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Los 5 frentes internos que alarman a la Casa Rosada

Alberto Fernández enfrenta muchos más conflictos internos que batallas abiertas con la oposición. Se trata de frentes internos que el Presidente no logra resolver y que despertaron alarma en la Casa Rosada al punto que se potenciaron en los últimos días en diferentes planos de acción del Gobierno.

Llamativamente, ni el silencio sugestivo de Cristina Kirchner logró menguar los embates de conflicto interno que Alberto Fernández desató en el Frente de Todos ante estrategias políticas que decidió encarar el jefe de Estado.

En el horizonte inmediato Alberto Fernández enfrenta al menos los siguientes cinco frentes internos que no logró resolver:

El apoyo de la flamante ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, para avanzar con un bono especial de $45.000 que cobrará, a través de la ANSES, la población vulnerable sin ingresos registrados y que carecen de beneficios sociales del Estado desató un fuerte interna entre los movimientos sociales alineados al oficialismo.

Emilio Pérsico, líder del Movimiento Evita y a cargo de un área relevante de gestión en el Ministerio de Desarrollo Social, cuestionó la medida anunciada por el Gobierno: «Es difícil en la Argentina, con la mitad de la economía en negro, encontrar a los compañeros indigentes en una planilla de Excel», dijo.

En las críticas del Movimiento Evita se esconde también un sector importante de La Cámpora que nunca quiso a Tolosa Paz en Desarrollo Social. En estos sectores ven que la nueva ministra no logra contener a los sectores sociales y apuntan directamente al Presidente por poner en un ministerio sensible a alguien de su confianza que no tiene buena llegada con la militancia. 

No sólo esto: los sectores del camporismo y el Movimiento Evita creen que no hay una política a largo plazo para sacar de la pobreza a millones de personas con trabajo genuino.

Esta posición está más cerca de los planteos que hizo la opositora Unidad Piquetera, cuyos integrantes calificaron que «con Tolosa Paz, estamos un paso atrás», en relación a los mínimos compromisos alcanzados con el ex ministro Juan Zabaleta.

Estos sectores del movimiento piquetero crítico del Gobierno coinciden con La Cámpora y otros sectores del oficialismo en relación a la necesidad de aumentar el reparto de alimentos y la entrega de herramientas para los espacios de trabajo del cooperativismo.

La embestida de la ministra de Trabajo Kelly Olmos contra la paritaria de Camioneros que exige un 131% de aumento desató otro frente interno en el Gobierno.

La dupla de camioneros que componen Hugo y Pablo Moyano fue cuestionada por la nueva ministra de Trabajo por impulsar la escalada de la inflación y calificó de «violento» el recurso de los bloqueos como habitual metodología de protesta de los Camioneros.

En este contexto, desde el kirchnerismo duro y los sectores alineados con la CGT objetaron la estrategia de Olmos avalada por Alberto Fernández.

La economista Fernanda Vallejos salió al cruce de la flamante ministra de Trabajo: «Ningún análisis serio (creo que, hoy por hoy, ni siquiera los de la derecha) colocan a los salarios como motor de la inflación, en lugar de tipo de cambio, precios internacionales, tarifas», cuestionó la voz de Cristina Kirchner en los medios.

Ante una consulta puntual, en la Casa Rosada minimizaron la embestida de la ministra de Trabajo contra Camioneros. «Es parte de las negociaciones y la tensión que hay en una paritaria», dijo un funcionario allegado al Presidente. Desde esta óptica evalúan que el gremio de los Moyano finalmente acordará un 100% de aumento ya que el 31% restante es parte del incremento rezagado del año pasado.

«Todo tiene que hacerse en el marco de políticas que no terminen siendo más inflacionarias», dijo la portavoz Cerruti al hablar de la paritaria de Camioneros. En una abierta defensa los cuestionamientos de la ministra de Trabajo, la portavoz también objetó la metodología de bloqueos impuesta por los Moyano.

A la vez, en el Gobierno pusieron el foco en otro eje de conflicto gremial que ven como más grave que el de Camioneros: alertan sobre el eventual desenlace de la paritaria de Sanidad ya que esa negociación de aumento salarial podría repercutir directamente en un incremento de las prepagas. Este es un escenario que el Presidente no quiere transitar en los próximos meses de fin de año.

