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El futuro de la escuela en la era digital

El docente y ex ministro de Educación porteño, Mariano Nardowsky describió el presente de la educación a nivel internacional. «Según el Banco Mundial, hay un 50% de la población mundial infantil que no va a la escuela o que tiene resultados de aprendizajes muy malos», expresó. 

Su último libro se tituló Futuro sin escuela, ¿cree posible la extinción de la institución o la imagina de otra forma?

Tenemos bastantes datos que muestran cómo las escuelas en todo el mundo están en una situación de extenuación. Ya no dan lo que daban, ni están cumpliendo la promesa que hicieron hace 300 años de que íbamos a conseguir la ilustración general, que todo el mundo iba a tener conocimientos. Eso no se está confirmando, muy por el contrario las pruebas internacionales muestran un declive, incluso en los países más desarrollados. 

Hoy según el Banco Mundial, hay un 50% de la población mundial infantil que no va a la escuela o que tiene resultados de aprendizajes muy malos. 

Lo que yo planteó en el libro es que la escuela es una tecnología y una bastante reciente en la historia de la humanidad. Tiene alrededor de 150 años y es posible conjeturar que vamos a ir a otro modelo de transcripción generalizada del conocimiento sobre la base de tecnología digital.

Esto, no porque lo decida un ministerio de educación o un gobierno. De a poco se va imponiendo como toda la tecnología digital. Nadie nos obligó a tener un smartphone y ahora lo tenemos todos en el bolsillo. Probablemente eso suceda con la escuela y creo que va a tener cambios importantes en las próximas décadas. 

«Olvidar a Sarmiento» 

¿Qué creés que haría hoy Sarmiento? 

Yo escribí un artículo hace un año, cuyo título es «Olvidarse de Sarmiento». La figura de Sarmiento es tan positivamente fuerte en Argentina que a veces no nos deja pensar y estamos todo el tiempo buscando un Sarmiento de la actualidad. 

Yo te puedo decir las cosas que yo haría, no sé si es necesariamente las que Sarmiento haría. Por otro lado, creo que ese peso histórico nos juega en contra. Me parece que hay que pensarlo por otro lado. Sarmiento fue un hombre del siglo XIX y probablemente las lógicas de la actualidad no le cuadren mucho porque la ventaja que tenía Sarmiento es que no tenía sistema escolar. Él lo desarrolló a partir de un Estado muy precario. Además, el administraba un sistema educativo muy pequeño. 

Nosotros, tenemos en el mundo, sistemas educativos enormes, masivos, de una complejidad que a veces los torna ingobernables. Habría que pensar las cosas tan distintas a cómo las pensaba Sarmiento que creo que no le calce ningún tipo de respuesta. Si creo que lo que se puede rescatar de Sarmiento, es esa capacidad de trabajo que tenía, esa responsabilidad, que no era solo de él, sino de toda su generación que era la responsabilidad de una clase dirigente. 

Hoy tenemos un problema con la clase dirigente, no solo la política, pero no les interesa la educación. Son toda gente muy valiosa, pero como clase dirigente la educación no les interesa. Esa es una diferencia muy importante con Sarmiento y sus congéneres. Ellos realmente veían en la educación muy importante y deponían algunas de sus diferencias para establecer un sistema educativo desde cero. 

Para las Naciones Unidas, las riquezas de las naciones se pueden medir por el capital natural, el capital de la infraestructura y el capital humano. Este último se compone de educación y salud pública. ¿El equivalente de Sarmiento en el siglo XXI tendría que tener en mente el capital humano que no solamente pasa por la educación? 

Si, claramente. Pero creo que debería hacerlo de una manera completamente diferente a como se está haciendo ahora. En estos momentos, estamos viviendo un colapso educativo. 

Todas las medidas que se toman, algunas son buenas o razonables, no nos logran sacar del pantano en el que estamos. No se trata de un giro de la voluntad. Se trata de concebir el sistema educativo de otra manera. Solemos hablar de una revolución copernicana. Poner a los alumnos en el centro y no al funcionario o los docentes. 

Eso es muy distinto de Sarmiento porque él veía que los alumnos eran el resultado natural de lo que hacían los maestros. Por eso estaba todo el peso de ellos, eso es muy del siglo XIX. Tenemos que dar ese salto en el que, en términos de capital humano, el centro es el alumno, el aprendizaje. 

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