La CGT aprobó esta semana un crítico documento sobre la situación económica y social. ¿por qué alertan sobre el riesgo de descomposición social?
Por la descomposición que se articula a partir del salario y del trabajo y la falta de esperanzas. Hoy hay un nubarrón que nos quita perspectiva, seguridad. Y vemos que entre quienes manejan el joystick de alguna manera que es la política, no solo quienes tienen la responsabilidad de gobernar sino también la oposición, hay un internismo, una discusión de palacete. Mientras la sociedad no ve una reacción de la política para mostrar a partir del diálogo y la concordia que, más allá de las diferencias que puedan existir, pueda haber un entendimiento común en los problemas estructurales que tenemos que resolver.
-¿Creen que la política no está comprometida con resolver esos problemas?
La política se encerró en una agenda que está únicamente definida por el internismo de cada espacio, en la discusión de quien saca el primer tuit, quién se posiciona en las redes, quién pone en evidencia la discordia que puede haber, pero no vemos que pueda existir un entendimiento para generar políticas de estado que den una garantía de previsibilidad y de esperanza a la sociedad.
Puntualmente en el documento se concentran en la denuncia por la situación de la inflación y el aumento de la pobreza.
Es que la inflación es el impuesto a la pobreza y corroe toda la estructura económica y productiva. Los daños que genera son muy complicados y enrarecen todo. Y el estado de ánimo de quienes que se ven expuestos a sufrir esta situación también influye. Y la política tampoco está mostrando estar a la altura de la circunstancia, de saber separar el interés de poder llegar a ser Gobierno de la necesidad de generar un espacio de diálogo. Observamos que en este momento en vez de ir codo a codo, estamos yendo a los codazos. Esto es lo que se ve y lo que molesta. Molesta escuchar decir que los trabajadores podemos ser corresponsables de una inflación de tres dígitos. La verdad que eso es mostrar una ignorancia total, muy poco serio.
¿Entonces la raíz de los problemas económicos del país son consecuencia de la política?
Decimos con mucho respeto que el 60% de los generadores de este momento de inestabilidad, de desconfianza, de falta de seguridad jurídica son los políticos. La política es responsable de este proceso inflacionario.
La CGT también denunció operaciones especulativas.
Esa sospecha siempre reina. Cuando se habla de un proceso inflacionario una empresa en lugar de contratar más ingenieros contrata más contadores y más hombres de las finanzas, y ese se vuelve el único camino para ganar dinero aprovechando la situación. Por eso hablo de la corrosión que genera el proceso inflacionario. Hay cosas en las que no se pueden jugar, es la responsabilidad que tiene para atender las necesidades que en forma inédita estamos teniendo con este nivel de pobreza y marginalidad.Gerardo Martínez, titular de la Uocra y referente de la conducción de la CGT.
Y con trabajadores formales que están por debajo de la línea de pobreza.
Eso es lo que tenemos que resolver. Se necesita un plan, y no hay plan. Hay medidas aisladas que se dan sin una estrategia de conjunto. Lo que decimos es que ante la gravedad y los riesgos que tiene la Argentina porque está cerca del abismo, no hay ninguna fuerza política que esté en condiciones de resolver estos problemas desde la soledad. El país está cerca del abismo. ¿Qué hubiera pasado si Sergio Massa no tomaba la decisión de ser ministro de Economía? A muchos nos genera muchas dudas porque la verdad estábamos en una situación crítica, muy delicada, y fue un mensaje de autoridad para generar una confianza.
¿Observan al Gobierno en una situación de mucha debilidad?
Si claro, débil por muchas razones. Le tocó la pandemia sanitaria, el tema de la guerra y ahora el tema de la sequía, por el que la Argentina perdió un ingreso de casi 20 mil millones de dólares. Esta es una realidad que debilita las posibilidades del oficialismo para tener espalda para afrontar las contingencias. Por eso tiene que haber un camino de concertación y diálogo.
¿La debilidad del Gobierno se debe solo a las dificultades que enfrentó o también es producto de la propia interna del Frente de Todos?
Ahí hay un combo. En toda fuerza política tiene que haber debates y a veces acalorados. El tema es cuando uno, en la postura que pueda tener, sale a contar y exponer la situación. No se por qué razón hoy todo se viraliza y no digo que está mal que la sociedad tenga posibilidad de acceder a condiciones que tienen que ver con los debates que se dan dentro de la política, pero mostrar discusiones personales, posturas personales, eso no va.
¿Lo dice por la relación entre el Presidente y la Vicepresidenta?
