Labios voluptuosos, rostros elásticos y pómulos voluminosos. Los rellenos faciales son cada vez más populares por su eficacia y seguridad en el campo de la medicina estética y cirugía plástica. A nivel mundial, el 80% corresponde al ácido hialurónico. Pero, como todo en la vida, tienen un límite que no es conveniente traspasar.
¿De qué hablamos cuando mencionamos al ácido hialurónico? Se trata de un producto sintético que presenta distintas propiedades reológicas (del comportamiento de los fluidos): densidad, viscosidad y elasticidad. “Algunos están diseñados para tratar áreas rígidas, como el mentón, otros para zonas blandas, como las mejillas, y un tercer grupo destinado a partes mucho más blandas como los labios”, explica Fernando Felice, especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora.
Jorge Wetzel es miembro titular de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (Sacper). Señala que el ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra naturalmente en el organismo, formando parte de la estructura de los tejidos. “Tiene la capacidad de atraer agua y es reabsorbible. Al ser un elemento fácilmente reconocido por el organismo, genera poca posibilidad de reacciones adversas”, describe.
La literatura científica reporta que los excesos en la colocación de rellenos con ácido hialurónico pueden causar problemas a mediano y largo plazo, aunque la incidencia de complicaciones es relativamente baja. Por eso, los especialistas consultados por Clarín recomiendan no exceder los límites anatómicos de las áreas tratadas ni abusar del uso de estos productos.
Los rellenos con ácido hialurónico están indicados para tratar las patas de gallo, el entrecejo, realzar los pómulos y aumentar el volumen de los labios.
“Pedí que me aplicaran hialurónico en labios porque los quería tener carnosos. Pero el resultado fue que se deformaron y perdieron naturalidad. Lo peor es que el volumen no se va con el paso de los años”, relata N. F., una joven de 26 años. La experiencia de S. R., de 38, es similar: “Mi doctora me dijo que para levantar el rostro y quitar arrugas debía colocar relleno de hialurónico en los pómulos. Hoy, me doy cuenta de que tengo mejillas muy grandes y el rostro inflamado”.
En los dos casos la molécula fue inyectada por profesionales matriculados. “No solo es necesario que quien lo aplique esté habilitado y entrenado sino que también debe guardar un buen criterio estético”, analiza Felice, a quien recurrieron las dos mujeres después de la mala experiencia. Felice cuenta que actualmente coloca unas 40 jeringas de ácido hialurónico por semana.
J. A. (25) buscaba mejorar el perfil de su nariz sin entrar al quirófano. Se hizo un relleno con hialurónico, pero una incorrecta aplicación le obstruyó una arteria y sufrió una necrosis en la punta de la nariz que le dejó una cicatriz permanente.
Un ejemplo de un mal resultado estético por exceso de ácido hialurónico.
“Si son tratados en tiempo y forma se pueden revertir porque la formación del médico permite que pueda resolver el problema. Hay un protocolo y las asimetrías pueden ser contrarrestadas con una enzima llamada hialuronidasa», apuntan Karina Ravera, especialista en Diagnóstico por Imágenes y Diego Mecca, especialista en Cirugía Plástica Estética y Reparadora
El peligro de exceder los límites
En Argentina, no hay un sistema de relevamiento de datos donde se pueda constatar cuánto es lo que aplica cada médico ni cuántas complicaciones se les presentan y con qué frecuencia. No obstante, Felice, que también es capacitador de médicos en Latinoamérica y conferencista internacional, nota que la curva de la tasa de complicaciones creció en los últimos 5 años.
Para Wetzel, el crecimiento de estas problemáticas está en relación directa con el aumento de personas que, persiguiendo un fin económico, realiza estas prácticas sin ser un médico de grado. “La gente se somete a manos inexpertas porque suele acudir al lugar más barato o a quien tiene más seguidores en Instagram, sin usar el sentido común”, reflexiona.
Y alerta: “El médico tratante debe conocer la anatomía de la zona interesada porque el mal uso de ácido hialurónico puede dar lugar a complicaciones serias. Si se exceden los límites anatómicos de manera inadecuada o la cantidad de volumen a inyectar se pueden obtener resultados estéticamente indeseados que no siempre son fáciles de arreglar”.
La ecuación es simple: cuando se exceden los límites anatómicos, se pueden deformar las áreas del rostro. Por ejemplo, con el afán de querer darle volumen al labio, muchas veces se termina rellenando el labio cutáneo en forma incontrolada.
Complicación vascular: colocaron ácido hialurónico dentro de una arteria del rostro y se ocluyo, por lo que no llegó sangre ni oxígeno a la punta nasal.
Según comenta Felice, en los pómulos se puede colocar volumen para generar un efecto lifting pero no colocar producto en exceso lo que provoca que las mejillas nazcan desde las pestañas. “Hay pacientes que de tanto relleno que tienen en las mejillas no se les ve el párpado interior. Son caras que están deformadas”, menciona.
