El empresario Otto Barenbreuker podría tener que responder por un delito más grave que el de defraudación de derechos fiduciarios por el que está siendo juzgado actualmente si es que prospera un pedido de modificación de la calificación que, tal como anunció ayer, presentará el lunes el fiscal del caso, Carlos Saltor. El funcionario del Ministerio Público no quiso decir durante la audiencia la nueva figura que pedirá, pero aclaró además que será en concurso con la denuncia por amenazas en contra del arquitecto que se ventilaron esta semana durante una de las audiencias orales.
El caso comenzó en 2016, cuando aparecieron las primeras denuncias contra el desarrollador inmobiliario. Los reclamos son diversos: en algunos casos, se plantea que se entregaron departamentos a medio terminar y sin el certificado final de obra. Otros de los denunciantes hablan de instalaciones anómalas de servicios públicos, mientras que algunos, directamente, denuncian no haber recibido los inmuebles, adquiridos mediante la metodología “en pozo”. Hasta el momento, Barenbreuker está acusado de cometer delitos de defraudación de derechos de fiduciantes en fideicomisos en perjuicio de al menos 19 clientes.
Ayer el testimonio más importante fue el del perito oficial contador de la Corte, Federico Maggio. El profesional aseguró “luego de analizar las pruebas que se encuentran en el expediente” pudo determinar que “no se llevaban libros contables y había ausencia de documentación respaldatoria sobre la contabilidad de los fideicomisos o de la empresa”. Maggio aseguró además que “sólo tres de los fideicomisos aportaron balances por períodos parciales y que la fuente de información de estos balances es muy escasa”. Aseveró también que esos balances “no estaban firmados por un profesional contable”, sino que llevaban la firma del mismo Barenbreuker, que es arquitecto. Según su definición, el acusado “no actuó como un buen hombre de negocios”.
Las audiencias del debate que comenzó hace ya más de un mes son llevadas adelante por las juezas Stella Maris Arce (presidenta del Tribunal), Wendy Kassar y María Fernanda Bahler. Como fiscal actúa Saltor, y además hay dos representantes de las querellas, la defensora oficial Rosa Nocetti y Luis María Rizzo mientras que la defensa técnica es ejercida por Carlos Varela Soria.
Ayer, además, declaró el empresario José Jorge Kempa, participante del fideicomiso de calle San Lorenzo al 700, donde él había pagado por un departamento, por un monoambiente y por una cochera, aunque nada de esto recibió. Con evidentes problemas de memoria (“la verdad que no recuerdo, pero tengo todos los papeles en casa y si quieren los traigo” fue la frase que más usó), Kempa reconoció que pagó todo lo que le habían solicitado, pero que nunca recibió nada. Dijo, sin embargo, que Barenbreuker le entregó un departamento en calle Las Heras por el que debió abonar “una pequeña diferencia”. “Todo esto afectó a mi familia, a nuestra salud”, aseguró. “Él (por el acusado) no cumplió lo que habíamos acordado”, finalizó. Luego prestaron testimonio las hermanas Ximena y María José Espeche, que fueron empleadas de Barenbreuker. Ambas se desempeñaron en el área de ventas y explicaron cómo era la metodología necesaria desde que el cliente llegaba a la empresa interesado en adquirir un departamento. En el caso de Ximena, aseguró que cobraba un sueldo, pero que además percibía comisiones “en negro”. María José, en tanto, percibía todo su sueldo en negro. Las dos dijeron que abandonaron la empresa cuando ya había problemas por la falta de entrega y la paralización de las obras ya que a ninguna de ellas se les estaba pagando en tiempo y forma.
La audiencia continuará el lunes. Allí Saltor ampliará el requerimiento fiscal, lo que podría dar lugar a la suspensión durante algunas audiencias para que las partes se amolden a las nuevas figuras. Además la defensa presentará a un nuevo perito contable y luego podría comenzar a incorporarse la prueba documental. Se estima que podría haber sentencia dentro de las próximas dos semanas./Lagaceta