Julio Piumato, reconocido dirigente gremial, cree que es insólito que en un país que tiene las riquezas con las que cuenta Argentina haya un 40% de pobres. “La clase política ha demostrado su fracaso porque no encontró una salida para el país”.
En un diario cordobés se lee que usted estaría entre los nuevos dirigentes se sumaron a apoyar el proyecto de Juan Schiaretti. ¿Son correctas estas versiones?
No implica que nos hayamos incorporado. Estamos debatiendo con todos los sectores sobre una misma idea sobre el presente dramático que vive la Argentina, pero fundamentalmente con las miras al futuro.
Hace tiempo que venimos coincidiendo con Alejandra Vigo en su actividad parlamentaria, no solo ahora en el Senado, sino también cuando fue diputada nacional.
Fuimos anfitriones, en nuestro gremio, de una reunión, como estamos haciendo la mayoría de los compañeros de la CGT. La idea es que el movimiento obrero en su conjunto tenga una postura frente a lo que viene.
El documento que vamos a discutir hoy en la reunión de Consejo Directivo tiene que ver con eso, con una visión estratégica para ver cómo sacamos a la Argentina de este pozo en el que se encuentra, de esta situación dramática, con más de 40% de pobres, algo inexplicable en un país rico como el nuestro.
¿Esa idea incluye, en perspectiva, que el espacio de Schiareitti se vuelva a unir con el Frente de Todos de cara a las elecciones?
Lo fundamental es el programa. Perón dejó un legado, el modelo argentino para el proyecto nacional. Una Argentina próspera donde todos puedan vivir con dignidad. La potencialidad que tiene nuestro país, desde todo punto de vista, tiene que estar al servicio de los habitantes de este país.
Perón nos enseñó a discutir un objetivo estratégico. Uno fija un objetivo para el país y, a partir de ahí, planifica cómo llegar a ese objetivo. Perón dijo que para encontrar un destino para la Argentina tenemos que hacer la unidad nacional, no sólo entre peronistas, sino sumando a todos los sectores que tengan las mismas banderas.
En estos 40 años de democracia nos hemos alejado mucho de los parámetros de justicia social que alcanzó la Argentina con Perón, con Eva Perón y hasta con Isabel Martínez.
El otro día, un colega tuyo, Carlos Pagni, reconocía que Argentina en el ‘74 tenía un nivel de equidad social comparable con Francia, uno de los más elevados del mundo. Esto es medir la distancia entre los que más ganan y los que menos ganan en el país.
Hoy, la concentración económica ha llevado eso a un nivel de inequidad social que explica, en parte, el 40% de pobres que tiene nuestro país.
Discutir cómo salimos de esto es fundamental. No solo no se discute en la clase política, sino que no se ven perspectivas, porque estamos atados a la especulación financiera trasnacional que, directamente, se lleva todo el esfuerzo de los argentinos.
Históricamente, el peronismo hizo, del ahorro de los argentinos, el fomento del consumo y la financiación de la actividad pública. Hoy prácticamente, a partir de la Ley de entidades Financieras de Martínez de Hoz, que a pesar de los 40 años de democracia aún no hemos modificado, todo ese ahorro argentino es devorado por el sector financiero y queda muy poco para la producción. Estas cosas creo que tenemos que discutir.
El rol de los libertarios en la próxima elección
Usted citó a Perón. Ayer Juan Grabois hizo circular una cita de Perón: “Tengan mucho cuidado pueblo mío porque llegará el día que no necesitarán bombas ni atentados, para destruirlos usarán el estómago. Los poderosos causarán tanta inflación que los confundirán y los dividirán, y ustedes elegirán cómo conductores a los mismos verdugos que manejan la guillotina”.
¿Encuentra alguna relación entre estas palabras y el crecimiento de Javier Milei? ¿Qué significa para usted ese crecimiento en intención de voto?
Milei crece por el rechazo a la clase política, por eso el documento de hoy está dirigido a toda la clase política, no sólo a quienes están en el Gobierno, que son siempre los principales responsables de lo que no se hace, sino a todos. Convoca a todos a discutir un programa de país.
Los que siguen a Javier Milei no expresan las ideas de Milei. La adhesión expresa el rechazo de buena parte de la sociedad a la clase política argentina, porque, evidentemente, la clase política ha demostrado su fracaso porque no encontró una salida para el país.
La política es para transformar la realidad, para mejorar la situación. Hoy da la sensación de que lo que entran en política lo hacen en beneficio propio. Buena parte de la sociedad percibe eso. Hace bastante que buena parte de la ciudadanía vota en contra de algo.
La discusión estratégica hacia adelante
¿Usted no siente que Juntos por el Cambio y el Frente de todos tienen modelos de país diferentes?
No sé, porque no lo dicen. El otro día estuve con una diputada que respeto mucho, Silvia Lospennato, en un programa de televisión. Ella decía que no iba a decir lo que iban a hacer por ahora, que con los problemas de los argentinos “no íbamos a empezar a hablar de proyectos”. Yo creo que es todo lo contrario.
La gente no solo necesita respuesta para la situación dramática de hoy, sino un horizonte, ver a dónde nos llevan. Es como la famosa frase de Menem: “si decía lo que iba a hacer no me votaba nadie”. Creo justamente que hay que discutir claramente un proyecto de país y poner los temas centrales.
El otro día fue una fiesta, yo lo celebré, se votó un pesquero, el más grande de la Argentina, en Mar del Plata, pero con un pesquero no hacemos nada. Nos están depredando todo el Litoral Atlántico.
