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Buscan en el fondo del Canal de Beagle los restos de un barco alemán que naufragó hace 93 años

El 22 de enero de 1930 el barco alemán Monte Cervantes, bautizado por muchos como el «Titanic Argentino», se hundió en las frías aguas del fin del mundo, luego de embestir una roca en el paso Les Eclaireurs, en el Canal Beagle. 93 años después, una empresa de ingeniería submarina comenzó un trabajo de exploración con robots para ver en tiempo real los restos de aquel naufragio. El sábado fue el primer descenso que se vio interrumpido por una tormenta.

El objetivo, en un principio, era poder hacer una expedición que contara con dos cuestiones: la utilización de tecnología ROV (en inglés Remote Operated Vehicle) para documentar todo lo hallado en las cabinas del Monte Cervantes; posteriormente, el buceo hacia esa zona. Esto último se suspendió por la presencia de una familia de orcas en ese mismo lugar.

La expedición la lleva adelante Carlos Alejandro Pane, ingeniero electrónico argentino egresado de la UTN que tiene su empresa privada llamada Deepwater, la cual realiza inspecciones submarinas con tecnología ROV hace 6 años.Naufragio del Monte Cervantes, el 22 de enero de 1930.Naufragio del Monte Cervantes, el 22 de enero de 1930.

El grupo de trabajo que acompaña a Pane lo integran su hermano Gabriel y, además, profesores y alumnos de la carrera de ingeniería en la Universidad Nacional de Tierra del Fuego.

En diálogo con Clarín, Pane, que también es docente de dicha universidad, destaca: «El proyecto nació ahí, en las incubadoras de empresas que buscaban favorecer el emprendedurismo. El público en general y el académico se pudo acercar a estas incubadoras que eran fuentes de conocimiento. La actividad es privada. No hay nada comercial ni turístico, acá el interés está en el mar y en visibilizar el patrimonio provincial»

Esta no es la primera vez que el equipo de Deepwater se sumerge en los mares para registrar el estado de los barcos perdidos en naufragios históricos. De hecho, con los equipamientos ROV, que son sumergibles no tripulados, han logrado llegar a embarcaciones como el Vapor Sarmiento, también en el Canal Beagle. 

«Dada nuestra condición insular estamos rodeados de naufragios, y siempre tuve curiosidad por la historia, por los museos, por el mar. Entonces, se me dio, una vez que tuve estos minisubmarinos, poder ver algún naufragio», comenta Pane.

Desde hace dos años que organizan esta inspección y en este tiempo se dedicaron a la arqueología de la documentación: «El Monte Cervantes, el Titanic Argentino, lo tenemos justo acá enfrente de Ushuaia. Somos locales, y lo único que tenemos son gastos náuticos, aunque son los más caros».Meses atrás, realizaron la expedición del Vapor Sarmiento, también en el Canal Beagle.Meses atrás, realizaron la expedición del Vapor Sarmiento, también en el Canal Beagle.

El equipo cuenta con el apoyo de Gustavo Melella, gobernador de Tierra del Fuego. La ministra de Educación de la Provincia, Analía Cubino, también demostró estar interesada en los avances que puedan lograr en la expedición de este sábado. 

«Ellos personalmente firmaron la nota, y están auspiciando esto y esperando las imágenes, porque es emblemático el Monte Cervantes. Los naufragios son patrimonio provincial por ley«, enfatiza Pane.

El sábado el equipo hizo el primer descenso en la zona. Después de dos horas, los trabajos debieron suspenderse ante el advenimiento de una tormenta.

Detalles desde adentro de la expedición para dar con los restos del barco «Monte Cervantes» hundido en 1930.

«Aunque no llegamos a encontrar el Cervantes porque vino un frente de tormenta muy grande y tuvimos que cortar, fue impresionante como estuvimos trabajando, probando los equipos, mapeando la zona para la próxima expedición. Ya sabemos dónde lo podemos encontrar. No es fácil dada la profundidad en la que está», dijo Pane a Clarín.

En dos semanas, el equipo recibirá un ROV más grande, similar al que se ve en la película Titanic, que permite bajar a mayor profundidad. Si el clima acompaña, esperan encontrar el casco del Monte Cervantes.

Se intentará establecer una conexión de Wifi punto a punto para transmitir la exploración vía Facebook. Pane afirma que julio es el mejor momento climático porque «hidroclimáticamente hay menos viento, entonces el canal y la corriente están más tranquilos; todo el movimiento biológico del agua se atenúa». 