La idea de Alberto Fernández y Sergio Massa, de avanzar en el artículo 90 del presupuesto 2023 que instaba a las provincias a rescindir parte de la coparticipación de impuestos en caso de tener deudas con la generadora eléctrica Cammesa desató mucho malestar entre los gobernadores del PJ.

Hubo varios gobernadores del Norte y de la Patagonia que llamaron directamente al Presidente para advertirle que ese cláusula sería rechazada por sus legisladores en Diputados. Algunos como el sanjuanino Sergio Uñac; el riojano Ricardo Quintela o el tucumano Osvaldo Jaldo llegaron a deslizar que se trataba de un artículo «inconstitucional» porque atentaba contra la ley de coparticipación y amenazaron con eventuales demandas judiciales a la Nación.

Alberto Fernández y Massa tuvieron que dar marcha atrás. Finalmente ordenaron al presidente de la Comisión de Presupuesto, Carlos Heller, a modificar ese polémico texto y la redacción final del artículo 90 fue reformulada. 

Habrá un plan de pago para las deudas que haya de las provincias con Cammesa. Pero «en ningún caso la retención indicada podrá afectar la Coparticipación Federal de Recursos Fiscales», dice el texto final. 

Una victoria de los gobernadores con un final amargo que aventura nuevos embates del interior del país contra el Presidente.

Cuando la portavoz Gabriela Cerruti lanzó su tuit número 23 el miércoles por la noche sobre ‘Alfa’, el participante de Gran Hermano que aseguró haber recibido coimas del Presidente Alberto Fernández, un vendaval de cuestionamientos internos se desató afuera y adentro de la Casa Rosada.

Los albertistas puros del Gobierno como Julio Vitobello, Guillermo Oliveri o Juan Manuel Olmos pegaron un grito en el cielo contra la estrategia comunicacional de Cerruti. Estos sectores creen que la meta de aclarar el tema salió mal, se le dio entidad a un personaje marginal y que la idea de meter en el barro del Gran Hermano al Presidente no ayuda en nada al Gobierno. 

En el kirchnerismo, que tampoco digieren a Cerruti, hablaron de «soberbia» y «sobreactuación» de la portavoz ante un personaje televisivo y un tema que hubiera pasado inadvertido. 

Pero Cerruti y el mismo Alberto Fernández insistieron: «No vamos a dejar pasar una más», dijeron a coro. La estrategia comunicacional en adelante no sólo estará colmada de ese slogan de gestión. También se acompañará con un buffet de abogados que se encargarán de canalizar las denuncias penales del Presidente.

La cumbre bonaerense en La Plata convocada por Axel Kicillof y Máximo Kirchner no agradó nada al Presidente. Los principales referentes del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires mantuvieron el miércoles una reunión en la gobernación bonaerense para debatir la agenda política del oficialismo con miras al año electoral y la situación del conurbano. 

También se evaluó la eventual suspensión de las PASO en la provincia de Buenos Aires.

El mensaje que salió de ese encuentro fue tajante: la necesidad de «blindar el Conurbano» de cara al año electoral. Pero en la Casa Rosada se preguntaron sin respuesta alguna ¿blindar de qué al Conurbano? La estrategia de Kicillof y Máximo Kirchner esconde una decisión de dejar afuera de la carrera bonaerense a cualquier albertista que haya suelto en la Provincia.

 Los intendentes reclaman más fondos para sus distritos, alertan sobre un «diciembre caliente» si no se pone el ojo en la conflictividad social y hay reclamos por la eliminación de las PASO a sabiendas de que Alberto Fernández se opone a esa idea.

En la demanda bonaerense de los camporistas al Presidente también hubo un pedido por más obra pública en un año electoral como el que se avecina. Estaba presente el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, a quien Kicillof y Máximo Kirchner ya ubican del lado del albertismo puro. 

La idea de «blindar el conurbano» es mucho más que eso. Detrás del slogan se esconde el mensaje claro de que no habrá posibilidad de que Alberto Fernández pueda colar candidatos en 2023 en la provincia de Buenos Aires, un frente de conflicto más que no está resuelto.

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