El derecho a la vivienda es uno de los más complicados de alcanzar para las familias y personas que viven en asentamientos sociales. Por su situación social, sus ingresos y sus carencias pensar una vivienda pareciera una quimera. El Estado no tiene un programa que los contemple, construye para familias con ingresos estables y previsibles, aunque no tengan empleos formales. Por eso el trabajo de las asociaciones y fundaciones en este terreno termina siendo determinante.
Invitado: Marcia García
Manos generosas
20 septiembre, 2022