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Rodríguez Larreta junto a los principales líderes del país en el Foro Llao Llao

“Yo estoy para liderar un cambio real y duradero, no para bravuconadas inconducentes”, sostuvo esta noche Horacio Rodríguez Larreta ante los principales hombres y mujeres vinculados a los negocios de la Argentina reunidos en Foro Llao Llao en Bariloche.
Rodríguez Larreta participó del encuentro, que año tras año reúne en Bariloche a empresarios, dueños de empresas tecnológicas, políticos, funcionarios, científicos, miembros de organizaciones sociales, jefes sindicales, economistas y referentes de la Justicia. Entre otros, estuvieron el anfitrión Eduardo Elsztain (Grupo IRSA), Roberto Murchison (Grupo Murchison), Marcos Galperin (Mercado Libre), Martín Migoya (Globant), Guibert Englebienne (Globant), Federico Braun (La Anónima), Verónica Andreani (Andreani), Agustín Otero Monsegur (San Miguel), Andy Freire (SoftBank) y Carlos Miguens (San Miguel).
Frente a un auditorio repleto, Rodríguez Larreta arrancó expresando claramente su punto de vista basado en la experiencia de gestión: “Mis convicciones no cambian. Puede parecer aburrido, pero yo lo llamo coherencia. Vengo a hablarles solo con la verdad. Ustedes saben que no soy un gran orador y algunos hasta dicen que ni siquiera soy carismático. Pero yo vengo a hablarles al hueso, de frente y con la experiencia y la seguridad de alguien que conoce el Estado hace 30 años y que sabe que las soluciones mágicas no existen. Si hablamos con seriedad, todos sabemos que la inflación no se resuelve con un slogan ni la economía se estabiliza con una sola medida. Ustedes saben de esto. A los problemas complejos, los atacamos sólo con soluciones complejas”.
Y continuó: “Acá la discusión que vengo a introducirles no es entre un cambio profundo o un cambio a medias. Que quede claro: los que quieran instalar que yo quiero un cambio a medias, les están mintiendo en la cara. Yo soy el primero en decirlo. El cambio tiene que ser profundo. Pero hay formas para hacerlo. Si lo queremos imponer a las trompadas, a los gritos, con agresiones, las chances de lograrlo son cero. No sólo porque ya lo probamos y no funcionó, sino también porque este país es republicano y las reformas tienen que pasar por el Congreso. Para eso se necesitan acuerdos. Este camino, el del acuerdo, va a ser más difícil pero yo sé que tenemos chances. Esa es mi manera de trabajar y a lo largo de los años lo comprobé. Yo estoy para liderar un cambio real y duradero, no cuenten conmigo para bravuconadas inconducentes. Eso, que quede para un reality show. Los que queremos arreglar este país: tenemos que trabajar.
Rodríguez Larreta anticipó que su plan de Gobierno tiene cuatro características innegociables y explicó cuáles son:
“Profundo: ambicioso, sin parches. Tiene que buscar resolver los problemas de nuestro país sin medias tintas.
Rápido: la discusión entre shock y gradualismo es abstracta, porque nadie nos presta. El mismo 10 de diciembre van a ver mi impronta. Ya no tenemos los famosos 100 días, ahora tenemos 100 horas.
Integral: no hay medidas aisladas, es un sistema de medidas en las que estamos trabajando hace meses. No es una medida aislada lo que va a resolver la inflación, la pobreza o décadas de inestabilidad.
Duradero: por 30 años, si el cambio es una anécdota, no sirve. No logramos sostener un rumbo hace más de 80 años. Si el cambio es para que vuelva la violencia y los mismos que rompieron este país, no sirve”.
Y adelantó que el plan tiene tres pilares:
1.La estabilización, que es el gran desafío para volver a ganarnos la confianza de los argentinos y del mundo.
2.La consolidación de reformas estructurales para mejorar la productividad
3.Y un plan de desarrollo concreto para los sectores estratégicos.
El Jefe de Gobierno hizo hincapié en la importancia de ordenar la economía como condición básica para dejar de lado la incertidumbre y la inestabilidad. “Vamos a terminar con el déficit, la madre de todas las batallas, para ir hacia el equilibrio fiscal. Eso implica bajar el gasto público y revisar línea por línea el presupuesto de todos los organismos estatales. Es urgente hacerlo porque el ancla es fiscal”, planteó.
Otro objetivo fundamental es impulsar un nuevo modelo monetario y cambiario. “Vamos a reconstruir la independencia del Banco Central para ordenar la política monetaria y volver a tener una moneda confiable”, sostuvo.
Y explicó: “Y el cepo se va lo antes posible. Un sólo dólar, claridad para todos, transparencia y previsibilidad. Pero difícilmente sea el primer día”.
Habló, además, de implementar reformas estructurales para la productividad, una vez que se logre ordenar la economía:
“Vayamos por la modernización laboral en el siglo XXI. Vamos a diseñar marcos jurídicos para las nuevas formas de trabajo y terminar con la industria del juicio”.