Si, por supuesto. Es una situación que la verdad no nos gustaba y lo dijimos. El sistema argentino es presidencialista y más allá de que pudiéramos o no estar de acuerdo con el Presidente, siempre jerarquizamos su protagonismo. No se puede poner en tela de juicio la responsabilidad ni la imagen del Presidente porque ahí nos dañamos todos. Y observamos de una manera sorprendente que se exponían ante la sociedad situaciones que formaban parte de un trazado de conversación interna del Gobierno. Y la sociedad decía «pero cómo, con todos los problemas que estamos teniendo, se están mostrando en un acto para decirse lo que se tenían que decir cara a cara». Cuando uno es parte del Gobierno tiene que tener responsabilidad de cómo actúa. Me parece que se podían haber evitado ese tipo de cosas, y eso hubiera traído más calma, más tranquilidad. ¿Hay necesidad de eso?
¿Qué reflexión hace de la decisión del Presidente de bajarse de su aspiración reeleccionista?
Creo que es un salto cualitativo por parte del Presidente, que contribuye a un reordenamiento del Frente de Todos. Hace que podamos tener un debate sin los dos puntos extremos, Cristina y Alberto, que veíamos que era difícil no solo que hablen, sino que se encuentren.
¿Por qué cree que tomó esa decisión?
No me sorprende. Siempre consideré que Alberto como político ha sido un hombre muy respetuoso, que ha tenido una visión clara de compartir el diálogo, de no ser fanático en sus posturas, de tener una sensatez. Y la verdad que le digo gracias que la haya tomado porque indudablemente genera un panorama menos turbulento. Su decisión también marca que las primarias tienen que tener un valor supremo, porque no puede haber de ninguna forma un dedo superior para determinar quien es el candidato.
¿La CGT tiene candidato?
Como tal la CGT aún no ha entrado en esa definición. Buscamos tener una postura equidistante. En este momento la mayoría, no todos, constituimos el Movimiento Sindical Peronista y estamos debatiendo. Algunos pensamos y soy uno de ellos, que Massa puede ser un candidato solvente porque uno ve la capacidad de gestión y liderazgo que tiene y que sabe reconocer que si se equivoca, dar dos pasos atrás y revisar esa decisión.
Massa públicamente sostiene que no va a ser candidato.
Después está la decisión de él, claro. Pero muchos de nosotros vemos que Massa tiene las condiciones para ser candidato, tiene soporte, tiene agenda, no es un improvisado y ha mostrado que apuesta al diálogo, que abre puertas.
Pero los problemas económicos se agudizaron, la inflación escaló…
Cuando asumió como ministro sabíamos que no iba a venir de un día para otro con una varita a resolver todos los problemas, pero tenía que asumir para que no pase lo peor. El ministerio de Economía tiene que ser el ministerio de la confianza, sea una buena o una mala noticia, porque uno de los problemas que tenemos es la desconfianza. Discutí con él a principios de año por la idea del tope salarial. Le dije que no era necesario porque si la inflación bajaba, naturalmente el reflejo se iba a dar en la negociación salarial. Cualquier medida antiinflacionaria y que no genere un ajuste solamente en los trabajadores, lo vamos a entender.
¿Hoy Massa es garantía de gobernabilidad?
El Frente de Todos es la garantía de gobernabilidad. Cada uno en su papel, obviamente que vamos a estar mirando más de cerca el impacto que genera el ministerio de Economía en un proceso donde manda la agenda de la crisis macroeconómica. Por eso en la CGT advertimos que estamos a tiempo. Es una advertencia a toda la política porque nadie va a salir mejor, no busquemos empeorar las situaciones, tengamos responsabilidad.
¿Cree que hay algunos dirigentes que apuestan al que «cuanto peor, mejor»?
Hay alguna gente y supongamos que puedan llegar a ser gobierno, pero me pregunto si creen realmente que en 24 horas van a resolver los problemas de la gravedad que enfrentamos. Tengamos mucho cuidado con eso. Hay que tener responsabilidad y no exponer cantos de sirenas que van a estallar en algún momento.Gerardo Martínez, titular de la Uocra y referente de la conducción de la CGT
¿Y cuál debe ser el rol de Cristina en este escenario?
Cristina es muy importante, su experiencia, el caudal de conocimiento que tiene y su liderazgo juegan un papel importantísimo para lograr la cohesión del Frente de Todos. Me parece que no se van a volver a repetir todas estas circunstancias que esperaban todos lo que podía decir Cristina, cómo iba a contestarle (al Presidente) en tal o cual acto. No hay margen para ese tipo de cosas. Ella va a jugar un papel fundamental, pero el hecho de que no haya un dedo es importantísimo.
¿Descartan que ella pueda ser candidata?
Creo que el renunciamiento que hizo es total. No creo que sea candidata a presidenta o vicepresidenta.
¿Por qué la CGT invitó a Massa al acto por el Día del Trabajador?
No dejamos de invitar a nadie. Pueden venir quienes se sientan con las ganas de compartir este acto. Estimo que Massa va a venir y eso no quiere decir que los demás no puedan venir. Es un acto abierto, no hay bolilla negra.
¿No genera más disputas dentro de la CGT que también tiene su propia interna?
