Magdalena Ruiz Guiñazú ya descansa en paz en el parque Memorial de Pilar. Su familia, amigos y colegas le dieron el último adiós a la periodista y locutora que murió ayer a los 91 años de edad.
El entierro empezó cerca de las 16 horas de este miércoles en el cementerio ubicado en el kilómetro 47 de Ruta Panamericana.
La locutora, conductora y escritora tenía 91 años. En las últimas semanas se había ausentado de su programa de radio por sus problemas de salud.
A las 15:50 llegaron sus colegas de Radio Mitre: Marta Lamas, Guido Valeri y el director de la radio Jorge Porta.
A las 15:57 llegó el cortejo fúnebre. En la ceremonia estaban sus hijos, sus nietos, los periodistas María O’Donnell, Joaquín Morales Solá, Pablo Sirvén, Cristina Pérez, Mónica Gutiérrez, Silvia Naishtat y Daniel Santoro,. También el diputado Eduardo Amadeo, Daniel Sabsay, Hernán Lombardi y el ex presidente de Racing, Fernando Marín.
Entierro de Magdalena Ruiz Guiñazú en el cementerio Memorial
«Un faro del periodismo»
Muchos de ellos dijeron unas palabras. Por ejemplo su hija mayor, que contó anécdotas familiares. «Era una excelente madre y en las reuniones familiares siempre llegaba con sandwiches de miga y tortas. Era una apasionada del cine y del teatro, al punto que tenía un largo pasillo rojo con todos los programa de la obras que había visto».
Luego habló uno de sus hijos, que aclaró que hablaba en nombre de todos sus hermanos, incluso Edmundo, que murió cuando ellos eran muy jóvenes. Se quebró de emoción en varias oportunidades y la definió como «Una vieja testaruda que no se quería ir», pero que ahora estaba convencido que iba a estar con Dios.
A continuación, Morales Solá («Se apagó un faro del periodismo, nunca se calló y era la mejor de todos nosotros») y O’Donnell, que recordó su paso por radio Continental y dijo que Magdalena siempre se acordaba de la fecha de cumpleaños de cada uno y compraba regalos.
Joaquín Morales Solá en el entierro de Magdalena
Y agregó: «Su pasión por el periodismo era tal que a veces llegaba a la radio con el testimonio de un bombero o policía si había un accidente en la esquina»
Natalio Botana la despidió con la frase «Magdalena, un pueblo de ángeles te acompaña», y luego habló el cura. En diferentes momentos sonó música de películas como Cinema paradiso, y también se escuchó Adiós Nonino, de Piazzolla.
A continuación dijeron palabras Mónica Gutiérrez y la productora radial Marta Lamas, que contó: «Es una bendición que los jóvenes periodistas aprendan de ella».
Siendo las 16.55 se comenzó a rezar un Padre Nuestro y pocos minutos después salió el cajón de la capilla para ser enterrado.
Testimonios
Al final del entierro, varias personalidades contaron sus recuerdos y reflexiones sobre la gran periodista.
Jorge Porta: “Era la más grande. ¡Treinta años trabajando con ella! Ya está, se fue en paz”.
Eduardo Amadeo: “La conocí del otro lado del micrófono, porque en mi larga carrera política me llamaba muchas veces, siempre con un increíble respeto y sabía lo que quería preguntar. Era un placer hablar con ella. Después salí de la política y seguimos con una amistad que fue un placer desde el punto de vista humano. Fue una gran profesional y una gran persona. Deja para todos los periodistas jóvenes un gran ejemplo de su compromiso con la profesión, la verdad y los derechos humanos. Era muy lindo ser amigo de ella”.
Hernán Lombardi: “Fue una de las personas que con su contribución dejaron a la Argentina mejor que como la encontraron. Simplemente su lucha por la libertad de expresión, su lucha por los derechos humanos y su enorme pasión por el periodismo, al cual nunca traicionó”.
Hernán Lombardi en el entierro de Magdalena Ruiz Guiñazú en el cementerio Memorial
Daniel Sabsay: “Para mí, Magdalena fue el símbolo de la democracia y de la defensa de la Constitución. Tuvimos innumerables reportajes y charlas, y su preocupación siempre era que la brújula fuera el guión institucional que está incluido en nuestra ley fundamental. Eso para mí tiene un valor enorme porque he dedicado la vida a eso y he perdido a una amiga entrañable con quien tenía un trato muy frecuente.
Salíamos a comer, hablábamos por teléfono y fue un honor estar en tantos de sus cumpleaños. Era de una generosidad y bondad sin límites. Lo digo con profunda tristeza, con mucha gratitud y sé que ella está en paz, que es lo más importante. Deja el legado de una mujer absolutamente consecuente y valiente, que no le importó las consecuencias de decir las cosas sin eufemismos. Le importaba la verdad y la defensa de los vulnerables”.
Cristina Pérez: “Esta mañana sentí que nos quedamos un poco huérfanos. Uno creía que Magdalena no se iba a morir nunca. Su legado en inmenso. Le puso el cuerpo al valor de la palabra, cuando eso te podía costar la vida. Creo que hoy su luz se proyecta como un legado para nosotros, para estar a la altura del coraje de una mujer como Magdalena, la mejor de nosotros, sin dudas.
Tuvimos la bendición de compartir este tiempo de profesión, y un día vamos a decir ‘Yo ejercí mi profesión al lado de Magdalena’, que estuvo hasta los 91 años al micrófono. Ella sabía que era una leyenda del periodismo y sin embargo siempre fue generosa con todos nosotros”.