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Cuánto cuestan los tests genéticos para dar con la dieta «perfecta»

Dime tu ADN y te diré qué comer. ­El nombre técnico de esta práctica es “nutrición de precisión”, “nutrición personalizada” o, más gancheronutrigenética.

¿Se puede ayudar a prevenir e incluso a tratar las enfermedades relacionadas a la alimentación en base a los genes de cada persona? La respuesta no llega con el primer bocado.

Los estudios más relevantes sobre el tema cumplieron una década y todavía falta conocer mucho más sobre cómo las variaciones genéticas pueden influir en la forma en que cada persona procesa y responde a los nutrientes que consume.

Lo que está claro es la tendencia de la nutrición en Argentina: cada vez se ofrecen más tests genéticos de nutrición. Y dan detalles de algo que ya se sabía: por qué la misma dieta no funciona igual para todo el mundo.

Los genes pasan a ser los nuevos chefs de la mejor alimentación posible para cada comensal.

Testearse cuesta desde $ 25.000 y a veces habrá que pagar aparte la consulta. Se recibe el kit a domicilio y se reenvía por correo con la muestra. La explicación de los resultados, que pueden demorar hasta 10 semanas, en general la dan dos especialistas juntos: uno en genética y otro en nutrición.

Aclaración: en esta nota cuando se hable de dieta no necesariamente será en el sentido de restringir calorías. Dieta será (acá) la alimentación en general. Y el enfoque es hacia el consumo saludable.

Jorge Dotto es el genetista pionero del país en estos tests. Los desarrolla desde 2008. Con una muestra de saliva, analiza el ADN y a través de su propio software nutricional determina cuál es el tipo de alimentación que más beneficiará a esa persona según sus genes.

¿Qué es lo superador de una dieta tradicional?

«Hay evidencia científica que sugiere que la ingesta nutricional mejora en las personas que reciben un asesoramiento personalizado sobre nutrición, en comparación con un enfoque de las dietas universales o ‘la misma fotocopia para todos’ (la que se entrega comúnmente en los consultorios de nutricionistas)», dice.

El año pasado publicó su segundo libro, ¿Qué comemos? (Paidós)y detalla las ventajas de analizar diversos genes para determinadas mutaciones asociadas a la regulación de la alimentación.

«Permite identificar problemas con el peso corporal o múltiples intolerancias y alergias alimentarias. Explicar el rechazo al gluten, a la lactosa, la posibilidad de desarrollar celiaquía, diabetes, o problemas cardíacos», describe.

También puede indicar la resistencia periférica a la insulina, colesterol alto y el hígado graso, y dejar ver cómo se responde al ejercicio físico o a los medicamentos.

«Así, ayuda a disminuir el riesgo de ciertas enfermedades frecuentes relacionadas íntimamente con lo que comemos y tomamos: la diabetes, la hipertensión arterial, la enfermedad cardiovascular y el cáncer», sigue el experto.

¿Cuándo se ven los resultados de seguir una indicación nutricional en base a la propia genética? ¿Es más rápido que en una dieta «tradicional? «No es automático», advierte. Pero puede ser la receta justa.

Dotto dice que también tiene un costo hacer ejercicio cuando faltan ganas y se deja de comer y tomar lo que gusta. Entonces, para que el test sirva, «hay que poner voluntad».

«Como en todo, para algunas personas el precio será mayor o menor, pero no podemos decir que será imposible. Con información, el camino es más fácil».

A partir de los resultados, se sabe qué características presenta una persona y las decisiones médico nutricionales que se deben tomar

Insiste en lo importante que es recibir una explicación de los resultados del test: «La clave es que a partir de ahí las personas puedan construir sus decisiones informadas para hábitos saludables».

Desde recomendaciones de ejercicios hasta nuevos formatos de dietas a medida. «El test que hacía hace cinco años no es el mismo que hago ahora», remarca. La evolución en nutrigenética es constante.

