Mientras la Justicia federal investiga el atentado contra Cristina Kirchner con bajo perfil y marcado hermetismo, el Gobierno salió a instalar hoy la teoría del “lobo solitario” para caracterizar al atacante de la vicepresidenta. Lo hizo por medio del jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Agustín Rossi, quien definió de ese modo a Fernando Andrés Sabag Montiel, el hombre que gatilló fallidamente a la cabeza de la vicepresidenta. Así, soslayó otras hipótesis que indagan en los contactos del hombre detenido.
“Todo indica que estamos frente a un lobo solitario”, remarcó Rossi, que oficia como un vocero político del Gobierno, pese a que su responsabilidad funcional es dirigir la central de inteligencia. Esa línea discursiva no está desenfocada de lo que piensan en el ministerio de Seguridad. “Todo apunta allí”, deslizaron desde la cartera que conduce Aníbal Fernández, bajo cuya órbita está la Policía Federal que colabora en la investigación de la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo.
Las fuentes oficiales consultadas afirmaron que Rossi y el ministerio de Seguridad abonan la teoría del “lobo solitario” porque es “lo que hay hasta ahora”, aunque advirtieron que “hay que esperar” las derivaciones de la investigación en marcha. No obstante, el jefe de la AFI se anticipó este sábado con definiciones que marcan una línea contundente. Y comentó que “la AFI nunca tuvo bajo el radar a este hombre que le dicen brasileño, pero llegó a la Argentina cuando tenía 5 años y -según afirmó- es tan argento como nosotros”.
En declaraciones al programa Toma y Daca, que se emite por la radio AM 750, Rossi dijo que el atacante no concretó el magnicidio de Cristina Kirchner porque “falló el arma” que utilizó, una pistola Bersa 32 que, según las primeras pericias, tenía cinco balas en el cargador pero ninguna en la recámara. Además, el dirigente santafesino -que antes fue ministro de Defensa tanto en la gestión de Alberto Fernández como de la propia Cristina- dijo que es “apresurado culpar a la custodia” de la vicepresidenta de haber fallado en su función.
No obstante, la defensa política de Rossi sobre la custodia de Cristina no alcanza para explicar los motivos por los cuales no actuó lo que en la jerga de la seguridad se denomina como “hombre cero”, que debería haberse interpuesto entre el atacante y la vicepresidenta. El contexto en el que ocurrió el atentado tampoco pareció vislumbrar la existencia de una “ruta de escape” ni se verificó una reacción de los agentes de la custodia, que permanecieron acompañando a la jefa del Senado por seis minutos mientras saludaba a los militantes.
De todos modos, Rossi reconoció que en la Argentina, los dirigentes políticos tienen “relajados los operativos de seguridad”, sobre todo cuando quieren “tener contacto con la gente”, como sucedió en las últimas semanas con Cristina Kirchner tanto en la puerta de su departamento en Recoleta como en el Senado. “Quizás, a partir de ahora, los principales dirigentes del país, tanto del oficialismo como de la oposición, tendrían que ver el operativo de seguridad y tomar una mayor cantidad de precauciones; de acá para adelante debería ser así”.
“Es apresurado culpar a la custodia de Cristina, no me parece que haya fallado el operativo”, insistió el titular de la AFI, cuyo cargo es conocido en el mundo de los espías como “Señor 5″. No es la primera vez que Rossi apela a definiciones políticas que contrarían el estilo tradicional de la inteligencia argentina. Ya lo había hecho con el caso del avión iraní-venezolano retenido en el aeropuerto de Ezeiza, cuando también salió a instalar la hipótesis de que los tripulantes iraníes eran “instructores” de los venezolanos y no agentes de inteligencia.
En este escenario, dominado por la conmoción que provocó el intento de magnicidio contra la vicepresidenta, Rossi pidió de todos modos que se le de “tiempo a la Justicia” para que pueda desarrollar todas las líneas de investigación. Sin embargo, aseguró que “a priori, estamos en presencia de una persona que actuó sola, lo que en la jerga de la inteligencia y la seguridad se llama un lobo solitario”. De esa forma, el jefe de la AFI y hombre de confianza del presidente Fernández marcó la línea discursiva del Gobierno en este delicado asunto.