Argentina tiene Vaca Muerta, pero no tenemos la infraestructura para transportar los recursos. Ahora tenemos el litio, que es el futuro. Bolivia, Argentina y Chile atesoran buena parte de las reservas del litio del mundo.
Son oportunidades. Tenemos que pensar en un plan para que esos recursos naturales sirvan para el bienestar de los argentinos.
Con tantas cosas que tenemos cómo puede ser que seamos tan pobres. Tiene que haber una planificación para generar trabajo en la Provincia, romper esta deformación de concentración ciudadana alrededor del puerto de Buenos Aires, hay que hablar de cosas de fondo.
Permítame ampliar un aspecto sobre el documento de la CGT. A usted le debe haber tocado cruzar situaciones, varias veces, en las que la situación social fue puesta en riesgo. La última fue en la salida de la convertibilidad en 2002, también la hiperinflación del ‘89, y la situación económica del ‘75. ¿Cómo pondera la situación de hoy comparada con otras situaciones que le tocaron vivir?
Para mí es extremadamente grave. Hay que tomar el toro por las astas y empezar a trazar un camino. No hay soluciones para hoy si no tenemos soluciones para lo que viene. Si nosotros plantamos un proyecto de país vamos a empezar a solucionar las cuestiones.
Vos mencionabas el 2001. Yo recuerdo a un patriota que ya no está, Aldo Pignanelli, que dirigía el Banco Central. Cuando se hace cargo del BCRA en el 2002, estaba vacío el Banco Central. La famosa imagen de las transportadoras de caudales que llegaban a Ezeiza de noche, cargaban aviones y se las llevaban, es una realidad que recordamos todos los argentinos.
Sin embargo, con el sentido patriota que tuvo Aldo Pignanelli hasta su muerte, se empezó a defender el interés nacional, a negociar con los distintos sectores para salir adelante.
Argentina pudo, mal o bien, salir adelante de ese drama, cuyo perjuicio lo pagaron. Un 20% de los argentinos quedaron fuera del sistema. Pero se empezó a trazar un camino de salida, que lamentablemente después no continuó, no se pudo seguir aprovechando esa situación favorable de aumento sideral de los commodities, que generó una entrada de divisas brutal.
Si nos quedamos mirando el hoy, yo creo que no hay solución. Estamos en un bote agujereado sacando el agua con cucharita, nos vamos a ir para abajo. Las medidas coyunturales tienen que tener una perspectiva.
La gestión del ministro de Economía
¿Considera que Massa está sacando con cucharita el agua en un coche agujereado?
Estamos en un bote tratando de sacar agua con cucharita, pero Sergio Massa tiene un cucharón. En estas condiciones tampoco alcanza. Cuando asumió Massa la situación explotaba, y creo que un poco la enderezó.
Pero ese éxito no puede ser a costa de los trabajadores, porque no somos los trabajadores los que generamos la inflación. Cansa estar corriendo siempre con los salarios detrás de la inflación.
Cuando hay inflación la plata se va de la mayoría de los argentinos, pero no se esfuma. Hay que buscar quién se beneficia con la inflación, y ahí entra la cosa de la usura financiera. Con las leliqs usan nuestra plata, nuestros ahorros, para financiar al Estado, y terminamos pagando a esas entidades financieras tasas de interés siderales.
Hay una diferencia en lo que le pagan a un argentino por un plazo fijo y lo que le cobran a las entidades financieras por esas leliq, con la que sólo pueden beneficiarse ellos.
Hay versiones de que Sergio Massa sería candidato a presidente y contaría con el apoyo de la CGT, ¿qué opinión le merece esto?
Nosotros vamos a tratar de tener una posición general. Hoy, más que en discutir candidaturas, desde la CGT estamos interesados en una línea estratégica, que Argentina necesita desarrollo, producción y trabajo.
Hoy el documento va a ir en ese sentido, llamamos a todos los sectores a discutir ese proyecto de país. Hay un fuerte llamado a la clase política para que tomen el timón de este barco que está sin rumbo.
No hay solución para Argentina si estamos en un mero derrotero táctico del día a día. Hoy el pueblo argentino la está pasando mal. Tenemos que discutir hacia dónde vamos.
La convocatoria gremial a los sectores de la oposición
¿Hay expectativa de que Juntos por el Cambio también participe de ese llamado?
Sería lo ideal, o por lo menos aquellos sectores que verdaderamente tengan una vocación nacional. Acá, lo que dicen es “tenemos que reformar las leyes laborales”, ya están trabajando para determinados intereses.
Cualquier empresario medio, en confianza, te va a decir que el problema de todas las empresas, y fundamentalmente de las PyMes es, primero, el costo financiero. Es muy difícil, acá en Argentina, que un productor pueda financiar la ampliación de su sistema.
Con lo que ganan las entidades financieras prestando dinero al Estado no les conviene prestarle a un particular, o les prestan en condiciones absolutamente imposibles para desarrollar actividades productivas. Lo segundo es la presión impositiva, es tremenda. Recién tercero está el costo laboral.
Entonces, los que levantan como bandera la reforma laboral están equivocados. Cuando se han modificado las leyes laborales no se creó empleo. Precisamente, uno de los problemas que tenemos es el trabajo informal.
Como la gente no tiene seguridad, los que tienen un plan piden estar en negro para no perder el plan. Es el perro que se muerde la cola. Tenemos que ir a los problemas fundamentales.
A mi juicio, uno de los problemas es que estamos saqueados por los capitales financieros. Es el sector que más gana en la Argentina hace 20 años. En un país, cuando lo que gana es la especulación, pierde la producción, pierde el empleo y pierden la mayoría de los argentinos.