¿Quiénes se acercan a testearse? El especialista diferencia dos públicos. «Personas que después de la pandemia quieren sentirse mejor y quienes tienen síntomas (generalmente gástricos) que quieren averiguar qué les pasa«.

Es importante destacar que la nutrigenética aún está en desarrollo y que los resultados de los estudios son mixtos en cuanto a su eficacia.

Sobre la pérdida de peso, se investigó cómo las variantes genéticas pueden afectar la respuesta individual a ciertos tipos de dietas. Por ejemplo, se estudiaron genes relacionados con el metabolismo de la grasa, el apetito y la sensibilidad a la insulina.

Estos ensayos proporcionaron alguna evidencia de que las personas con ciertas variaciones genéticas pueden tener respuestas diferentes a las dietas bajas en grasas o bajas en carbohidratos. Pero se requiere más investigación para comprender mejor esa relación. Todavía no se estableció un consenso sólido sobre cómo utilizar esta información de manera efectiva en la práctica clínica. 

En cuanto a las enfermedades cardiovasculares, se identificaron ciertos genes que están asociados con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, como los que están relacionados con el metabolismo del colesterol y la presión arterial.

Hay que tener en cuenta que nutrigenética es solo una parte del panorama general de la salud y el bienestar. Hay muchos otros factores que influyen en el peso y la salud cardiovascular, como el estilo de vida, la actividad física y otros factores ambientales.

¿Qué nos dice un test nutrigenético?

Laura Romano es «la» influencer de nutrición. Tiene más de un millón de seguidores en Instagram. Es conocida por ser «la nutricionista que descree de las dietas» y junto a Diagnóstico Maipú acaba de lanzar su propio test nutrigenético.

Lleva su cara en el frente y reúne «los genes con mayor evidencia científica» que tienen relación con la absorción de nutrientes, la capacidad antioxidante, el ejercicio y la gestión del peso.

«Al analizar ciertos marcadores genéticos, los profesionales de la salud podemos identificar cómo un individuo puede metabolizar los nutrientes o responder a ciertos componentes de los alimentos, permitiéndonos ‘afinar’ las recomendaciones nutricionales. También entender qué tipo de actividad física le funciona mejor«, explica.

Destaca que las recomendaciones nutricionales basadas en estudios epidemiológicos y en poblaciones generales siguen siendo fundamentales para una alimentación saludable, porque brindan una comprensión amplia de cómo ciertos nutrientes y patrones alimentarios pueden afectar la salud en general.

Pero la nutrigenética no generaliza: «Agrega una capa adicional de información que nos permite adaptar esas recomendaciones a la composición genética única de cada individuo».

¿Cómo alimentarnos según los genes? Por ejemplo –dice la experta–si alguien tiene una variante genética que afecta su capacidad para metabolizar los ácidos grasos omega-3, «podríamos enfatizar fuentes de omega-3 específicas que sean más efectivas para esa persona».

Si alguien tiene una mayor predisposición genética a tener niveles bajos de vitamina D, «se hará mayor hincapié en alimentos que sean su fuente» y se recomendará evaluar el estado actual a través de un análisis de sangre.

O también sucede que algunas variantes genéticas pueden influir en la forma en que una persona metaboliza la cafeína. «Quien tiene una capacidad reducida para metabolizarla puede experimentar efectos más pronunciados y una mayor sensibilidad a los efectos estimulantes. En este caso, se podría recomendar limitar la ingesta de cafeína», puntúa.

¿Una dieta hecha por para nuestros genes agiliza (si eso eso se persigue) el descenso de peso? Para Romano, la rapidez tiene que ver con el compromiso y la adherencia del paciente al tratamiento.

«No podemos decir que un estudio genético hará más rápido el tratamiento. Donde más influye es en esas personas que desde hace tiempo buscan una respuesta y esto les da certezas, por ejemplo, sobre por qué no lograban adherencia a un régimen. La rapidez no siempre genera éxito, como en las dietas estrictas. Para mí lo más importante es el mantenimiento para toda la vida. Si un test genera cambios de hábitos que se sostienen, ahí está el éxito«, concluye.

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