Aplausos y alguna que otra lágrima se derrama en uno de los momentos cumbre de la construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) de Vaca Muerta. Una delegación de hombres y mujeres encabezada por el ingeniero electromecánico Juan Carlos Pais se emociona ante la llegada del camión Iveco patente AF434YU al campamento de la Progresiva Kilómetro (PK) 300 en La Pampa, entre las localidades de Chacharramendi y El Carancho, en el medio del desierto.
No es un camión más. El que llegó el martes 25 de abril a las 16.43 es el último que horas antes había salido de la planta de SIAT Tenaris en Valentín Alsina (Buenos Aires) con 6 tubos de acero con costura de 36 pulgadas (91,4 centímetros) de diámetro, 12 metros de largo y 3750 kilos de peso. Los trabajadores se sienten parte de un hecho histórico: hace 35 años que la Argentina no construía un gasoducto troncal desde Neuquén, tan estratégico para la economía del país.
Precisamente a 300 kilómetros de este campamento, desde Tratayén (al este de la provincia de Neuquén) -en las inmediaciones de los campos más productivos de la formación Vaca Muerta- empezará a fluir el gas natural a partir del 20 de junio, la fecha de inauguración del GPNK a la que se aferra con uñas y dientes el Gobierno, que ratifica que estará todo listo. El contrato que firmó Energía Argentina (Enarsa) con las constructoras Techint, Sacde y BTU prevé el pago de penalidades si eso no ocurre.
El camión que frena para descargar y apilar los caños lleva en el frente los números de la obra: 9524 viajes realizados sin ningún accidente, 8.619.799 kilómetros recorridos, 138.839 horas y 37.535 tubos entregados. Buena parte de los viajes se hicieron con los camiones que recorrieron la Ruta Nacional 5 cargando 4 tuberías, hasta que la Dirección Nacional de Vialidad habilitó aumentar la cantidad de cañerías permitidas para acelerar el proceso.
Qué empresas hacen el gasoducto de Vaca Muerta
Los «renglones» 1 y 2, asignados a las constructoras de Paolo Rocca y Damián Mindlin se estructuraron en distintos frentes de obra, para unir los 440 kilómetros de la traza troncal del gasoducto desde Tratayén hasta Doblas (La Pampa). En el medio, las empresas instalaron obradores en las inmediaciones de Catriel (Río Negro) y las localidades pampeanas de Casa de Piedra, La Reforma y General Acha.
El «renglón» 3, de 133 kilómetros a cargo de BTU, contiene la llegada del GPNK hasta la planta compresora Saturno de Salliqueló (Buenos Aires) operada por Transportadora de Gas del Sur (TGS) sobre el Gasoducto Neuba II, que data de 1988. Esa parte de la obra también debe entregarse el 20 de junio para que la Argentina cuente con una capacidad adicional de 11 millones de m3 diarios (MMm3/d) de transporte de gas, mientras que otras tareas complementarias como la construcción de nuevas plantas compresoras se terminarán durante el invierno y en el último trimestre del 2023; entonces, la capacidad ascenderá a 21 MMm3/d.
Los negocios energéticos y las oportunidades, ganadas o perdidas, se miden en miles de millones de dólares. Con el gasoducto de Vaca Muerta, que en su primera etapa tiene un costo cercano a los u$s 2700 millones (de los cuales la Unión Transitoria de Empresas -UTE- de Techint y Sacde embolsa u$s 1000 millones), la Argentina tendrá una sustitución de importaciones de combustibles líquidos y gas licuado por u$s 2200 millones solo en el segundo semestre de 2023 y unos u$s 4400 millones anuales desde el siguiente ejercicio.
