El eje central de las conversaciones giraron en torno a la situación judicial de Cristina Kirchner y la tensión política que eso genera. Sin embargo, en la reunión de este miércoles de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio se hicieron eco de una sensación que se viene multiplicando entre los dirigentes del espacio: la incertidumbre sobre cómo será el proceso electoral 2023.
Es que en la alianza opositora creen que las posibilidades de que el calendario se mantenga dentro de los cánones previstos son bajas pero saben que hay una herramienta que no pueden permitir que se caiga: las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO).
“Decidimos empezar a alertar sobre cambios en las reglas de juego”, explicó uno de los referentes de la mesa nacional sobre el comunicado que difundieron después de la última reunión. Aprovecharon los casos de Salta, Catamarca y San Juan, donde los gobernadores avanzan con la eliminación de las PASO para cargos provinciales, para advertir que no avalarán cambios en ese sentido a nivel nacional.
Es que para eliminar las primarias hace falta una ley con mayoría absoluta (la mitad más uno de los miembros de cada cámara), algo que hoy el Frente de Todos no tiene garantizado. El problema para JxC, no obstante, es que puede haber otros bloques de la oposición que terminen aportando sus votos. Y para peor, también hay quienes miran con desconfianza a algunos de los socios, que podrían verse tentados a apoyar cambios.
“No pasa la ley”, se confía una fuente del PRO. Pero un compañero de partido no piensa igual: “Hay preocupación por la posibilidad de que busquen eliminar las PASO nacionales”.
Un radical, que integra la mesa nacional de JxC, también da cuenta de la preocupación con esa posibilidad. En la oposición saben que la eliminación de las primarias los pondría ante una dificultad muy grande para definir una candidatura presidencial. En un escenario de crisis económica y un oficialismo debilitado, crecen los estímulos para romper y probar suerte de manera separada de Juntos por el Cambio. Algunos miran el escenario 2003, donde la lectura era que quien llegaba al ballottage contra Carlos Menem se coronaba como el próximo presidente.
La vigencia de las PASO, en ese sentido, minimiza esas intenciones y favorece la competencia interna. El factor Milei, además, también es algo que algunos ponen sobre la mesa para evitar rupturas: ¿qué pasa si con mucha dispersión opositora el economista se cuela en la segunda vuelta? “Que se mantengan las PASO”, razonan.
El problema más grande se desataría si la crisis se profundiza y hay un quiebre institucional que deriva en renuncias anticipadas del presidente y su vice. Son cosas que los dirigentes opositores hoy están pensando o especulando. Miran el escenario económico con dualidad: están los que creen que con Sergio Massa en Economía el oficialismo logrará llegar, aunque sea con respirador artificial, a las elecciones de 2023, y están los que ven que el ajuste planteado no es suficiente y que los desequilibrios financieros continuarán.
¿Ven ese escenario de renuncias anticipadas? Nadie se anima a descartarlo definitivamente. Por las dudas ya hay dirigentes estudiando todas las alternativas legales y constitucionales. “No es fácil mover la fecha de votación. Aunque renuncien Alberto y Cristina, quien designe la Asamblea Legislativa debe completar el mandato”, aseveran al analizar si hay margen para un adelantamiento de las elecciones.
En esa lógica, en JxC se desvelan elucubrando, por ejemplo, qué estará pasando por la cabeza de Cristina Kirchner, sobre quien reconocen que es la que terminará definiendo el futuro del gobierno de Alberto Fernández y de Massa como ministro de Economía. Todo atado a su propio futuro: ¿será candidata a presidenta o senadora? No visualizan otra opción. Pero algo tienen claro y es que las PASO siguen siendo para JxC la mejor herramienta para definir sus peleas de liderazgo.
