“I am in Ezeiza” , leyó Daiana en la pantalla de su celular y de la emoción daba saltos en medio del aeropuerto internacional. Finalmente, después de 397 días, volvió a encontrarse con Jackson, su marido.
Su historia de amor inesperado comenzó durante la pandemia en 2020 .
Se conocieron en un grupo de Facebook y comenzaron a charlar sin sospechar todo lo que harían en nombre del amor. Jackson nació en Colorado y hasta que se declaró la pandemia trabajaba como colectivero.
“Con el parate debido al coronavirus, tuvo que cambiar de rubro y mandó su currículum a diferentes empresas de transporte. Es camionero y recorre de una punta a otra el país llevando suministros. En medio de las largas jornadas de manejo, de casualidad leyó mi mensaje. Yo estaba desvelada y publiqué sin pensar un posteo para hablar con alguien que no me conociera”, explicó Daiana que es una escritora nacida en Luján.
Empezaron a hablar por chat todos los días, los encuentros virtuales se hicieron cada vez más largos y en un momento se dieron cuenta de que estaban enamorados. “Cuando vi la foto me encantó, lo vi igual a Hugh Laurie. Al principio las charlas eran más cortas porque Jackson viajaba con otro chofer. A las tres semanas, sentimos que teníamos una conexión y surgió el amor”.
Sus trabajos les permitían estar online durante el día. Ella escribía sin horario fijo y él maneja de 12 a 14 horas y se acompañan por teléfono. “Para todos fue un año malo, pero para nosotros fue el que nos unió. Primero fuimos amigos y después de varias llamadas y muchos mensajes de audio, la química se empezó a notar. Al mes estábamos hasta las manos”, confesó.
En agosto del 2020 ya habían empezado a tomarse la relación muy en serio. “Trascendía la pantalla, pero no nos habíamos visto en persona y la opinión de la gente, que pensábamos que nos iba a juzgar, por momentos pesaba. Después, comprendimos que por cualquier motivo iban a opinar y decidimos que debíamos resolver el tema de la distancia sin tener en cuenta al resto”.
En octubre, se enteraron de que el Registro Civil iba a empezar a dar turnos en la Argentina. “Me levantaba a las tres y a las cinco de la mañana para conseguir uno y finalmente, en octubre, lo logré uno para enero. Cuando ya había sacado el pasaje para venir, todo fue desilusión. Nos enteramos de que no iba a poder entrar al país porque era considerado simplemente turista. No teníamos ningún papel que acreditara que éramos pareja”.
“Con el decreto del 21 de diciembre solo las personas que tuvieran acta de matrimonio que corroborara el vínculo con un argentino podía entrar. Él tenía pasaje para el 13 de enero y la fecha del civil era el 29 de enero. Teníamos los souvenirs, el vestido de novia y a las dos familias que apoyaban nuestra decisión y estaban muy contentos”.
Ambos reconocen que al haber estado tan ilusionados, la noticia los partió al medio. “Después de varias semanas de buscar una solución, nos encontramos con una pareja que estaba en la misma que nosotros y nos aconsejaron que nos casáramos en el estado de Utah donde es posible el matrimonio a distancia”.
El casamiento de Jackson y Daiana, virtual y sin conocerse personalmente
Jackson sacó un turno en el registro civil de Utah e hicieron todos los trámites correspondientes. El 26 de enero del 2021 se casaron por Zoom con la presencia virtual de familiares y amigos. “Cada invitado puso una bandera del país desde donde nos estaba viendo. Había representantes de Estados Unidos, México, Canadá y Argentina. También, para el momento del ‘sí, quiero’ todos prendieron una velita para mandarnos sus buenos deseos a la distancia”.
El encuentro tan esperado
Desde el 26 de enero al 2 de abril de 2021 cuando Jackson llegó a Buenos Aires para conocerse, ambos tenían ansiedad y miedo de que pasara algo que postergara el encuentro. Finalmente, Jackson salió del aeropuerto a las 8:30. Tenía puesto un chaleco en el que durante los últimos meses escribió mensajes de amor para quien hoy es su mujer.
“Deseo abrazarlo con todo mi corazón. Me pasé la noche sin dormir, me teñí el pelo, me maquillé y organicé todo para darle la bienvenida. Es muy loco pensar que vamos a poder tocarnos después de meses de vernos la cara mediante una pantalla de teléfono”.
Otro escalón en la relación
Todo lo que habían sentido hasta el primer abrazo formó parte de una vida anterior juntos en la que la virtualidad era el único nexo posible entre ellos. “Hay un montón de cosas que la pantalla del celular limita. Ahora podemos besarnos, tocarnos, sentir la respiración del otro. Yo quiero verlo dormir. Es un escalón más arriba de la relación. Se cierra un capítulo y se abre otro: de la videollamada a estar juntos en persona”, cuentan ambos.
Frente a la pregunta de qué sintieron o qué les pasó al verse, Jackson no dudó: “Ella es una mujer maravillosa, viajé desde muy lejos para que estemos juntos. Era todo lo que esperaba y mucho más. Nosotros somos de la vieja escuela, alimentamos la relación todos los días, nos decimos cuánto nos amamos. Es muy fuerte lo que está pasando, fue lo mejor que me pudo haber pasado conocerla”.
El comienzo de la nueva vida e Nebraska
Cuando Jackson regresó a Estados Unidos, el objetivo de la pareja era conseguir los papeles de la visa para que Daiana pudiera mudarse a su nueva casa. “Fue largo, fue interminable pero cuando lo vi cruzar la puerta otra vez, ahí me di cuenta de que iba a ser la última vez porque la vamos a cruzar juntos para no separarnos nunca más”.
Después de pasar unos días con la familia de Daiana en Luján, llegó el momento de viajar a Estados Unidos. “Nos llevamos a mi gata Piu a vivir a nuestro nuevo hogar”, sostiene ella.
Por su parte, Jackson, antes de volar sintetizó: “Fue un camino muy largo, hubo muchos desafíos, pero lo hicimos. Citando algo que alguna vez escuché sobre nosotros, creo que solo el amor puede ser tan valiente, para volar a través del mundo durante una pademia global y arriesgar muchas cosas para vivir una historia de amor”.