Categorías
Noticias Sociedad

Subrogación de vientre: el vacío legal que transforma una necesidad en un negocio rentable

En la Argentina, la subrogación de vientre creció a lo largo de los años y le brindó a un centenar de personas y parejas que soñaban con formar una familia la posibilidad de tener un bebé. Sin embargo, el debate para sancionar una ley que regule la práctica se diluyó y el vacío legal comenzó a habilitar algunas situaciones de abuso. Entre el aumento de la demanda y la cuestión económica, ¿es una necesidad de quienes no pueden concebir o, por la falta de legislación, termina siendo un negocio? ¿Es ético pagarle a una persona para gestar a un bebé?

La polémica respecto al alquiler de vientre revivió luego de la polémica deAna Obregón, que quedó en el centro de todas las miradasdespués de anunciar que se convirtió en “madre” de una bebé nacida a través de gestación subrogada. La actriz española de 68 años decidió cumplir la última voluntad de su hijo fallecido en 2020 y utilizó su esperma para el tratamiento que se llevó a cabo en Estados Unidos.

“Ha sido muy difícil. El embarazo no se produjo al primer intento, ni mucho menos; han sido varias veces y cada vez que no salía me llevaba un disgusto horrible y a empezar de nuevo. Ha sido una batalla, pero es lo que me ha mantenido con vida. Es que si no fuera por esto, yo ya no estaría aquí”, declaró en una entrevista con la revista ¡Hola!.

Esta práctica -de manera comercial- es legal solo en algunos países del mundo como Estados Unidos, Ucrania (antes de la guerra), Canadá y Rusia. Hay lugares en los que solo está permitida si se hace de forma altruista; pero en otros directamente está prohibida, como España.

Se trata de un método de reproducción asistida en el que una mujer lleva adelante un embarazo para otra persona o pareja. En la Argentina, la técnica no está prohibida: “Es licito hacerlo acá pero solo altruistamente. Para ello, existen las guías clínicas en las que hemos ido desarrollando protocolos entre gestantes y padres procreacionales, y donantes si fuera el caso”, señaló Stella Lancuba, doctora (MN 62939) y directora de CIMER Centro de Fertilidad.

No hay un registro oficial que informe exactamente cuántos bebés nacieron a través de la subrogación. Sin embargo, los especialistas aseguran que desde se inició en el país se han realizado más de 2000 tratamientos.

En los últimos tres años creció la demanda de personas que buscan subrogar vientres en la Argentina. (Foto: Adobe Stock)
En los últimos tres años creció la demanda de personas que buscan subrogar vientres en la Argentina

En ese sentido, Lancuba marcó un aumento marcado en la demanda para comenzar los tratamientos en los últimos tres años por diferentes factores, entre ellos, la creación de clínicas especializadas en esta técnica de reproducción asistida.

“Mucha gente emigró al exterior para hacer estos tratamientos, pero al haber clínicas aquí, da más tranquilidad y seguridad de hacerlo en tu propio país. No es fácil trasladarse a 10 mil kilómetros de casa y estar un año o lo que dure el proceso, ya que eso lleva su tiempo. Podemos decir que está aumentando la demanda porque los centros nacionales estamos en condiciones de ofrecer un buen tratamiento”, destacó.

Un dato no menor es que la gestación comercial en el extranjero es costosa, lo que también puede atraer a turistas que vengan específicamente a subrogar al país por su valor. Por ejemplo, en Estados Unidos puede variar entre los US$150 a US$200 mil; en Ucrania (antes de la Guerra) el tratamiento salía cerca de US$50 mil.

En cambio, aquí los costos de la subrogación solidaria en una guía clínica que te asesora y lleva adelante la prácticapueden rondar en los US$15 a US$20 mil.

De todas formas, la directora del CIMER agregó: “Más allá de lo económico, también es importante remarcar que se dio una facilitación en los mecanismos legales. Esto permitió que la gente se anime a buscar gestantes y, a diferencia de antes que era inalcanzable, hoy termina teniendo más alcance”.

Subrogación de vientre: cuál es el marco legal en la Argentina

Aunque hace años se realiza la gestación subrogada en la Argentina, todavía no existe una ley que reglamente la práctica. Este vacío legal hace que, en ciertos casos, algunas personas se aprovechen de la desesperación de quienes no pueden llevar adelante un embarazo y pidan una abultada suma de dinero para hacerlo.