“Los planes sociales tienen que dejar su política asistencialista, tienen que ser una ruta directa al trabajo y al progreso”.
“Necesitamos encarar una baja progresiva de impuestos, hoy la carga impositiva asfixia a los que quieren salir adelante produciendo”.
“Vamos a llevar adelante el plan de desregulación más ambicioso de los últimos 30 años. Hoy tenemos un Estado presente donde debería estar ausente y ausente donde debería estar presente. Necesitamos avanzar hacia un Estado facilitador, simplificador y desburocratizador”.
“También necesitamos construir más y mejor infraestructura para bajar costos y aumentar la competitividad. Vamos a recuperar los trenes, vamos a hacer rutas nuevas y vamos a llevar inversión privada para dragar la Hidrovía”.
“Hoy en nuestro país el desastre académico es evidente. Necesitamos garantizar que los chicos aprendan los conocimientos básicos y necesitamos incorporar tecnología, encaminar los aprendizajes del mundo del trabajo, como las prácticas educativas en ambientes laborales. Y vamos a impulsar la obligatoriedad de la evaluación y publicación de los niveles por escuela”.
“En seguridad estamos viviendo una situación de emergencia que requiere de medidas urgentes. Para combatir el narcotráfico, el delito y la inseguridad propongo en primer lugar, blindar totalmente las fronteras con el Ejército. En segundo lugar, crear un Grupo de Élite Antinarcotráfico, el GEAN, con los mejores agentes de las fuerzas nacionales. Va a ser como el FBI argentino. Y para combatir el narcotráfico necesitamos una Ley de extinción de dominio, que congele los bienes de los criminales antes de la condena”.
“Es indispensable un shock de confianza internacional para terminar con el enfoque errático y contradictorio al que nos somete el Gobierno. Vamos a hacer que el Mercosur valga la pena, vamos a terminar con las trabas y el laberinto burocrático que atentan contra el desarrollo productivo general y la firma de cualquier acuerdo comercial que podamos llegar a consolidar”.
En las Estrategias de Desarrollo Sectoriales destacó las oportunidades que se presentan para que Argentina se desarrolle “a partir de la combinación de recursos, talento y potencial de exportación”.
Y expuso seis motores de desarrollo:
Energía y bioenergía. “Es fundamental extraer el petróleo de Vaca Muerta y desarrollar una política energética que fomente el uso de estos recursos como insumo básico de cadenas de valor. Hoy se destinan 5 mil millones de dólares a la importación de energía, Si desarrollamos el sector podemos llegar al final del próximo mandato importante 5 mil millones de dólares a través de la construcción de gasoductos y plantas de licuefacción que nos permitan extraerlo y exportarlo”.
Minería. “Es clave para la transición energética. Hay que apostar a la minería verde y a la coordinación de Nación con las provincias mineras para lograr un impacto positivo”.
Agroindustria. “Necesita mejorar su infraestructura y conectividad. El mundo necesita nuestros alimentos producto de la guerra. Hoy el 70% de nuestras exportaciones son alimentos. En 6 años podemos duplicarlas. Yo sueño con que en cada plato que se sirve en el mundo haya un producto argentino”.
Industria manufacturera. “Representa el 17% del PBI, necesita ser más competitiva a través de un perfil exportador más marcado”.
Economía del conocimiento. “Puede pasar de 200 a 340 mil empleos exportadores y triplicar las exportaciones de 6.400 millones de dólares a 22 mil millones en 8 años, si eliminamos la brecha cambiaria y formamos más perfiles en tecnología e inglés. Es un sector que permite el desarrollo en cada paraje del país. Como soñó Sarmiento con los 100 Chivilcoy, necesitamos 1.000 Tandil”.
Turismo. “Posicionar a la Argentina como un destino turístico único, debemos aumentar la conectividad aérea, desarrollar un turismo doméstico y sustentable.
Las condiciones necesarias para el cambio
Rodríguez Larreta detalló que todas estas propuestas son el resultado de horas y horas de trabajo: “Yo me involucro personalmente en construir un plan en serio, como economista soy un obsesivo de los números. Trabajo además para lograr el consenso del plan con todo Juntos por el Cambio, aprendiendo en cada provincia de los problemas y las oportunidades que hay en nuestro país. Pero el plan solo no alcanza. El plan es una brújula que te marca un norte, pero una brújula sola no te lleva a destino. Para que el cambio sea posible necesitamos otras tres cosas.
