Mientras supervisaban los trabajos de construcción de una carretera que une la ciudad de Oradea con la Autopista A3, en Rumania, un grupo de arqueólogos se llevó la gran sorpresa de su vida al encontrar nada menos que 9 tumbas que datan del periodo Neolítico, de la Edad del Bronce y de la Edad Media, según informó, a través de un comunicado de prensa, el museo Tarii Crisurilor de ese país del sureste europeo.
Pero lo que más llamó poderosamente la atención de los investigadores fue que, en el interior de una de ellas encontraron los restos de una mujer de clase alta de la cultura de Tiszapolgár que pobló la Gran Llanura Húngara entre los años 4.500 y 4.000 a.C., -durante el período Neolítico-, con 169 anillos de oro que adornaban su pelo, un brazalete en espiral elaborado en cobre, dos rosarios dorados y cerca de otros 800 fabricados a base de hueso.
Además, los investigadores también encontraron restos de dos viviendas cercanas a la localidad de Sântandrei, Rumania, en cuyo interior había numerosas cerámicas pertenecientes al periodo comprendido entre el siglo 2 a.C. y el 2 d.C,, un asentamiento sármata en las inmediaciones de Bijaria y un esqueleto de mujer que estaba enterrado junto a una gran cantidad de joyas en la necrópolis del mencionado asentamiento.
Según informó el museo Tarii Crisurilor, todos los sorprendentes y valiosos hallazgos ya fueron enviados a diferentes laboratorios de Rumanía y de Países Bajos donde serán sometidos a análisis con carbono-14 y a otros estudios antropológicos con el objetivo de determinar su ADN y obtener datos muchos más precisos acerca de su antigüedad.