“Ahora solo están contempladas aquellas personas que tienen real interés en ayudar a que parejas puedan tener un bebé que, de otra manera, no podrían. El marco ideal es una persona en el circulo íntimo, pero es lícito que una mujer se autodetermine gestante y lo haga con alguien que conoció en redes sociales, en la calle o en cualquier lado”, señaló Florencia Daud, abogada especialista en reproducción asistida.

Sin embargo, admite que hay un limbo jurídico cuando se habla de compensación económica para la gestante porque las líneas se comiencen a desdibujar y puede haber malos entendidos o exigencias monetarias imposibles de manejar.

En la Argentina no hay una ley que regule la subrogación de vientre. (Foto: Adobe Stock)
En la Argentina no hay una ley que regule la subrogación de vientre

En ese sentido, Daud sostiene: “Es indispensable una ley que detalle si la gestación comercial está habilitada o no. Puede haber una compensación lógica, entendible por la exposición de quien gesta, pero dejar sin reglamentación puede llevarse a situaciones incomodas en las que se barajen ciertos valores. Expone a que los extorsionen y se convierte en una desprolijidad total”.

Según detallan las especialistas, la posible gestante decide con los comitentes -o padres intencionales- las condiciones previamente y se define cómo se llevará adelante el tratamiento. En esos arreglos, se tiene en cuenta la calidad de vida de la mujer, aunque puede pasar que le pidan a la subrogante cosas que ella no esté dispuesta a aceptar, como mudarse a otra ciudad o dejar de trabajar.

“Una ley de gestación subrogada vendría a aclarar, delimitar y poner un marco normativo a una práctica que actualmente en el país viene sucediendo. Tranquilamente la normativa podría reglamentar la subrogación altruista, imponiendo penalidades a quienes intenten comercializar o lucrar con ello”, señala Sandra Lencina, abogada con formación en Género y Niñez y miembro de AboFem Argentina.

Pero primero se debe dar el debate en la sociedad y establecer qué tipo de subrogación se busca tener: si la gestación solidaria, comercial o ambas. A partir de ahí, la discusión planteará una regulación para evitar que se dé lugar a una especie de “mercado de personas”.

De la elección de la gestante al nacimiento del bebé: cómo es el proceso

Puede pasar mucho tiempo desde el momento en el que una persona o pareja decide emprender el tratamiento hasta encontrar una gestante apta que pueda comenzar el proceso.

En muchas ocasiones, se comienza con una consulta en las clínicas especializadas para conocer la práctica. Allí reciben asesoramiento por parte de un grupo de profesionales que evalúan la posibilidad de avanzar. En otras, los padres intencionales ya van con una posible gestante y la cuestión puede, quizás, resolverse un poco más rápido. La evaluación psicológica en ambas partes será fundamental para no confundir roles.

¿Hay criterios para elegir quién va a llevar nueve meses al bebé en su vientre? Sí. Principalmente, tiene que ser una mujer menor de 40 años (o hasta, dependerá del caso), que tenga buen estado de salud física y emocionalmente (es decir, que no tenga patologías previas) y que no haya tenido más de dos cesáreas. Idealmente, en algunos centros, prefieren quela elegida tenga hijos propios.

En esa línea, la descripción de las expertas marca un fuerte protocolo de selección para tener la máxima efectividad clínica y el menor riesgo posible para la gestante.

También hay que tener en cuenta otras cuestiones: si las dos gametas (óvulos y espermatozoides) la aportan los padres intencionales o si una o ambas gametas provendrán de bancos donantes.

Tras retirar el líquido de los folículos ováricos, se separan los óvulos y se procede a vitrificarlos. (Fotos: Gentileza Laboratorio de WeFIV)
Tras retirar el líquido de los folículos ováricos, se separan los óvulos y se procede a vitrificarlos

“Ahora podemos usar las dos gametas donadas. Antes del 2017, necesitábamos al menos una de la pareja cuyo ADN permitiera probar que era suyo, pero hoy no importa eso porque hubo un cambio en el Código Civil en relación con la voluntad procreasional. Además, a diferencia de otros países, acá no es necesario ni obligatorio estar en pareja o necesariamente casados”, señala Florencia Inciarte, coordinadora del área de fertilidad en Halitus.

