas es que “están destinadas a ser usadas toda la vida’’. Para algunos, un mensaje en favor de la sustentabilidad y el consumo responsable. Para otros, una simple campaña de marketing. Lo cierto es que detrás de ellos, otras grandes marcas como Golden Goose, Gucci o Vetements corrieron a convertir en objeto de moda la idea de vender «calzados manchados». 

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