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Por qué la educación argentina va para atrás

Si pasamos revista a la dinámica del sector educativo de los últimos 50 años del siglo pasado, y lo que va de este, nos encontramos con la continuidad de ciertos fenómenos que, a mi entender, dan pistas de por qué hoy la educación Argentina esta en franco retroceso. Paso revista a aquellos que ,creo ,son los mas relevantes.

1- La permanencia de experiencias de cambio circunscriptas a un número limitado de escuelas para evitar avanzar en las transformaciones estructurales que requiere el sistema. Por supuesto hay algunas excepciones como la reforma del 90 y las realizadas en la provincia de Rio Negro. Casi todas estas experiencias han desaparecido o por cambios de gobierno o fagocitadas por la rutina de ¨lo que siempre se ha hecho». Esto explica que avanzado el siglo XXI sigamos teniendo una escuela diseñada y referenciada en la cultura del siglo XIX.

2- El permanente crecimiento de las matriculas con la consiguiente incorporación de nuevos sectores a la educación ,sin que medien propuestas pedagógicas que consideren la heterogéneo extracción socio-cultural de los alumnos. A todos lo mismo y a los que tienen dificultades más de lo mismo. Conclusión: repitencia y abandono de los niños y jóvenes provenientes, en su mayoría, de los sectores mas bajos de la escala social.

3- La falta de pedagogía para procesar las diferencias se transformó en una creciente deriva a favor de las tareas asistenciales que en los últimos 20 años desenfocaron las practicas escolares de la preocupación por los aprendizajes para centrarse en el “reconocimiento del valor de la cultura popular», la comprensión del sufrimiento de los pobres y la prescindencia de toda exigencia por el “aprender”

4- La generación de un parte aguas entre un subsistema privado y el otro publico que derivó en una dinámica de fragmentación consistente en la emergencia de circuitos escolares que encierran a los niños y jóvenes en una socialización entre sus iguales sociales y culturales. De modo que se obtura toda posibilidad de intercambios culturales entre los miembros de una misma generación reforzando la reproducción de las desigualdades existentes en la sociedad.

5- Un progresivo aumento del número de docentes, acompañado de una permanente caída del valor real de su salario, un crecimiento del poder político y económico de los sindicatos que los representan y una creciente ineficiencia de la escuela para transmitir a las nuevas generaciones las herramientas básicas de la cultura.

6- Finalmente una elite política, económica y social poco preocupada por la calidad de la educación que no valora su capacidad de generar un impacto decisivo en la construcción de un futuro mejor para la sociedad en general y los individuos en particular./Guillermina Tiramonti

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