La instancia siguiente consta de los estudios para comprobar la viabilidad del tratamiento. Una vez que los resultados son óptimos, se firman los consentimientos previos y ya puede iniciar el tratamiento.

Cómo anotar a un bebé nacido a través de gestación subrogada

Pese a que el artículo 562 del Código Civil y Comercial de la Nación dice que es madre del recién nacido es quien lo gestó, en la Argentina se puede firmar el consentimiento previo, libre e informado entre la mujer gestante y los comitentes para poder dar constancia de quiénes son realmente los padres.

Quienes subroguen un vientre, deberán acudir a la justicia y solicitar una autorización antes del nacimiento para poder inscribir al bebé a nombre de los padres intencionales. Esta situación es así en todo el país menos en la Ciudad de Buenos Aires, en donde se permite anotar al menor sin autorización legal, pero necesariamente con el consentimiento previo protocolizado.

En el caso de alquilar un vientre en el exterior, dependerá de las normas de cada país. Según el Código Civil nacional, prima el interés superior del menor que tiene el derecho a un nombre y una nacionalidad. Es por eso que si el bebé nace bajo esta técnica en Ucrania, viaja con la partida de nacimiento ucraniana y se reconoce el contrato que se formó en ese país. En estas situaciones, el recién nacido sale con los papeles provisorios que le otorga el consulado argentino y al arribar al país, se convalida esa partida con apostillamiento de La Haya. En Estados Unidos es diferente: el bebé adquiere la ciudadanía norteamericana y luego se hace el trámite para tener la doble ciudadanía o para que sea residente permanente argentino.

Subrogar vientres: experiencias en primera persona

Hace un poco menos de un año, Yanina -que vive en la Ciudad de Buenos Aires- se ofreció como gestante en páginas de Facebook. Rápidamente la contactó una pareja de Bahía Blanca: “Sentí que los tenía que ayudar. La mamá me contó su historia, muy triste, y me salió hacerlo de corazón”.

“Nunca pensé vivir algo así, sufrimos un poco porque costó que el embrión se agarre a mi, pero en la tercera transferencia dio positivo y fue una emoción muy grande. Lo sentí como si fuera mío, aunque tenía claro que yo no era la mamá del bebé que llevaba en mi vientre”, relata la mujer.

Ante la pregunta respecto al acuerdo llegado con los padres, detalló: “Sinceramente lo hice de corazón, pero ellos me ayudaron mucho. Cuando quedé embarazada, ellos me enviaban plata para vivir. Fue mutua la ayuda”.

En ese sentido, destacó todo el proceso: “Hoy soy feliz con lo que hice y no me importan las críticas. Amé ayudar a dar vida”. El vínculo con los padres del bebé fue tan fuerte que hasta la fecha se siguen hablando y Yanina fue invitada a festejar el primer año del nene.

Daniela también publicó en las redes que se postulaba como gestante, pero admitió que el motivo real de la oferta tiene que ver con la cuestión económica: “Obviamente están las ganas de ayudar a alguien a cumplir el deseo de ser madre/padre, pero si te digo que es solamente por eso te estaría mintiendo”.

Este tratamiento de reproducción asistida creció en los últimos años en el país por la creación de clínicas especializadas. (Foto: Adobe Stock)
Este tratamiento de reproducción asistida creció en los últimos años en el país por la creación de clínicas especializada

“Acá te pagan una compensación por subrogar cerca de US$15.000 a US$30.000. En algunos casos, suman mantención mensual, obra social, ropa de maternidad y guardería entre otras cosas”, precisó la joven y contó: “En mi caso me contacto un hombre de España que tiene familia en Argentina y quiere tener a su bebé acá.

Pedro busca hace un largo tiempo una mujer que geste a su bebé y asegura que los costos para llevar adelante el tratamiento son muy elevados: “Todas piden una fortuna y a la clase laburante le cuesta horrores llegara a esos montos. Elegí la subrogación porque lamentablemente le ponen muchas trabas a las personas gays y solas para adoptar, entonces uno recurre a estos métodos para trata de alcanzar sus deseos”.

Ayuda, necesidad o negocio: el rol de la gestante

Un punto primordial a la hora de acordar con una mujer gestante tiene que ver justamente con eso: son solo gestantes, no madres del bebé que llevan en el vientre. Por eso, las expertas remarcan la necesidad del acompañamiento psicológico para atravesar el embarazo y “despegarse” de la idea de que es un hijo.

