Llegar a casa, ni hablar del extremo que significa pisar la playa, implica viajar por caminos de laberinto de este enorme obrador con 700 casas en marcha en el que cada día se mueven unos 5.000 operarios de distintos gremios y maquinarias pesadas: retroexcavadoras que remueven tierra donde irán los cimientos, palas mecánicas que retiran excedentes y hormigoneras que, unas tras otras, vuelcan toneladas de cemento, piedra y arena sobre los que luego vendrán ladrillos, aberturas, techos y terminaciones. Decoraciones, propietarios e inquilinos.
Y con qué furor por estos días, porque en poco menos de un mes las obras deben detenerse porque será tiempo exclusivo de disfrutar este cotizado desarrollo en el sur del Partido de la Costa, en el límite con Pinamar, que crece en preferencia entre las más fuertes inversiones inmobiliarias de la zona y también con destino vacacional, con un verdadero boom y capacidad casi completa durante la última temporada.
Para esta fecha, en lo que representaba la primera y real salida definitiva de todas las restricciones que rigieron durante la pandemia, la demanda de alquileres era tal que resultaba difícil encontrar disponibilidad para enero e incluso primera quincena de febrero.
Con propuestas que van desde US$2.200 hasta US$25.000 la quincena, valores casi sin modificaciones con respecto al último verano, esta vez la demanda tiene un ritmo más moderado, según confiaron operadores del rubro.
“Estamos cerca del 50% del objetivo que nos planteamos en cantidad de contratos”, aseguró Luis Peralta, coordinador de la sucursal en Costa Esmeralda de JP Urruti Propiedades. Entiende que hay una buena demanda que tiene respuesta gracias a “al volumen de casas construidas y que se ofrecen para alquilar”.
Costa Esmeralda se sumó a Cariló como destino de un turismo ABC 1 que tuvo un salto de demanda en los últimos años, de la mano del impedimento que existía para viajar al exterior mientras regían condicionamientos sanitarios derivados de los contagios de coronavirus.
Las más buscadas
El dato para esta temporada es, sin lugar a dudas, la finalización y apertura de unas 300 viviendas nuevas para uso de sus propietarios o inquilinos, con muchas de ellas en cercanías del mar, lo que las hace más buscadas y por ende cotizadas.
A la fecha son 16 los barrios o loteos que componen Costa Esmeralda con 2.139 propiedades. El último loteo se abrió camino a fines del año pasado, con la cuarta etapa del grupo bautizado Marítimo, en primera línea hacia la playa, con 70 nuevas parcelas que promedian los 1.200 metros cuadrados y salieron al mercado con valores desde US$80.000.
“El éxito de Marítimo IV, lanzado en plena pandemia, tiene que ver con la tendencia de la gente de migrar hacia lugares para vivir con más espacio y más verde”, explica Santiago Valledor, gerente de Proyecto de Eidico. Cita de muchos que alguna vez fueron inquilinos en Costa Esmeralda, ahora allí y en otros de los barrios que ya están consolidados, son propietarios. El apuro de ritmo de obras que se ve hoy por allí tiene que ver, precisamente, con tantas familias que estrenarán casa propia antes de las próximas fiestas de fin de año.
La principal novedad destacada que tendrá el lugar antes del cierre de año es la renovación del parador de playa Cabo Suelto. También allí se apuran obras y se anuncia pronto inicio de actividades, casi con certeza a partir de los primeros días de diciembre.
Los valores de alquileres en Costa Esmeralda no han tenido mayores modificaciones con respecto a la última temporada. En casas más pequeñas, para 4 a 6 personas, los valores de la quincena para enero arrancan en los US$2.200. Desde US$4.000 hay más amplias, que es muy común que compartan entre dos familias. También hay departamentos por valores desde US$1500, US$2200 y US$3000 según sean de dos, tres o cuatro ambientes.
“Hay mucha consulta y el movimiento es importante, aunque no tanto como en la previa de la temporada anterior”, asegura Rocío, de Somos Costa, otra de las inmobiliarias que trabaja con este mercado que tiene entre su clientela a muchos de los que hasta hace algunos años veraneaban en el exterior.
Las operaciones de alquiler, como ya es regla en este segmento desde hace algunos años, se pactan y saldan en dólar billete. Con 50% de seña al cerrar la reserva y la otra mitad cuando se toma posesión del inmueble. Este año, se admite en el sector, la concreción de contratos marcha a ritmo más tranquilo.
Oferta limitada
Las casas más caras corresponden a los denominados barrios Marítimo, que son cuatro y conviven de manera directa con la playa. La ubicación y la oferta limitada favorecen que los precios de esas unidades sean altos. Hay casas para 10 personas o más, por ejemplo, por las que allí se pide hasta US$50.000 por el mes de enero. Una cifra comparable con el valor de venta de departamento pequeño en Capital Federal o Mar del Plata.
Valledor destaca que los propietarios de este nuevo frente de desarrollo de casas han pasado como inquilinos o “ya apostaron a Costa Esmeralda, pero quieren estar más cerca del mar”. En algunos casos esa situación se da con dueños que alquilan sus casas que tienen en barrios más rodeados de bosque y afrontan la diferencia económica para alquilar y pasar los mejores días del verano en otras con salida directa a la playa.
Esta plaza, según han coincidido tanto propietarios como inquilinos, es elegida por disponer de un valor agregado por sobre Cariló o similares en esta franja de playas: la seguridad que representa estar dentro de un formato de barrio cerrado, pero con dimensiones tan amplias como cualquier otra localidad balnearia de la zona.
En las inmobiliarias también admiten que la elección del alojamiento de vacaciones tiene mucha influencia de los miembros jóvenes de cada familia, que siempre están detrás de dónde coincidir con sus amigos. En este caso tiene valor la cercanía con Pinamar, siempre con su programación plena de DJ´s y artistas famosos, shows en vivo, los tan concurridos after beach y su oferta de nocturnidad.
Los mayores también tienen sus motivos para definir elección. Además del escenario natural del lugar valoran la disponibilidad puertas adentro de campo de golf, prácticas ecuestres y canchas de tenis.