La postpandemia no solo trajo un deterioro muy fuerte en la Argentina a nivel socio económico sino también otro dato alarmante en términos de calidad institucional: la disconformidad con el funcionamiento de la democracia superó a más de 50% de la población, a la vez que cada vez menos gente cree en un gobierno con fuerte poder presidencialista y más del 37% de la gente no cree que el voto sea un factor determinante para generar un cambio social.
Todos estos datos se desprenden del último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) que se titula «Desigualdades y retrocesos en el desarrollo humano y social 2010-2022». A lo largo de un extenso trabajo de 104 páginas al que tuvo acceso El Cronista se detalla la percepción social sobre las instituciones y la democracia en la Argentina a lo largo de los últimos 22 años y llama la atención el fuerte deterioro que hubo en el país en términos de democracia y participación ciudadana.
En la sección del informe de la UCA que analiza el indicador disconformidad con el funcionamiento de la democracia presenta valores altos de rechazo.
Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA expresó que «la fuerte caída de la expectativa de la clase media y baja de la confianza en la democracia tiene un correlato en una ruptura en una suerte de pacto que hubo desde la recuperación democrática y al sostenimiento de la clase media».
A la vez, Salvia destacó que «a 40 años de la recuperación de la democracia son paradójicamente esos sectores medios que bregaban por el reinicio democrático los más críticos hoy al momento de exigir respuestas a la democracia».
Si bien la tasa de este indicador de desconfianza en la democracia había bajado en 2020, en 2021 vuelve a incrementarse significativamente, evidenciando un malestar general en la población por las constantes crisis socio políticas que emergen en el país y a la continuidad de las medidas de restricción a la circulación por la pandemia de COVID-19.
Cómo perciben la democracia en los sectores vulnerables
Esta desconfianza y malestar ciudadano con la democracia como sistema republicano se percibe principalmente en las personas de los estratos sociales más vulnerables quienes mayor rechazo a la democracia evidencian (51 y 55%).
En su caso, se mantienen en gran medida las tasas de rechazo, siendo estos, a su vez, quienes experimentan todo tipo de carencias en materia de derechos sociales. Por su parte, el estrato medio no profesional es quien más estable se muestra en el tiempo.
En cuanto al déficit en la consideración del voto como factor de cambio, aproximadamente un tercio de la población consideró que el voto no funciona como una herramienta para cambiar la realidad social, siendo los estratos más bajos quienes reportan los niveles de rechazo más altos frente a esta herramienta de expresión de voluntad ciudadana.
Así, se vuelven a elevar al 37% los niveles de desconfianza en el voto como factor de cambio, un hecho que no se registraba desde 2015 y 2016.
Sobre la preferencia por un gobierno con fuerte poder presidencial el informe de la UCA sostiene que ello «se vincula fuertemente con el alto nivel de disconformidad democrática y un bajo nivel de apoyo a la consideración del voto como factor de cambio social y esto tiene un correlato con la figura presidencial».
Si bien, ya era bajo el porcentaje de personas que preferían un gobierno presidencial fuerte en 2010 (en promedio el 18%), este se redujo casi 3 p.p. más para 2022, mostrando un rechazo generalizado de la población tipo de gobierno.
Respecto a los indicadores de confianza en las instituciones, el primero a analizar es la confianza en el gobierno nacional, que se entrelaza con el de «preferencia por un gobierno con un presidente fuerte».
Confianza en el gobierno en Argentina
El informe del Observatorio de la Deuda Social destaca en este sentido que la confianza en el gobierno alcanzó su máximo histórico en 2020 con el 49,5%, pero para 2022 esto no logró mantenerse y/o seguir afianzándose, sino que sufrió una drástica caída en el nivel de apoyo por parte de la población, posicionándose en el segundo valor más bajo de la serie (19,7%).
Luego, se observa que fue el 43% y el 44,7% de la población mayor de 18 años los que confiaban en el gobierno provincial y en el gobierno municipal, respectivamente. Pero luego de un año y con todas las medidas que se tomaron por parte de los diferentes niveles de gestión del gobierno, este apoyo comenzó a menguarse y no sostenerse en el tiempo.
Esta tendencia general de caída de la confianza también se replicó en todos los estratos, es decir, redujeron su nivel de confianza en ambos tipos de gobierno.
Continuando con la confianza en as instituciones, se observa que en lo que refiere a la Justicia, el nivel de confianza en esta institución fue variando con el paso de los años: en 2018, se registró el valor más bajo de la serie con solo el 7% de la población encontrándose conforme, y en 2021 el valor más alto con el 25,8%.
Un dato relevante es que para 2010, el 38,8% de las personas del estrato medio profesional confiaban en la Justicia, oponiéndose al 18,3% de los de clase media no profesional, es decir que son los que menos nivel de confianza presenta. Para 2022, la brecha logra achicarse significativamente, pero con tendencia a la baja de los niveles de confianza a dicha institución.
En tanto que, la confianza en los partidos políticos, refleja el alto nivel de desconfianza que tienen las personas para esta institución de representación política. Durante toda la serie se ve reflejado que en 2022, solamente un 8,2% de la población confiaba en los partidos políticos, es decir, menos de 1 de cada 10 personas.
El Observatorio de la Deuda Social Argentina realizó un sondeo en 5760 casos por año en localidades de más de 80.000 habitantes distribuidas en todo el país.