“Mucha gente piensa que es una barbaridad, que la gestante se usan como envoltorio, desechable. Vienen al consultorio y se frustran ante esta situación, son mujeres sensatas que saben lo que quieran y nadie las obliga a hacerlo. Es mi cuerpo y decido pero si lo hacen porque necesita algo económico, y te aprovechas de eso, no está bien”, sostiene Inciarte.

Sin embargo, siempre sobrevuela el debate sobre la compensación económica hacia la mujer que alquila su vientre: “Es una mujer que se tiene que hacer estudios, que deja de trabajar y seguro tenga que hacer reposo. ¿Está mal que tenga una recompensa? Yo no creo que esté mal, pero tiene que estar regulada. Los padres necesitan algo y las chicas también, no necesariamente tiene que ser un negocio espantoso”, agrega.

Se debe firmar un consentimiento previo para poder anotar al bebé en un registro civil. (Foto: Adobe Stock)
Se debe firmar un consentimiento previo para poder anotar al bebé en un registro civil

Ante esta situación, hay quienes consideran que una mujer no es libre de decidir cuando está atada a hacer algo no por deseo, sino por necesidad. “Hablamos de muchos casos en los que quienes gestan son mujeres pobres, en situación de extrema vulnerabilidad y necesidad, entiendo que en estos casos no es libre de decidir. Es mi cuerpo mi decisión, pero para que exista tal decisión mi voluntad no debe estar viciada, en este caso por una situación de extrema necesidad”, opinó Lencina.

En ese sentido, enfatizó: “Estoy segura es que con un procedimiento de adopción más ágil, con menos trabas, con un acompañamiento real del Estado en dicho proceso y con una ley que regule la subrogación altruista dando certezas y marco legal,seguramente se pondría un fin a lo económico”Y apuntó: “Antes de juzgar a quien subroga, deberíamos conocer las diferentes causas por las cuales esa persona está tomando esa decisión y pensar si efectivamente se brindaron otras alternativas”.

Esto último que señala la letrada es interesante porque en muchos casos, como los de Pedro, sienten que no tienen opciones para cumplir su deseo y ven en la subrogación la única posibilidad factible de formar una familia.

Por otro lado, Sonia Vaccaro, psicóloga clínica, hizo hincapié en las consecuencias psicológicas que sufren las personas involucradas durante el proceso: “Existe un psiquismo fetal y un vínculo de apego muy fuerte entre madre e hijo en las últimas semanas de gestación. Este vínculo además, actúa como ‘brújula’ y guía de la cría humana al nacer, permitiendo la orientación a través del reconocimiento de los latidos del corazón de su madre, el sonido de su voz y olores que la caracterizan. Perderlos al nacer genera secuelas traumáticas que deberán ser abordadas en alguna etapa de la vida, sin conocer su resultado ni las consecuencias futuras que podría acarrear”.

“Este malestar y sensación de pérdida y desorientación, estaría compartida por la gestante, pero esta, como adulta, psicológicamente posee más mecanismos de defensa que un ser indefenso que ha sido gestado al servicio de un deseo narcisista que arrasa contra sus derechos y los de quien lo gestó”, completó.

Tener un bebé después de los 60 años

Una de las cosas que más generó polémica en el Obregóngate tiene que ver con la edad de la actriz española. Según declaró a la prensa, tener a la bebé era cumplir con la voluntad procreacional de su hijo.

No está en discusión el deseo del joven, pero si provocó controversia que, a los 68 años, ella pudiera hacerse cargo de la niña. “No puede perderse nunca de vista es el bienestar de ese bebé. Acá entra en juego entonces la salud general de los padres, madre o padre, el contexto económico, familiar y de soporte que ese bebé va a poder tener”, señala Sergio Pasqualini, director del Instituto Médico Halitus.

La polémica tapa que muestra a Ana Obregón con la bebé. (EFE/ Revista Hola)
La polémica tapa que muestra a Ana Obregón con la bebé

“Uno no tiene que mirar las ganas de ser padre de alguien, sino velar por esa vida que vas a traer al mundo. Cuando son edades extremas no hacemos el tratamiento, el hecho de que se pueda hacer no significa que se deba hacer”, afirmó Inciarte.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *