Tras un complejo proceso para conseguir pruebas y testimonios, la Justicia condenó a 6 años y 6 meses de prisión al ex director técnico de fútbol femenino del Club Atlético Central Norte de Tucumán por abusar de una jugadora. Según la abogada de la víctima, Jimena Gómez Roselló, la dificultad residía en que el imputado había utilizado su influencia para ocultar pruebas, instalar versiones falsas y deslegitimar a la futbolista.
“Las pruebas pudieron acreditar que los hechos han ocurrido, exactamente como la denunciante los relató, y se obtuvo una condena. La misma es reparatoria para las víctimas “, explicó la letrada luego de que la jueza tucumana Fanny Siriani resolviera la condena contra Díaz Pinto, de 33 años, por el abuso sexual doblemente agravado de la jugadora.
Al mismo tiempo, la magistrada ordenó también, a pedido de la querella, medidas de reparación para la víctima. Las mismas estarán a cargo de la Secretaría de la Mujer, Género y Diversidad de la provincia. Al mismo tiempo se pidió la conformación de una mesa de diálogo a cargo del Observatorio de la Mujer e integrada por la dirigencia del club.La magistrada ordenó también, a pedido de la querella representada por Jimena Gómez Roselló, medidas de reparación para la víctima
La mesa tendrá por objetivo, según indicó el fallo, “modificar los patrones culturales y fomentar el trato igualitaria entre varones y mujeres hacia el interior del club, en dónde se implementarán los reglamentos vigentes de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) para prevenir las violencias de género”.
De todas maneras, la cifra de la pena es menor al solicitado por la querella, que exigía 13 años, a diferencia de Adriana Reinoso Cuello, a cargo de la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Integridad Sexual Nº 1, que había solicitado 8 años de prisión.
La abogada resaltó el valor de las declaraciones de los jóvenes, ya que en el momento de los hechos los testigos tenían entre 17 y 23 años: “Es lamentable lo que sucedió y que personas tan jóvenes hayan tenido que atravesar por un proceso penal; el condenado no solo dañó a la denunciante sino también a todo un espacio de contención social como lo es un club y provocó una importante deserción”.La cifra de la pena es menor al solicitado por la querella, que exigía 13 años, a diferencia de Adriana Reinoso Cuello, a cargo de la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Integridad Sexual Nº 1, que había solicitado 8 años de prisión
Según detalla la denunciante, el condenado tenía un rol destacado en el club y gran peso. “Además de director técnico, el acusado era entrenador y ocupaba un lugar de dirección y coordinación general en el club deportivo. Tenía un lugar muy importante. Es mucha la asimetría de poder”, aseguró en diálogo con el medio local, ‘El tucumano’.
Al reclamo también se sumó la agrupación ‘Jugadoras Organizadas Tucumán’ quienes, a penas se conoció el caso, apoyaron a la denunciante y visibilizaron la desigualdad y discriminación que sufren los equipos femeninos. “Lo vemos en clubes de primera también. Las chicas, cobran mucho menos y a veces no tienen ni las camisetas con sus nombres”, expresó Gómez Roselló, quién además destacó que a lo largo del debate “se presentaron como pruebas pericias físicas y psicológicas realizadas a la víctima y declaraciones de testigos que asistían al Club, algunas de ellas realizadas en cámara Gesel”, según informó la agencia Télam.
En ese sentido, la abogada de la víctima también destaca que el club no había tomado ninguna medida contra el ex director técnico. Desde el momento de la denuncia, y el comienzo de la investigación, ya existía una medida judicial en la que se le niega a Diaz Pinto el ingreso a ese y a cualquier otro club deportivo.
Además, la letrada resalta el valor de la joven que decidió llevar la situación hasta esta instancia, ya que son pocas las víctimas que se animan a hacerlo: “Son muchos factores que hacen que una causa como esta llegue a juicio. En las denuncias por abuso sexual hay un porcentaje muy menor, que llega a denuncia. El abuso sexual es una de las violencias más graves, por el daño que causa en cada persona. La mera situación de ponerlo en palabras, es muy difícil de atravesar, y quienes lo hacen, sienten que necesita una sanción concreta”.