Las consecuencias de cruzar la raya
Son múltiples los problemas que pueden presentarse por un uso incorrecto o excesivo de ácido hialurónico. ¿Cuáles son las más comunes? A corto plazo, complicación vascular por oclusión, inflamación o nódulos inflamatorios.
A mediano plazo: infección y granulomas (afección crónica de la piel que produce erupción cutánea).
A largo plazo: retención de líquido (edema) por un bloqueo linfático.
Los expertos aclaran que, en principio, la inflamación es un proceso normal y transitorio que sucede tras la colocación de cualquier relleno. La dificultad aparece cuando se da en forma exagerada.
Los especialistas recomiendan no solo ir a profesionales matriculados sino buscar médicos con criterio estético.
“Cada vez que se coloca un producto de ácido hialurónico, el organismo lo reconoce como un elemento extraño y desencadena un proceso inflamatorio que internamente se cura con una cicatriz. Es normal que esa región específica sufra una inflamación transitoria, que puede durar entre 12 y 36 horas, y se cura con la cicatrización interna”, detalla Felice.
“Las complicaciones de un relleno con ácido hialurónico suelen verse de inmediato y revisten seriedad, el especialista debe estar preparado para resolverla. Así, la obstrucción de un vaso sanguíneo por esta u otras sustancias requiere urgente tratamiento y cada minuto que pasa cuenta”, añade Wetzel.
E insiste: “Por eso, desde la Sacper enfatizamos que la colocación de un relleno es un acto médico por lo cual debe ser realizado en un consultorio debidamente habilitado y deben usarse sustancias aprobadas por entes reguladores (en nuestro país Anmat)”.
Para Ravera y Mecca, una de las situaciones que también puede acontecer es que algunos ácido hialurónico duren mayor tiempo al esperado o al que figura en el prospecto correspondiente. “Pueden aparecer reacciones inflamatorias y, en ciertos casos, hay que inyectar la enzima hialuronidasa para poder disolver ese acúmulo de producto no deseado que produce inflamación”, dice Mecca.
Una molécula reabsorbible
El ácido hialurónico fue descrito por primera vez, en 1934, por dos científicos farmacéuticos, Karl Meyer y John Palmer, en Estados Unidos. Esta molécula cristalina, acuosa, untuosa, lubricante y brillante como el cristal es una de las más antiguas que existe en la historia de la vida del planeta Tierra.
“Es reabsorbible porque, luego de un lapso de tiempo, de entre 24 a 72 horas, esta molécula en estado natural desaparecerá gracias al normal proceso de degradación enzimática que lo destruirá porque nuestros tejidos están en permanente proceso de construcción y degradación”, detalla Ravera.
Así, el ácido hialurónico se convertirá en dos metabolismos finales que serán naturalmente eliminados por el sistema orgánico: el dióxido de carbono y el agua”,
¿Qué ocurre con el ácido hialurónico de uso médico? “Está modificado químicamente para que dure más tiempo en nuestros tejidos luego de ser inyectado”, responde Mecca.
Y comenta que además de emplearse para tratamientos de rejuvenecimiento y embellecimiento facial, también favorece el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos e interviene en los procesos de fertilización, embriogénesis, desarrollo de las respuestas inmunes y cicatrización de las heridas.
Mariano Toziano, presidente de la Sociedad Argentina de Patología del tracto genital Inferior y Colposcopía, agrega: “Hay quienes lo usan como estética para rellenos de labios mayores en la vulva o como gel lubricante o hidratante vaginal en caso de atrofia, pero no existe experiencia a nivel científico”.
La importancia del especialista matriculado
“Es fundamental que la aplicación de cualquier relleno sea efectuada por un especialista calificado para disminuir la posibilidad de complicaciones asociadas a la impericia. El paciente debe tener plena información de lo que se le va a colocar, valorar los efectos que pueda tener la sustancia y conocer las complicaciones que pudieran llegar a existir”, califica Wetzel.
Y señala que existe un consentimiento informado antes de que se realice el procedimiento. “Cualquier exceso puede terminar en malos resultados, incluso la colocación en lugares no adecuados puede traer aparejado complicaciones graves”, advierte.
Hay diferentes tipos de ácido hialurónico con distintas propiedades reológicas que determinan dónde deben ser utilizados. Cada uno tiene una indicación precisa según su tasa de absorción.
“El buen profesional debe saber usar el producto ideal para el área a tratar. También, colocarlo en la dosis exacta y en el plano correcto. Esto va a garantizar que la reabsorción sea lenta y que, al menos, dure entre 9 y 18 meses”, puntualiza Felice, organizador del Primer Congreso Internacional de rejuvenecimiento facial no quirúrgico que se desarrollará en el Four Seasons de Buenos Aires durante el 1 y 2 de septiembre.
Y recomienda que tenga criterio estético. “Debe entender que el rejuvenecimiento facial no es volver a los 20 años, sino obtener la mejor versión de cada paciente. Debe dedicarles tiempo, explicarles que el paso del tiempo no se puede detener, que hay signos que pueden atenuarse y que hay otros que implican deformar el rostro”, asume.