Durante su estadía en el Ministerio de Economía, Silvina Batakis no llegó a cambiar la hoja del calendario que ya había sido reemplazada. Su gestión se extendió entre el 4 y el 28 de julio, día en que Sergio Massa retornó al gabinete nacional, 13 años después de haber dejado su cargo como Jefe de Gabinete, ahora como superministro. Pero los chispazos de las decisiones del oficialismo no solo alcanzan a los funcionarios, sino que también generan consecuencias y provocan discusiones en el ecosistema opositor.
A partir de la salida de Martín Guzmán y de la crisis cambiaria, la mayoría de los dirigentes de Juntos por el Cambio optó por la prudencia. Con excepción de algunos que fueron más incendiarios, la posición imperante fue la de privilegiar la responsabilidad institucional y de no buscar réditos partidarios en un contexto delicado. Ahora, ante la suerte de relanzamiento que busca dar el Frente de Todos a cargo del Ejecutivo con la llegada de Massa, aparecen nuevos interrogantes y se plantean distintos escenarios.
«Conmigo no, pero Massa tiene una relación muy estrecha con gente de nuestra coalición«, confiesa uno de los pesos pesados de Juntos por el Cambio en el Congreso. En este sentido, y a pesar de desconfiar del potencial del nuevo superministro, le reconoce una gestión.
«Cuando fue la negociación por el acuerdo con el FMI, le dije que podía pasar un proyecto como el que se hizo, pero no el memorándum como algunos de mi espacio le prometían. Al final me hizo caso y el proyecto se aprobó. Después me llamó para agradecerme», recuerda, a modo de ejemplo de la mayor capacidad de diálogo que mostró el ex intendente de Tigre.
Igualmente, existe desconfianza acerca de la capacidad de movimiento que pueda tener Massa. En Juntos por el Cambio creen que «hay que hacer todo lo contrario de lo que vienen haciendo. Puede ser que hayan ganado aire, pero si no resuelven las inconsistencias económicas, en 20 días vamos a estar igual«, anticipa un dirigente de peso que participa en la mesa nacional del espacio.
Pero en Juntos por el Cambio también hay sectores con orígenes peronistas, y allí se celebró el arribo de Massa al gabinete. «Estoy contento por la Argentina, es mejor que esté él antes que otra cosa», confesó un dirigente experimentado. En esa línea, no escatimó en elogios y graficó que «Sergio tiene séptima. Aunque tiene un problema: zanja cuando se sobregira. Hace las cosas bien pero se enamora de su jugada, hace una de más«.
Respecto a la relación de fuerzas dentro del Frente de Todos, obviamente no pasó desapercibida la Vicepresidenta, que mantiene su silencio sobre la coyuntura. Para este dirigente, que conoce desde adentro esas dinámicas, «algo cambió en Cristina. Hace tres semanas dijo Massa ‘no’, ahora dijo que ‘sí’. Lo que cambió es la percepción de la situación económica, saben que está muy mal la cosa. Y también sus necesidades políticas: les podía ir muy mal en el conurbano. Y corrían el riesgo de que Massa se fuera. Ahora lo aseguran adentro de la coalición».
La sensación general, igualmente, es de incertidumbre acerca de la capacidad que pueda tener el superministro para implementar políticas. «Es una figura más fuerte, pero no se sabe si va a hacer un ajuste o si será más de lo mismo. Para ordenar, algo tenés que tocar. Se supone que recién el miércoles nos enteraremos«, lanzan desde otro sector.
Hacia el futuro, nadie tiene certezas sobre cuál será la situación económica en diciembre de 2023, cuando concluya el mandato de Alberto Fernández. En este sentido, no existen demasiadas expectativas sobre lo que se pueda encarrilar. Un dirigente reconoce, pensando en una herencia posterior, que «lo mejor que nos puede pasar es que ordenen la macro: subsidios, inflación y déficit. Similar a lo que dice el acuerdo con el FMI. Si lo hacen, dejarían una herencia como la que dejó Macri, que tampoco fue muy buena».
Un caso concreto sobre el que se tiene especial expectativa es el gasoducto Néstor Kirchner, que permitiría un cambio de fondo en la matriz energética del país. Uno de los más esperanzados sostiene que «Massa lo va a inaugurar, como sea, esa foto no se la pierde. A lo sumo lo hará el 9 de diciembre de 2023. Así que para el invierno de 2024 va a estar disponible».
Por último, la figura del tigrense puede afectar especialmente a algunos dirigentes de Juntos por el Cambio que han tenido especial cercanía, como Horacio Rodríguez Larreta. «Horacio está incómodo, hace declaraciones lavadas. Esto lo pone en una situación incómoda. Aunque bueno, para Gerardo también», confiesa un radical, memorioso de que la alianza que llevó a Morales a la gobernación en Jujuy incluía al Frente Renovador.
Massa y Rodríguez Larreta, se sabe, sueñan con llegar a la presidencia. Algunos ya imaginan que si el superministro logra encarrilar la situación podría llegar a aparecer en la boleta. Sobre este punto, hay dos lecturas respecto a cómo puede afectar al jefe de gobierno porteño. Para algunos le sería complicado diferenciarse por el vínculo personal que tienen. Otros, más optimistas, imaginan una discusión más moderada que pueda llegar a ser mejor para el país.
Desde el larretismo pintan esa eventual coyuntura como «dos coaliciones que luchen por el electorado del centro, sería buenísimo. Aunque la verdad es que me cuesta ver un escenario en el que a Massa le vaya bárbaro y quede como presidenciable».