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Crearon una plataforma que inventa historias infantiles con inteligencia artificial

Juana (6) es la última en dormirse. Se queda atenta hasta el final escuchando el cuento que le leen cada noche. A veces en la voz de Ana Kogan (42), su mamá, y otras en la de Javier Severino (45), su papá. Hace un tiempo que esta nena empezó a pedir más de esas historias que le relataban: quiso ser protagonista.

Fue a partir de estas ganas de formar parte de las narraciones de cada noche que sus papás empezaron a investigar la posibilidad de ofrecerle cuentos a demanda usando inteligencia artificial.
Ana y Javier crean cuentos a demanda con inteligencia artificial. La idea surgió a partir del pedido de su hija menor. Foto Juano TesoneAna y Javier crean cuentos a demanda con inteligencia artificial. La idea surgió a partir del pedido de su hija menor

“A eso de las 20 estamos cenando y a las 21.30 arranca el momento de lectura. Si bien no nos consideramos grandes lectores, es algo que fomentamos en nuestros hijos», dice Ana, que también es mamá de Ezequiel (11) y Ailín (14).

«Con mi marido nos turnamos. Juana comparte el cuarto con Ezequiel, así que leemos para los dos», agrega.

Al principio, elegían algún libro de la biblioteca. Muchos de ellos se los sabían de memoria porque ya se los habían leído a Ailín.

«También recurríamos a nuestra imaginación, especialmente cuando nos llegaba algún pedido puntual: por ejemplo, que una historia termine diferente. Después surgió la idea de apoyarnos en la inteligencia artificial”, aporta Javier.

“Nos pareció interesante contar con la posibilidad de personalizar las historias, además pensamos que es una buena manera de tratar temas vinculados a lo que les pasa a nuestros hijos en el día a día”, suma el papá.

Así nació cuenti.to, una plataforma para crear historias infantiles. La desarrolló esta pareja e incluye textos e imágenes, según explican.

“Empezamos probando con Chat GPT y después usamos otras inteligencias”, detalla Javier, que trabaja en marketing, cercano a temas de tecnología, y se formó como analista de sistemas en la ORT.
Ana y Javier están juntos desde hace 18 años. Foto Juano TesoneAna y Javier están juntos desde hace 18 años

Solo hay que escribir en un buscador cinco palabras que describan una situación, personajes o la idea principal del cuento, y hacer click.

En un minuto, la plataforma presenta el cuento que se puede compartir o incluso editar.

“Viene acompañado de ilustraciones. Configuramos el generador de imágenes para que la oferta sea diversa y no hegemónica”, precisa Javier.
Ana y Javier junto a sus hijos Ailín (14), Ezequiel (11) y Juana (6). Foto Juano TesoneAna y Javier junto a sus hijos Ailín (14), Ezequiel (11) y Juana (6)

Otra de las opciones que ofrece la plataforma es advertir sobre contenido inapropiado: “Nosotros ya filtramos 1.200 términos pero igual está la opción de alertar ante lenguaje ofensivo o algún otro detalle que no esté bueno para los chicos».

Cuando reciben un aviso, el cuento deja de estar disponible y pasa a revisión. El trabajo es a pulmón y atrás del proyecto está la pareja por lo que son ellos los que chequean el cuento denunciado.

“La intención es que no solo le sirva a otros padres, que quieren ofrecerle a sus hijos una lectura original, también buscamos llegar a las escuelas para que puedan armar textos personalizados”, asegura Javier, que dice que su cuñada es docente y ya llevó la propuesta al colegio en el que trabaja. «Lo están probando, tienen varias ideas para incorporarlo como herramienta en el aula«, agrega.

El que ingrese a la plataforma puede generar un cuento sin costo y luego tiene la posibilidad de registrarse y cocrear tres más gratis. Existe la posibilidad de mandarlos a imprimir.

En un mes, tuvieron 10.000 visitas y ya cuentan con 3.000 relatos generados a partir de los pedidos de los usuarios. Dicen que si el proyecto sigue creciendo, les gustaría incorporar autores e ilustradores.

“Estaría bueno ofrecerle el espacio a escritores y dibujantes para sumar valor», sostiene Javier.

«La inteligencia artificial no los reemplaza. Creo que se podrían mezclar las dos cosas: usar textos hechos con inteligencia artificial con imágenes de algún artista o el trabajo de un autor acompañado por ilustraciones generadas programando”, cierra Javier.

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