La expedición, en dos instancias

Si bien hubo antecedentes de exploraciones, llegar al casco del Monte Cervantes no se ha logrado. En 1954 la empresa Salvamar quiso reflotar el barco alemán, el cual se había dado vuelta de campana. Se intentó remolcar el casco visible al muelle más cercano, pero una mala acción terminó rompiéndolo y este cayó a más de 140 metros de profundidad.A 93 años del naufragio del Monte Cervantes, una expedición busca los restosA 93 años del naufragio del Monte Cervantes, una expedición busca los restos

Lo más difícil, entonces, era planificar este trabajo. Sin embargo, en la investigación, Pane supo de un registro fílmico de décadas atrás que podía ayudarlos.

«Había un famoso mito sobre un video de alemanes que habían hecho una expedición al Monte Cervantes. Investigué y llegué hasta un archivo de una productora alemana. Con ayuda de mi hijo, me contacté con esta gente y les dije lo que buscaba. Quince días después me llamaron y me dijeron ‘tenías razón, el video existe y acá lo tenemos’«, recuerda.

Ese material fue digitalizado y luego enviado a Deepwater. Presenta dos horas de naufragio. La empresa alemana que hizo esa expedición -aproximadamente en el 2000- intentó bajar al casco pero no pudo porque se le congelaron los reguladores al buzo especializado.

Además de ese video, Pane logró que la empresa Hamburgo Sud-Americana le compartiera los planos del barco hundido, el cual medía 160 metros de largo por 20 de ancho. Este era capaz de navegar a 16 nodos por la potencia de sus motores.Los planos del barco alemán fueron brindados por la empresa fabricante Hamburgo Sud-Americana.Los planos del barco alemán fueron brindados por la empresa fabricante Hamburgo Sud-Americana.

Con toda la información recabada, se pensó la exploración en dos instancias. En la primera, buscan llegar a las cabinas del Titanic Argentino: «Arranca desde los 25 y termina a los 40 metros. Ahí están la cabina del capitán, los dormitorios de lujo, todo. La idea es buscar puntos georreferenciados y con eso y los planos, empezar a hacer la reconstrucción del naufragio».

Para esta tarea cuentan con dos mini ROV con cámara que serán utilizados por tres alumnos cada uno. Otros colaboradores se van a sumar a hacer videos para registrar todo, y así ponerlo a disposición del gobierno provincial.Los planos del barco alemán fueron brindados por la empresa fabricante Hamburgo Sud-Americana.Los planos del barco alemán fueron brindados por la empresa fabricante Hamburgo Sud-Americana.

«Nosotros no somos arqueólogos submarinos. No vamos a intervenir en el sitio. Vamos a documentar todo con las cámaras de alta definición de los ROV y, eventualmente, los verdaderos especialistas decidirán si quieren hacer otra campaña para remover algo con los protocolos de arqueología», añade. 

En la segunda parte, que harán en unos meses, intentarán ir más abajo y encontrar el casco del barco. Para eso, Pane ya logró importar desde Estados Unidos un equipamiento ROV de mayor capacidad operativa para maniobrar la corriente del Canal Beagle en lugares más profundos. Para lograr la expedición al Monte Cervantes, Pane y su equipo se prepararon buscando las coordenadas exactas del lugar del hundimiento.Para lograr la expedición al Monte Cervantes, Pane y su equipo se prepararon buscando las coordenadas exactas del lugar del hundimiento.

«Interesa saber en qué estado está el Monte Cervantes. Porque fue depredado en muchas oportunidades por gente que iba sin permiso, y se han robado todo lo que pudieron debajo del agua. Esa gente tiene guardada la ubicación de estos objetos. Nosotros estamos haciendo todo con autorizaciones, para ver qué es lo que quedó y en qué estado quedó», sostiene. 

El hundimiento del Titanic Argentino

En enero de 1930, el Monte Cervantes trasladaba 1500 pasajeros, pero podían embarcar 2000. Para el 21 de enero ya había pasado por Mar del Plata, Puerto Madryn y Punta Arenas. El 22 partía desde Ushuaia con destino a Chile, pero en el camino embistió unas rocas sumergidas no cartografiadas en el paso Les Eclereurs

Con el golpe, el barco se inclinó a estribor, recibió un desgarro de veinte metros y el agua entró en las bodegas y algunos camarotes. Por decisión del capitán Teodoro Dreyer los motores vararon sobre la roca, y así la tripulación tuvo tiempo para bajar a los pasajeros en los 28 botes salvavidas.Naufragio del Monte Cervantes, el 22 de enero de 1930.Naufragio del Monte Cervantes, el 22 de enero de 1930.

El 23 de enero, la nave se inclinó, hundió su popa y se dio vuelta. El único fallecido fue el capitán Dreyer.

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