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El Gasoducto Néstor Kirchner tendrá un fuerte impacto económico

En un hito histórico para la Argentina, este domingo 9 de julio se inaugura el primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner, en coincidencia con la conmemoración del Día de la Independencia. Con más de 500 km de extensión, desde el Gobierno subrayan que esta megaobra se erige como una oportunidad sin precedentes para el país.

El gasoducto, cuya licitación tuvo lugar en el año 2021 tras la pandemia de Covid-19, comenzó su ejecución en 2022 y logró concluir su primera etapa en un tiempo récord de 10 meses. Esta rapidez reviste una importancia crucial, ya que permitirá el ahorro de gas importado durante los meses de mayor consumo, comprendidos entre junio y agosto, apunta de entrada el Centro de Economía Política (CEPA), un think tank cercano al Gobierno, que elaboró un dossier sobre el impacto económico de la obra.

Según datos del CEPA, Argentina ocupa el cuarto lugar a nivel mundial en reservas de petróleo no convencional. Un 60% de los 27 billones de barriles estimados a nivel nacional se encuentran en la formación de Vaca Muerta. En cuanto al gas no convencional, Argentina posee la segunda reserva más grande del planeta, con un 40% ubicado también en Vaca Muerta. «Estas cifras no solo nos permitirían suplir el declive de la producción convencional, sino también cambiar el panorama energético del país, pasando de la importación a lograr el autoabastecimiento y la capacidad exportadora», señala el dosssier.

Se estima que la exportación de gas podría generar más de 37.500 millones de dólares anuales, equivalente a aproximadamente un tercio de las exportaciones argentinas de bienes en 2022.

«Argentina cuenta hoy con costos de producción de hidrocarburos altamente competitivos a nivel internacional», afirma el CEPA. Sin embargo, el desafío reside en resolver el problema central: el transporte.

La construcción del gasoducto Néstor Kirchner abrirá, según el documento, las puertas a múltiples posibilidades:

Sustituir las importaciones de combustible alternativo, como Fuel Oil y Gasoil, utilizados en momentos de alta demanda para la generación termoeléctrica. En el año 2022, se importaron 10 millones de metros cúbicos por día de estos combustibles.

Garantizar el abastecimiento de gas a las industrias argentinas durante los meses de invierno.

Continuar expandiendo la red de gas para brindar acceso a aproximadamente el 30% de los hogares que aún no lo tienen.

Enfrentar la caída abrupta de la producción de gas en la cuenca del Noroeste argentino y en Bolivia, nuestro principal proveedor.

Compensar el declive en la producción de petróleo convencional en el sur argentino.

Explorar oportunidades de exportación de gas natural a países vecinos, como Brasil, mediante inversiones en infraestructura.

El CEPA estima que el impacto económico del gasoducto Néstor Kirchner será significativo. Con la puesta en marcha de la obra, se expandirá la capacidad exportadora de Argentina, lo que resultará en un ahorro sustancial por reducción de importaciones de Gas Natural Licuado (GNL). Si los precios del GNL continúan su tendencia a la baja, entre 15 y 20 USD por MMBTU, se espera un ahorro de 1000 millones de dólares en el segundo semestre de 2023 en comparación con un escenario sin el gasoducto.

Además, la estimación de ahorro en dólares para el segundo semestre de 2023, en comparación con el mismo período del año anterior, alcanzaría los 1400 millones de dólares. Con la finalización del segundo tramo, Argentina podría dejar de importar gas y combustibles alternativos para la generación eléctrica, lo que representaría un ahorro anual de entre 4 y 4,3 mil millones de dólares, equivalente a la media de importaciones de los últimos 10 años y al 9% del préstamo otorgado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

«En un escenario de disparada de precios en el mundo, como ocurrió tras iniciarse la guerra Rusia-Ucrania, el gasoducto evitaría costos adicionales», enfatiza el CEPA.

La construcción del gasoducto Néstor Kirchner trae consigo una serie de beneficios adicionales. Aumentará la capacidad de transporte de gas en la etapa 1 hasta 24 MM m3/d y en la etapa 2 hasta 44 MM m3/d. Promoverá la producción nacional al reemplazar el uso de GNL y combustibles líquidos en cantidades significativas. Asimismo, tendrá un impacto positivo en las cuentas fiscales, permitiendo un ahorro anual de 3000 millones de dólares en la etapa 1 y 5600 millones de dólares en la etapa 2. Por último, se espera un incremento en las regalías para las provincias productoras, con un posible aumento de recaudación de hasta 50 millones de dólares en la etapa 1 y 90 millones de dólares en la etapa 2.

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