El presidente Alberto Fernández sostiene que aún no es tiempo de definir si es o no candidato. Sus spots lo contradicen y lo muestran en campaña por su reelección. En paralelo, y justo debajo de su despacho, se gesta la campaña de otro precandidato, el ministro del Interior con el que no se habla desde hace varios meses y que viajó a Santa Fe a posar para las fotos junto al gobernador Omar Perotti en plena escalada de la tensión santafesina con Casa Rosada.
La paz que Eduardo ‘Wado’ de Pedro acordó en una charla reservada con el vicejefe de gabinete Juan Manuel Olmos apagó la pirotecnia verbal pero no la actitud desafiante hacia el primer mandatario. Previa visita a Cristina Kirchner, a quien ve con asiduidad en el Senado, el ministro volvió a sus recorridas claramente en actitud de presidenciable mientras daba un discurso para «dejar las discusiones internas de lado».

En el mismo acto que compartió con Fernanda Raverta, directora de la Anses, y la intendenta de Moreno Mariel Fernández, pidió «poner nuestro corazón al lado de las necesidades de nuestro pueblo, que ese es el único compromiso que tomamos en el 2019: gobernar, gestionar para los que menos tienen; gobernar y gestionar para que haya empleo, trabajo, educación, y libertad para todos los argentinos y las argentinas». Ya una semana antes había clausurado el entredicho que off the record había mantenido con el Presidente vía redes sociales.
En el mismo hilo de Twitter escribió que seguirá «militandodesde el lugar que me toque y le pese a quien le pese». Más tarde esa frase fue eliminada.
Otro dato: este viernes el ministro estará en Tucumán, provincia por la que acaba de pasar Alberto Fernández para respaldar la fórmula Osvaldo Jaldo–Juan Manzur. Se pisan los talones y ya no comparten viajes.
LA INDEFINICIÓN DE LA CÁMPORA
De Pedro tiene aval y colaboración de algunos integrantes de La Cámpora que se divide entre los que dan por perdida la elección, los que quieren Cristina 2023 y los que lo ven presidenciable. Muchos actos los organizan dirigentes alineados con Máximo Kirchner como es el caso de Raverta. Casualmente se trata de los mismos funcionarios que ya no comparten actividades públicas con el Presidente ni con sus allegados.
«Sé con quiénes puedo gobernar y con quiénes no» respondió el Presidente a la pregunta sobre su vínculo con Wado de Pedro. Cada cual va por su lado.
DE PEDRO CONSTRUYE VÍNCULO CON EL CAMPO
Con los recursos que tiene como ministro De Pedro viajó este miércoles a Santa Fe acompañado por varios de los integrantes de la cartera que conduce, una estructura que le sirve para establecer vínculos con las provincias. Llegó de la mano de la directora de Migraciones que juega de local, Florencia Carignano, y los diputados nacionales kirchneristas Marcos Cleri y Alejandra Obeid además del titular de Anses Santa Fe, Germán Bacarella. De Interior también viajaron el secretario de Provincias, Bruno Ruggeri y el subsecretario de Relaciones Municipales, Pablo Giles.
En Santa Fe el ministro firmó con Perotti convenios de asistencia financiera en el marco del Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura Regional, (FFFIR) y anunciaron la apertura de una oficina de Migraciones en el Puerto de Santa Fe. No llegó con las manos vacías. Interior tiene recursos para repartir en forma discrecional y De Petro entregó a la provincia $ 600 millones en Aportes del Tesoro Nacional (ATN) destinados a asistir y apoyar a los productores afectados por la sequía.
Justamente en esa provincia viene trabajando su vínculo con el campo en un intento por acercar las conflictivas relaciones con el kirchnerismo desde el 2001. Parte de la pelea del campo contra la Resolución 125 tuvo su génesis en Santa Fe.
«Venimos a escuchar, a tomar nota de los sueños, de las ideas, necesidad y propuestas que tienen los productores agropecuarios del sur de Santa Fe«, señaló el ministro nacional ante un centenar de dirigentes ruralistas con los que habló su propuesta productivista.
UNA VISITA EN MEDIO DEL FUEGO CRUZADO
Tras su visita estalló la pela entre Nación y Perotti. Los santafesinos reclamaron soluciones más allá del envío de gendarmes. Respondió el ministro de Seguridad de Nación, Aníbal Fernández, indignado con el gobernador. Perotti insistió con su postura: «El ministro sigue sin entender la realidad de Rosario y la particularidad de nuestra provincia. Si ésta es toda la ayuda que Nacion puede dar, hay que decirle que no alcanza», retrucó. Justo cuando difundía ese mensaje desde Interior se difundían las fotos del día anterior con abrazos entre Perotti y el ministro del Interior.
De Pedro se tomó además la costumbre de retuitear las actividades de sus compañeros de gabinete y de los gobernadores, incluso de los que llegan a Buenos Aires y no pasan por su despacho.
Esta semana recibió al gobernador Raúl Jalil, de Catamarca, que también pasó por el Ministerio de Economía y viajó a la ciudad balnearia de Necochea. Tuvo además un capítulo de relaciones internacionales. En el marco de los 200 años de la relación bilateral con Estados Unidos se reunió con el embajador de ese país, Marc Stanley, acompañado por el secretario de Provincias, José Lepere, y también de Carignano.
Con el embajador el vínculo se consolida. Justamente molestó en Casa Rosada que un grupo de gobernadores hizo un viaje a Estados Unidos con Stanley y De Pedro en la comitiva. «No es un presidente para que lo acompañe» se reiteró la queja los últimos días.