«Precios justos» es un plan por etapas. Una especie de “paso a paso”, como dijo algún filósofo del fútbol argentino. En su hoja de ruta, Sergio Massa va tildando cada uno de los objetivos alcanzados. Lo prioritario desde su llegada al Ministerio de Economía fue frenar la corrida cambiaria. Para eso, se enfocó en dar señales de ordenamiento fiscal y acumulación de reservas. A partir de ahora la cuestión central es reducir la inercia inflacionaria. Como anticipó Ámbito, el Gobierno apuesta a un gran acuerdo de precios y salarios por cuatro meses que sirva para alinear las expectativas. En el Ejecutivo, hablan de un “plan de estabilización”. El titular del Palacio de Hacienda confirmó que trabaja en el programa “Precios justos” y que ya hay diálogo con las principales firmas de consumo masivo. En el sector privado mostraron disposición a discutir el tema y los sindicatos creen que la desaceleración de la inflación será clave para recuperar poder adquisitivo.
«Creo en un trabajo acordado con las empresas de consumo masivo que representan más del 65% de lo que consumimos los argentinos. Me parece clave sentarnos a la mesa y establecer los mecanismos con los que el Estado puede darles certidumbres y garantías», confirmó Massa en diálogo con Radio Rivadavia. En ese sentido sostuvo que “hay que garantizar que el camino descendente de la inflación se consolide porque es el peor castigo para cualquier trabajador y jubilado”.
El Gobierno trabaja en un “plan de estabilización” para atacar la inercia inflacionaria a partir de noviembre. El programa consiste en algunos pasos que ya se fueron efectuando: dar señales claras en el frente fiscal, acumular reservas, ordenar el comercio exterior para “cuidar los dólares”. Una vez cumplidos esos requisitos previos, se busca llegar a un amplio acuerdo de precios y salarios que marque un sendero para los próximos cuatro meses.
Ámbito pudo confirmar que la secretaría de Comercio citó a empresas de consumo masivo a reuniones “uno a uno” durante esta semana. Aunque, según informaron fuentes cercanas al secretario Matías Tombolini, se trata de un mecanismo habitual en ese despacho. La función de esos encuentros es monitorear el programa Precios Cuidados que se puso en marcha días atrás, pero también hacer un seguimiento de la situación de los precios en general.
Ayer, Massa brindó más detalles del plan en marcha. Contó que ya hay diálogo con unas 20 empresas de consumo masivo y que buscarán que los precios de los productos estén impresos en los empaques, para que de esta manera lleguen a todos los puntos de venta y no haya desvíos con los intermediarios. Llamó al plan “Precios Justos”. Contó además que están preparando un tablero de control online con todo el sistema de precios, para que los consumidores puedan acceder a toda la información.
“Me gustaría que en el momento que lo pongamos en marcha sea acordado con un número amplio de compañías, de comercios y en una mesa de acuerdo de trabajo entre los gremios y esas empresas, estamos en un tiempo en el que todos tenemos que ceder un poquito”, explicó el ministro.
Distintas fuentes de la industria consultadas por este medio destacaron la iniciativa, aunque señalaron que debe darse en el marco de un ordenamiento macroeconómico y con un amplio apoyo político que debe manifestarse, en principio, con la aprobación del proyecto de presupuesto.
También hubo apoyo desde el mundo sindical. En líneas generales, los gremios entienden que en este momento una reducción de la inflación es clave para recomponer el poder adquisitivo de los salarios. «Tiene que haber un plan para la estabilización económica de manera urgente”, dijo el titular del gremio de canillitas, Omar Plaini, que también pide atacar “las remarcaciones especulativas”.
El diagnóstico del Gobierno es que el eje central del combate contra la inflación es a través del ordenamiento fiscal, la reducción de la emisión monetaria y la acumulación de reservas. No obstante, consideran que en el caso argentino el fenómeno está condicionado por las expectativas que generan a su vez incrementos preventivos que conforman un componente “inercial”. Lo que se busca ahora, es atacar este último punto, para llevar el índice de precios al consumidor, al menos, hasta los niveles previos al inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania.