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Arrancaron las presiones para Tolosa Paz y Kelly Olmos

No será un borrón y cuenta nueva para las nuevas ministras del Gobierno. Tampoco una chequera en blanco con los actores que las interpelan. Tanto Victoria Tolosa Paz como Raquel ‘Kelly’ Olmos asumieron en dos de los lugares más calientes si de expectativas y realidad se trata -Desarrollo Social y Trabajo, respectivamente- y las presiones arrancaron desde antes que desembarcaran aunque se disimulen en manifestaciones públicas de respaldo que, por momentos, suenan más ensayadas que espontáneas.

En las 48 horas previas a su jura, ambas ministras encabezaron dos transiciones exprés que incluyeron los primeros contactos con los equipos de cada cartera. En Trabajo, Olmos ratificó a la segunda líneas, aunque puede haber cambios en los subniveles. En Desarrollo Social, creen que no se tocarán las áreas que hoy ya se reparten entre las organizaciones territoriales, el Movimiento Evita y Somos barrios de pie, pero no está todo dicho hacia abajo.

En ambos casos creen que cada funcionaria buscará colocar a gente propia. De momento, la preocupación de ambas fue por expresar una idea de continuidad de políticas, lo que no fue necesariamente alentador para ciertos actores, propios y ajenos al oficialismo, que enarbolaban las críticas más duras a sus antecesores.

PRIMEROS PASOS DE TOLOSA PAZ

En lo que refiere a la ex diputada del Frente de Todos por la Provincia de Buenos Aires, la espera el horizonte de un diciembre siempre caliente en la Argentina. Mucho más con una inflación proyectada en torno 100% que se afirma cada vez más a la luz del último número de inflación de septiembre, del 6,2%. Las organizaciones sociales le reclaman una reunión urgente pero mucho más le piden que adopte medidas.

Desde los sectores populares vinculados al kirchnerismo, el recibimiento fue mucho más tajante que por parte de La Cámpora. En rigor, los cañones no apuntaron tanto contra la nueva timonel de Desarrollo Social -con quien dicen tener diálogo- sino por elevación contra la Casa Rosada y su vecino inmediato, el ministro Sergio Massa.

«El gobierno, a través del anuncio de Sergio Massa, se comprometió a un refuerzo de ingresos. Dónde carajo esta? Porque la plata de los exportadores del campo llegó, pero para los indigentes no hay respuestas. Exigimos ya que se cumplan los compromisos asumidos. No hay más tiempo», publicaron un largo hilo desde el Frente Popular Darío Santillán, parte del brazo político de la economía popular que comanda Juan Grabois, la CTEP. Prometen ir in crescendo con el correr de los días hasta que se anuncie el tan mentado refuerzo, de momento sin fecha.

«Decir que un bono genera inflación y rechazar que haya una transferencia de ingresos a quienes ni siquiera tienen el ‘privilegio de ser pobres’ porque (son) indigentes y no pueden garantizar 4 comidas diarias, es difícil de entender. A menos que lo diga la derecha», posteó en sus redes Dina Sánchez, secretaria general adjunta de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP).

El gobierno, a través del anuncio de Sergio Massa, se comprometió a un refuerzo de ingresos. Dónde carajo esta? Porque la plata de los exportadores del campo llegó, pero para los indigentes no hay respuestas

También desde la vereda de enfrente, de Unidad Piquetera, reclaman ser recibidos por Tolosa Paz y se muestran desalentados con las primeras declaraciones de la ministra. «Lo que fracasó en Desarrollo Social fueron las políticas, no Juanchi Zabaleta, porque él encarnaba unas ideas de gestión que no funcionaron. Si siguen por el mismo camino, por qué debería ser diferente. Sigue todo supeditado al gran superministerio de Sergio Massa y lo que dicta el FMI. Si no se abren más planes es porque ellos lo ordenan», manifestó su referente Eduardo Belliboni.

El lunes tienen una reunión pautada con diversas áreas del ministerio. De momento, su plan de lucha se encuentra en pausa. No se levantó pero no habrá nuevas demostraciones de fuerza en la calle hasta que puedan concretar la cita que esperan con Tolosa Paz. Le presentarán los mismos planteos que a Zabaleta, como ser la necesidad de que se amplíe el número de planes y se refuerce a los sectores de menores ingresos.

También buscarán que se concreten las promesas incompletas de garantizar la canasta de 21 alimentos básicos -un compromiso que Zabaleta había adoptado aunque luego reconoció que no tenían la capacidad, desde el Estado, de conseguir aceite y azúcar de las empresas- para los comedores. Lo mismo con el envío de herramientas para las cooperativas.

Unidad Piquetera tiene además un plan para transformar hasta un millón de planes en puestos de trabajo genuino donde el Estado puede ser fundamental a través de la obra pública. También se lo ofrecerán a la nueva ministra.

QUÉ HARÁ KELLY OLMOS EN TRABAJO

Que la llegada de ‘Kelly’ Olmos a Trabajo fue una sorpresa para propios y ajenos eso ya no es novedad. Los diversos a actores sindicales apostaban no solo por otros nombres sino también por otros perfiles, con una impronta más cercana a ellos. No obstante, durante las últimas 48 horas, diversos representantes del sector se ocuparon de exhibir su respaldo a la nueva ministra.

«Nos hubiera gustado opinar, pero estamos bien, estamos de acuerdo. Creemos que tenemos que ver, que podíamos opinar y por ahí estábamos de acuerdo«, deslizó uno de los tres triunviros de la Confederación General del Trabajo (CGT), Carlos Acuña. Unas horas antes, Andrés Rodríguez (UPCN) había marcado el tono de esa parte de la central con unas declaraciones similares.

Nos hubiera gustado opinar, pero estamos bien, estamos de acuerdo. Creemos que tenemos que ver, que podíamos opinar y por ahí estábamos de acuerdo

No es contra Olmos la cosa pero, en definitiva, le harán marca personal mientras esté a prueba. La sinergia entre Claudio Moroni y el ala mayoritaria de la CGT -los ‘gordos’, barrionuevistas e independientes- era un hecho y apostarán a que siga así. 

Al igual que Tolosa, tampoco Olmos desembarcó en Trabajo con un discurso rupturista ni mucho menos. Sí hubo alguna señal en sentido de una suma fija a la que estos sectores tanto se oponen, salvo que se digite de arriba hacia abajo, como iniciativa del Gobierno y para un universo específico de los salarios más bajos. Los más optimistas creen que puede haber una señal en ese sentido en el tramo final del año.

La gran incógnita es qué sucederá con los sectores más críticos de la carta de navegación a la que se aferraba Moroni y que no pareciera que vaya a soltar la nueva ministra. Son, por supuesto, quienes se enrolan en el Frente Sindical y la Corriente Federal que se encolumnan detrás de Pablo Moyano. Del mismo modo, las dos CTA, tanto la de Hugo Yasky como la del líder de ATE, Hugo ‘Cachorro’ Godoy.

Moyano ya le recordó su etiqueta de «menemista» en el pasado, casi al pasar. Los camioneros se encuentran en planea renegociación de su paritaria buscando fijar un nuevo techo del 131% anualizado y cambios en su convenio colectivo. De acá a noviembre, el rol que adopte Olmos en la paritaria será una prueba de fuego frente a esta pata sindical.

El conflicto que se reavivó esta semana con el transporte de pasajeros en las provincias -y que aún no toca al AMBA- es quizás el primer foco que le tocará sofocar. Luego del paro de 48 horas, desde la Unión Tranviarios Automotor ratificaron el estado de alerta y convocaron al Ministerio de Trabajo a tomar parte. No descartan más medidas de fuerza tras fracasar su audiencia paritaria.

Desde el kirchnerismo explícito -incluida La Cámpora- prefieren ponderar, a esta altura, el lado militante de Olmos. Lo contrastan con una gestión más «administrativa» de Moroni y confían en que la nueva ministra le dará más músculo político a Trabajo, la cartera por excelencia de cualquier gobierno peronista, dicen. No está tan claro si es confianza auténtica o una expresión de autoconvencimiento a la espera de darle un tiempo prudencial para maniobrar y mostrar resultados.

Como Tolosa, también Olmos ya tiene varias solicitudes de reunión tramitadas en su agenda. Los conjuntos de pedidos no diferirán de los que Moroni tenía sobre su escritorio: que se suba el piso de Ganancias, que se mantengan abiertas las paritarias, una suma fija y un bono de fin de año -también confían en que haya novedades hacia fin de octubre- y el incremento y universalización de las asignaciones familiares

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