La CGT es un cuerpo colegiado, cualquier decisión se hace sobre la base del consenso y que todos tengan la oportunidad de hablar. Buscamos ser plurales y aceptar la diversidad, a nadie se le cierra la boca. Hay un sector mayoritario, pero buscamos generar un salto cualitativo privilegiando la unidad. No es fácil, pero tenemos la tolerancia suficiente para aceptar que puede haber diferencias y que se pueden resolver en el diálogo. Hay margen para entender que alguno pueda tener una opinión diferente.
El «cliché» de la reforma laboral y la exigencia de renegociar todo el acuerdo con el Fondo
«La CGT no va a soportar una situación de ajuste que caiga sobre las espaldas de los trabajadores. Vamos a reaccionar». La advertencia de Gerardo Martínez, el titular de la UOCRA se vincula estrechamente con la creciente preocupación sindical por los efectos sociales de las metas fijadas en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
La apuesta de la central se concentra en el reclamo de una rediscusión total del entendimiento, un planteo que le trasladaron al ministro de Economía, Sergio Massa, y que fue el eje de la conversación que días atras una delegación cegetista mantuvo con la número dos del Departamento de Estados de EE.UU., Wendy Sherman, en el marco de su visita a la Argentina.
¿Qué está pidiendo concretamente la CGT en relación al acuerdo con el Fondo?
Que tiene que haber una oportunidad de rediscusión y lo hablamos con Sherman porque Estados Unidos tiene que comprender, por la importancia que tiene dentro del Fondo, que es necesario revisar totalmente el acuerdo. Buscamos que haya una apertura y mejores márgenes para poder tener la capacidad para pagar lo que tenemos que pagar. Hay que modificar ese nivel de restricciones que estamos teniendo y que nos ahogan. La CGT no va a soportar una situación de ajuste que caiga sobre las espaldas de los trabajadores. No hay margen para eso.
¿Temen por un estallido?
Podemos tener una mesa para administrar el conflicto social, pero me parece que si el Fondo no modifica las pautas vamos a tener problemas serios. Nosotros vamos a reaccionar. Hoy hay una presión de abajo hacia arriba. El tema es como nos anticipamos para que eso no ocurra. Y la mejor manera es trasladar el diagnóstico.Tiene que haber una reestructuración de las condiciones que se pactaron porque la situación empeoró. Y estamos trabajando para eso.
En el medio siempre aparecen algunas exigencias, como por ejemplo la reforma laboral. Varios candidatos de la oposición la plantean también.
Veo un cliché de mercantilismo político con lo de la reforma laboral. Y le quiero decir a las distintas fuerzas políticas que los sindicatos no nos quedamos de brazos cruzados, no somos conservadores, nos actualizamos y vemos el impacto que se da en las distintas actividades y que pueden perjudicarnos o favorecernos. Los trabajadores sabemos que nadie nos regala nada y todo lo que podamos conseguir es a través de la inteligencia, la capacidad organizativa y la fortaleza que tengamos cuando discutimos con los empresarios o con quienes nos gobiernan. La modernización está y se tendrán que resolver algunos temas, no somos necios en eso. Lo que habría que darle es mayor incumbencia a la capacidad de gestión, decisión o acuerdo que puedan tener los convenios colectivos. Darle más fortaleza, una habilitación de mayor capacidad de negociación colectiva. Los grandes títulos de reforma laboral adentro no dicen nada. Nadie como vidrio y todos sabemos cual es el límite.
Itinerario
Gerardo Martínez es desde 1990 el titular de la UOCRA y ocupa la secretaría de Relaciones internacionales de la CGT, además de ser miembro titular del Consejo de Administración de la OIT e integrante del Comité de Libertad Sindical de ese organismo internacional. Nacido en San Fernando en 1957, padre de tres hijos, tiene una extensa trayectoria y militancia en el mundo sindical y político: fue secretario general de la central obrera entre 1995 y 1996, y ocupó una banca como diputado nacional entre 1997 y 2001 en representación del partido Justicialista bonaerense. Integra con los dirigentes Andrés Rodríguez y José Luis Lingeri el denominado grupo de «independientes» que, junto a los «gordos» y el barrionuevismo, ostentan actualmente la mayoría dentro del consejo directivo de la CGT.
Al toque
Un proyecto.
Que el sindicalismo contribuya al desarrollo, a la producción y el trabajo para la Argentina.
Un recuerdo.
Ver por primera vez a Perón junto a la militancia en Gaspar Campos y el nacimiento de mis hijos.
Un sueño.
La unidad del sindicalismo argentino.
Un líder.
Juan Domingo Perón.
Un prócer.
San Martín.
Una comida.
Milanesas con papas fritas a caballo.
Una bebida.
Vino.
Una persona a la que admire.
Mi madre.
Un placer.
Encuentro con amigos.
Una película.
The Truman Show.
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Borgen o Salvados «Viva la clase media»
Un lugar en el mundo.
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