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Villa Mascardi: a un mes del desalojo, siguen prófugos los mapuches que huyeron durante el allanamiento

Cuatro integrantes de la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu, asentada en 2017 en Villa Mascardi, siguen prófugos de la Justicia desde el desalojo que ordenó la Justicia federal un mes atrás.

Cuando las fuerzas federales irrumpieron en los distintos predios usurpados para cumplir con la orden judicial, siete mujeres se quedaron y fueron detenidas y los demás integrantes de la agrupación huyeron hacia un sector boscoso.

Fue la segunda vez que la comunidad puso en práctica la misma estrategia, de exponer a las mujeres y niños y proteger a los hombres, ya que en un allanamiento que se realizó en 2017 había actuado de la misma forma.

Sin embargo, en aquella ocasión el grupo que huyó hacia la montaña regresó horas más tarde con intenciones de recuperar la posesión de las tierras y se produjo un enfrentamiento con efectivos de la división especial Albatros de la Prefectura Naval, en el que murió de un disparo Rafael Nahuel, uno de los integrantes de la agrupación.

Se trata de Matías Santana, Cristian y Juan Pablo Colhuan y Yéssica Bonnefoi, ex presos integrantes de la agrupación y protagonistas de distintos expedientes judiciales que se tramitan tanto en la justicia federal como en la ordinaria, por usurpación, atentados y agresiones, entre otros delitos.

Santana es conocido como el mapuche de los binoculares, por haber declarado que vio cuando efectivos de Gendarmería Nacional se llevaban a Santiago Maldonado durante un desalojo realizado en la provincia de Chubut. Su documento de identidad fue hallado en una de las viviendas allanadas por la Policía Federal en Villa Mascardi – que luego fueron demolidas – por lo que su pertenencia a la comunidad está por demás acreditada.

Además es pareja de la guía espiritual de la Lafken Winkul Mapu, la machi Betiana Colhuan, con quien tuvo dos niños. La mujer es una de las cuatro que fue procesada en el marco de la causa que tramita el juzgado federal y sigue detenida, con reclusión domiciliaria. El día de la detención, Santana se presentó en las oficinas de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) para exigir su liberación, cuando aún no se había dispuesto su detención. Esa fue su última aparición pública, que quedó registrada en una imagen.

Pero también se encontraron otros documentos en los que la mujer ratificó que vivía en los predios usurpados. En algunos de ellos – el caso de una nota al ANSES- dijo que se desempeñaba laboralmente en esa zona aunque luego reafirmó que en Villa Mascardi estaba su domicilio.

Los hermanos Colhuan, los otros dos hombres que siguen prófugos, protagonizaron numerosos episodios delictivos en la zona y fueron reconocidos en reiteradas ocasiones.

Las mapuches detenidas

Junto a la machi, siguen detenidas otras tres mujeres que integran la agrupación mapuche: Romina Rosas, Luciana Jaramillo y Celeste Ardaiz, mientras que Débora Vera, Florencia Melo y Andrea Despo quedaron libres y fueron sobreseídas de la causa que derivó en el desalojo.

Personas allegadas a la agrupación exigen por la liberación de las detenidas y el regreso “de la machi a su rewe”, un altar de madera que es considerado sagrado y que permanece erigido en el territorio desalojado.

Es que así lo dispuso la jueza Domínguez, lo que despertó serias críticas de parte de los vecinos del lugar. “Conservar una estructura en un territorio que no le pertenece a la comunidad mapuche, es al menos incongruente” señalaron.

La causa atraviesa un stand by. Mientras que referentes mapuches continúan exigiendo por la liberación de las detenidas, existe incertidumbre por la decisión que adoptará la Cámara Federal sobre todas las actuaciones que impulsó la magistrada.

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