Las conversaciones del exsecretario de Obras PúblicasJosé Lópezcon empresarios de la construcción se convirtieron en las últimas dos semanas en un elemento de prueba para el fiscal Diego Luciani en su afán de demostrar la conexión entre Cristina Kirchner y Lázaro Báez, pero también en una herramienta que la Vicepresidenta utilizó para demostrar que el exfuncionario “K” tenía vínculos con hombres “cercanos” a Mauricio Macri.
Fue así como las pruebas se expusieron de un lado y del lado. El fiscal Luciani mostró chats que demostrarían que la expresidenta autorizó el “plan limpiar todo”, llevado en los últimos meses de 2015, a través del que se acordaron pagos a Lázaro Báez por $537 millones por obras que no estaban terminadas, mientras que Cristina Kirchner expuso conversaciones de López con Nicolás Caputo, amigo de Macri, y otros dos empresarios de la construcción.
“Me encuentro con que Nicolás Caputo, ‘Nicky’, el empresario de la construcción, el ‘hermano de la vida’ de Macri, tuvo un trato mucho más cercano con José López”, sostuvo la Vicepresidenta en la transmisión que realizó desde su despacho en el Senado, el martes último.
Pero hubo chats que Cristina Kirchner no mostró y que muestran que José López manejaba la secretaría de Obra Pública como una especie de escribanía, en la que los empresarios kirchneristas contratistas de obra pública se comunicaban directamente con el exfuncionario para gestionar pagos, solucionar problemas, pedir favores y hasta ofrecer negocios. Osvaldo De Sousa, hermano de Fabián De Sousa, socio deCristóbal López, le acercó al exfuncionario K un negocio con inversionistas chinos, pero le aclaró: “No quieren con Austral (Lázaro Báez”).
Se trata de conversaciones que fueron analizadas por la Justicia en el marco de la causa que investigó a López por los bolsos con 9 millones de dólares. Caso en el que fue condenado al no poder justificar el dinero.
“Llámalo a Osvaldo De Sousa que tiene problemas con unos pagos”
El mensaje de José López partió de su teléfono el 2 de septiembre de 2014. El destinatario era Amilcar Fredes, exfuncionario de la Secretaría de Obras Públicas. “Llámalo a Osvaldo De Sousa que tiene problemas con unos pagos”, le dice. Osvaldo es el hermano de Fabián de Sousa, socio de Cristóbal López en la constructora CPC y otras firmas.
Por aquellos días esa firma tenía varios contratos de obra pública y Osvaldo De Sousa, según alguna vez declaró Cristóbal López ante la Justicia, “manejaba la parte operativa de CPC”. Por eso López le pidió a su hombre de confianza que hable con él para solucionar los problemas de pagos a CPC.
En el chat se observa que luego Fredes contesta: “Ya lo llamé a López Silva de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) para que a las 9 cuando llegue se fije qué tiene que pagar”.
De Sousa le lleva un negocio a López, pero aclara: “Los chinos no quieren saber nada con Austral”
Corría el mes de marzo de 2014 y al teléfono de José López ingresa alrededor de las 14 un mensaje de Osvaldo De Sousa. Primero este directivo de CPC le pide “cerrar el acuerdo con la UOCRA para que no se pare la obra del acueducto”, pero solo unas horas después le ofrece un negocio con empresarios chinos.
“El lunes viene presidente de Hidrochina y de Cinohidro (consorcio de chihuidos) se quieren reunir con vos y con JDV (abreviatura para Julio De Vido, exministro de Planificación Federal). Están hasta el jueves. Traen fondos para los 10 proyectos más importantes de la lista que maneja Planificación”, le escribe Osvaldo De Sousa.
López le contesta que pase el lunes a las 9.30 y tres días después retoman la conversación. La respuesta: “Los chinos no quieren saber nada con Austral, que son amigos, pero no los quieren para este proyecto. Si queremos que lo llevemos nosotros”, le dice el empresario, que de esa forma busca dejar afuera a la empresa de Lázaro Báez, posible competidora en la licitación.
“Como amigo”: el llamativo mensaje de José López a Fabián De Sousa
Para febrero de 2016, José López ya había dejado la Secretaría de Obras Públicas. Solo faltaban unos meses para que su nombre fuese conocido por todo un país al haber sido descubierto en un convento de General Rodríguez con un bolso con 9 millones de dólares.
El 2 de ese mes, López le escribió Fabián De Sousa, que necesitaba plantearle una cuestión. Según se desprende de los chats, el empresario parecía no responder los mensajes del exfuncionario, que de cualquier manera insiste y le dice que necesita charlar sobre un tema puntual.
“Qué difícil que estás!!! El tema que te quiero plantear creo que puede ser muy interesante para vos y como amigo creo que tengo que planteártelo a vos antes que a nadie. Avísame si te interesa”.
Pese a que López llamó “amigo” a uno de los proveedores de obra pública durante el kirchnerismo, no tuvo respuesta alguna de De Sousa.
La aclaración del entorno de Fabián De Sousa sobre sus chats con López
Además, sostuvo que las comunicaciones directas entre los hermanos De Sousa con López se produjeron en situaciones de “emergencia”, es decir, cuando la empresa necesitaba cobrar el dinero del Estado para continuar la obra. “Por aquellos días hubo retrasos en los pagos de hasta 150 días. En esos momentos es que se llamaba al funcionario para tratar de encontrar una solución”, aseguraron.
El mensaje de Luis D’Elia a López para solucionar problemas en unos pagos
“Querido José: Nivelo nos debe firmas de expedientes de viviendas en Río Grande y Tolhuin. En ambos casos es el segundo pago, tenemos colgadas las obras. Abrazo”. El mensaje ingresó al teléfono de López desde el celular de Luis D’Elia, que estaba preocupado por una obra que la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat realizaba en el sur del país.
D’Elia es presidente de esa Federación y reclamaba por el pago de obras. Inmediatamente, López le reenvía el mensaje a Germán Nivelo, que por esos días era el número 2 de la Secretaría de Obras Públicas, que respondió con un “veo cómo están y te digo”. Otro ejemplo más de cómo las cuestiones se resolvían.