La mayor capacidad de transporte de gas que habrá desde la Cuenca Neuquina también da pie a inversiones millonarias de las productoras incluidas en el Plan Gas 4 y 5 como YPF, Tecpetrol, Pampa Energía, PAE, CGC, Pluspetrol, Vista, Total Energies, Wintershall Dea, Shell y Exxon Mobil. Un caso virtuoso de asociación por intereses mutuos entre el Estado y el sector privado. Al terminar el gasoducto, Enarsa licitará la concesión de operación y mantenimiento; son pocas las firmas con expertise en el asunto a nivel local: TGS, del holding de la familia Mindlin, y Transportadora de Gas del Norte (TGN, de Rocca y la familia Eurnekian).
La construcción de un gasoducto: doble junta y soldaduras
Durante la primera semana de mayo se efectuará la última soldadura en la planta de doble junta montada en el PK 300. Mediante este proceso, se unen dos caños de 12 metros en uno solo de 24 metros de largo. Solamente existen 40 «dobles juntas» en el mundo y se necesitó capacitar a 20 técnicos jóvenes con soldadores extranjeros experimentados para transferirles el conocimiento.
Tras esa tarea, los camiones salen de vuelta en una travesía de poco más de una hora por la Ruta Nacional 143 y la Ruta Provincial 20 (la «Ruta del Desierto«) para luego desfilar los caños y acomodarlos hasta que se coloquen encima las «carpas» de soldadura automática.
Allí, según anticipó Sergio Massa este fin de semana, el 15 de mayo se hará la soldadura final, con una tecnología robot importada de los Estados Unidos que es la primera vez que se utiliza en la Argentina y requiere una alta calificación para su manejo.
Un grupo de 45 operarios con experiencia llegó desde Turquía para manejar los «joysticks» para soldar por adentro y por afuera los tubos, a un ritmo de 4,5 kilómetros por día. Cada uno de ellos gana entre $ 700.000 y $ 900.000 por mes y no son los únicos extranjeros que colaboraron en el gasoducto, sino que hay trabajadores de toda la región.
Este mes se hace la última soldadura y luego empiezan las pruebas finales
La última fase del proceso de la construcción coincide en la bajada y la tapada de los caños de 7,5 toneladas ya soldados, antes de comenzar con las pruebas finales, como las hidráulicas y de presión.
Hasta el 22 de abril se habían hecho, entre los «renglones» 1 y 2 más de 15.000 dobles juntas, un 87% de lo previsto; se desfilaron 395 kilómetros de caños, un 88%; se soldaron 364 kilómetros de tubos, un 82%, y se bajaron y taparon 290 kilómetros, el 65%.
Control de calidad con ultrasonido, drones que supervisan en tiempo real las desviaciones de la ruta planeada y mapean grandes superficies con datos topográficos precisos, un centro de capacitación para operadores de las máquinas tiendetubos, 30.000 horas de aprendizaje, más de 1400 equipos nacionales y 900 internacionales, 15 subcontratos, y más de 3000 puestos de empleo directo generados son algunos de los números de la obra de infraestructura más importante de las últimas décadas.
La sequía, que restará al país unos 20.000 millones de dólares en 2023, fue un alivio para la construcción, ya que ayudó a que no se interrumpieran los procesos del gasoducto.
A fines de mayo, cuando resten pocas semanas para la inauguración del GPNK, se completará una de las fases más importantes: el cruce dirigido del río Colorado, que separa las provincias de Río Negro y La Pampa. La tecnología de perforación horizontal dirigida (HDD, por sus siglas en inglés) permitirá insertar una columna de 1200 metros de longitud y 36 pulgadas a 30 metros de profundidad.
Uno de los nombres claves para que se hiciera la obra fue Agustín Gerez, el abogado santacruceño que conduce Energía Argentina. «Dejamos la vara alta al ejecutar 580 kilómetros de gasoducto en 9 meses; a partir de ahora esta será la medida», se ilusiona Mr. Gasoducto, el apodo con el que lo bautizó Massa.
«Ojalá hubiera 20 pendejos con tu pasión y coraje», le devolvió el ministro de Economía a Gerez, vía Instagram, el saludo de cumpleaños el pasado viernes. Al calendario que tiene Mr. Gasoducto en su oficina le faltan 50 cruces para el Día D.