Primero, capacidad de gestión y de armar equipos: “Necesitamos un buen capitán que sepa llevar el timón y un gran equipo trabajando en cada sector del barco para llevarlo a puerto. Yo tengo la brújula y tengo el equipo. Y también soy un buen capitán. Hace 30 años que me dedico a esto, y conozco muy bien el Estado. En la Ciudad pueden ver el resultado de mi trabajo. Sé lo que significa gobernar y tomar decisiones, vencer resistencias, armar y conducir equipos sólidos, proponer transformaciones audaces, conseguir los apoyos y lograr que se sostengan en el tiempo. Creo en el método. Creo en el hacer y cumplir la palabra. Cumplo con lo que prometo a la ciudadanía y me mantengo firme en mi convicción de dialogar porque para mí no hay adversarios políticos sino representantes de otros intereses con quienes hay que convivir. Hace 30 años volví a Argentina con la convicción de trabajar por mi país, armé una fundación -Sophia- y empecé a armar equipos. Muchos me siguen acompañando”.


Segundo, una nueva mayoría. “Esto solo se consigue cuando sabés escuchar. Que quede claro, dialogar no es sinónimo de acordar. Ni mayoría, sinónimo de unanimidad. Esto ya lo hicimos en la Ciudad, gobernada en coalición desde la centro-izquierda a la centro-derecha, y gracias a ese gran acuerdo logramos llevar adelante transformaciones nunca antes vista en la historia. Lo mismo tenemos que hacer en la Nación. Necesitamos que esta mayoría se traduzca a nivel nacional en un gobierno de coalición en el Ejecutivo, con reglas claras, y consenso en el rumbo. Un gobierno que garantice la aprobación de las leyes para que se pueda sostener cada reforma estructural en el tiempo. Estamos ya escribiendo y acordando cada proyecto de ley. La Ciudad es un ejemplo de esto. Algo fundamental, hace falta una mayoría de la sociedad que acompañe y sostenga estos cambios. Y yo creo que la sociedad está en ese punto de maduración. Tenemos una responsabilidad enorme de no retroceder y de no caer frente a los populismos de derecha o de izquierda. Es grave uno como el otro. Esto es un gran punto de inflexión. Y ahora les hablo a ustedes, no sean cómplices ni caigan en estos slogans facilistas. No se lo compren, acá se trata de trabajar”.
Y reflexionó que “Somos mayoría los argentinos que nos plantamos para terminar con la política del que grita más fuerte y queremos darle lugar a la política del que resuelve mejor los problemas”.
Y tercero, terminar con la dinámica de violencia de nuestro país. “Esta mayoría tiene que estar dispuesta a construir un país con más tranquilidad y sin agresión. Vengo a apagar el fuego, no a encenderlo. Y creo que acá no se puede ser neutral. El populismo se nutre de violencia, agresión y confrontación constante. Incluso de la agresión de aquellos con buenas intenciones que creen que es la forma de combatirlo. Si le seguimos dando rosca a la violencia, no salimos adelante nunca más. El dilema que enfrentamos hoy es violencia versus el cambio real, confrontación versus soluciones. Populismo versus desarrollo. Y ustedes lo saben bien. Tengamos coraje para romper esa lógica ineficiente y dañina, aislemos a los que gritan y agreden. Pasemos a la era de la acción, de los resultados. Los violentos en esta nueva era serán obsoletos”.
Para el final, resaltó: “imagino que al cerrar este foro les quedará claro que hay mucho acuerdo sobre qué hay que hacer, más allá de que puede haber diferencias en la profundidad y rigurosidad en las propuestas de cada uno. Sin embargo, la diferencia está en el cómo. El cómo es lo que hace que el cambio exista. Ahí insisto, hay sólo dos camino:
Uno, propone seguir con la confrontación, la violencia, el típico ‘vamos a las trompadas’, el ‘que no está conmigo es un canalla’, que todo ‘lo anterior es una catástrofe’ y ‘les tiramos la gente encima’. Ese tiene más rating, pero sus chances de éxito son nulas. Ya lo probamos y nos salió muy mal. La definición de locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar algo distinto. Ya lo hicimos, fracasamos. No cuenten conmigo para repetir los errores del pasado. Les pido que no sean cómplices de eso tampoco”.
Y cerró: “El camino que propongo es construir una nueva mayoría para generar un cambio real y duradero. Es más trabajoso, requiere sentarnos a dialogar con gente que no coincidimos y nos incomoda a todos. Nos exige superarnos y entender la responsabilidad del momento histórico. No es una novedad que sacar a la Argentina adelante es muy difícil, si no alguien ya lo hubiera hecho.Y esa trabajosa tarea, podemos quedarnos toda la noche listando razones de la complejidad. Pero de algo de lo que estoy seguro es que el otro camino tiene cero chances. Hoy vengo a invitarlos a que se sumen a este camino. Al que cuesta más, pero nos va a llenar de orgullo y nos va dejar crecer. Mi predisposición es absoluta. Yo quiero liderar la generación del 23, y quiero que sea reconocida por los libros de historia y no por la aprobación inmediata o por los resultados de la próxima elección. Tenemos que ser más ambiciosos. Y no tenemos que ponernos nuestro propio techo. Yo voy a jugársela toda y me voy a desvivir por cumplir con este deber patriótico. Quiero liderar la generación que lleve adelante el cambio real y duradero”.

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