Alberto Fernández encabezó esta tarde la apertura del ciclo “Nos Mueve el Orgullo”, una iniciativa de los ministerios de las Mujeres, Géneros y Diversidad, y el de Cultura. Después de que dos artistas presentaran dieran apertura al ciclo de dos días con sus canciones en el CCK, el Presidente tomó la palabra para reflexionar en el marco del Mes del Orgullo LGBTIQ+. “Hay que seguir la lucha hasta que el último energúmeno entienda que todos debemos ser respetados cuando elegimos ser lo que somos”, señaló.
Con una cita atribuida al activista Carlos Jáuregui, el Presidente se dirigió a “todes”. “Es correcto decir todes porque eso incluye a todos y todas, nadie se siente excluido”, dijo, y recordó: “En una sociedad que te persigue, el orgullo es una respuesta política. Quise empezar de este modo porque Jáuregui fue un corajudo impresionante en esa sociedad efectivamente avergonzaba lo diferente y había que ser muy valiente para enfrentar eso”.
“Quiero poner en valor la lucha de los que fueron capaces de llamar la atención del resto de la sociedad por el solo hecho de querer ser feliz”, siguió el Presidente, y subrayó: “Nosotros debemos, todos los días, poner en práctica el orgullo como respuesta política a los que aun hoy discriminan, maltratan y avergüenzan”.
En este contexto, Fernández se refirió al entonces proyecto parlamentario de Vilma Ibarra, que luego se transformó en la ley de Matrimonio Igualitario en la Argentina. “Lo único que impulso fue hacer más feliz a gente que quería ser feliz y que las leyes le impedían amar”, dijo.
El Presidente continuó con elogios hacia su gestión. “Nosotros tenemos que ir profundizando eso que empezó con el matrimonio igualitario, con la igualdad de género, con normas y medidas, como la legalización del aborto, como la Ley de los 1000 días, como la posibilidad de acceder a documentos no binarios…”, dijo, y repasó: “Mientras lo estábamos haciendo la pregunta era: ¿en qué cambia al Estado si uno es varón o mujer? De repente Tani (su hijo) fue y sacó su documento no binario… Qué fácil era”.
Fernández destacó su preocupación por la igualdad de género y por la discriminación trans. “Por eso impusimos el cupo trans en el trabajo”, explicó, y detalló: “Hoy veo con orgullo que en la administración pública ya hay 500 lugares ocupados por personas trans que antes no podían acceder a esto por la imbecilidad humana”.
“Una sociedad democrática es una que se respeta, que iguala, donde cada uno puede ser feliz siendo lo que es y nadie le imponga una condición para ser feliz”, consideró.
Por último, Fernández discrepó con el uso de la palabra “tolerancia”, que había sido previamente utilizada por la ministra de las Mujeres, Diversidad y Géneros, Ayelén Mezzina. “Cuando escucho hablar de tolerancia tengo la impresión de que me tengo que bancar lo que no me gusta. Yo tengo que respetar al otro como es y no tengo que tolerar nada, solo debo respetar”, enfatizó el Presidente.
Y cerró: “Exijan más derechos, porque una sociedad que amplía derechos es una mejor sociedad”.
El discurso de Mezzina
“Nunca le agradecí el lugar”, comenzó la ministra, en palabras de agradecimiento al Presidente.
“No nos olvidemos de lo que logramos con muchísima lucha, reivindiquemos esos derechos”, sostuvo Mezzina, y continuó: “Que las viejas y las nuevas generaciones puedan vivir en un mundo que quizás a nosotres nos costó un poquito más, porque lo vivimos con violencia, con discriminación. Necesitamos más tolerancia como sociedad”.
“Lo único que pedimos es que se nos reconozca, se nos valores y que podamos amar libremente”, concluyó.