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Nuevo fenómeno. La pareja rusa que escapó de la guerra para tener a su bebé en BsAs

El primer momento de alivio Polina Cherepovitskaya y Aleksandr Konkov fue cuando el avión de Turkish Airlines despegó desde Moscú rumbo a Estambul, Turquía. Se estaban yendo de Rusia hacia un país desconocido en el que muchos amigos les contaban que era posible vivir en paz. Lejos de la guerra y de la sombre de Putin.

En el avión se miraban con otras mujeres o parejas que emprendían el mismo camino que ellos. El destino final era la lejana Buenos Aires. Los esperaba, la primavera porteña con sol a pleno. Muy diferente a su Moscú natal.

El largo camino hasta Buenos Aires

Pasaron por Estambul, San Pablo y finalmente llegaron a la Argentina. De a poco se acomodaron y Aleksandr resalta cómo fueron ayudados por muchos porteños, pese a que al principio no entendían una palabra de castellano. “El traductor del celular era vital hasta para ir a comprar un paquete de fideos”, se ríe ahora el ruso que ya tiene varias clases de castellano tomadas.

Polina es diseñadora de joyas y planea retomar su actividad en Buenos Aires apenas crezca su bebé. “En el sanatorio Finochietto, donde nació mi hija Sofía, sentí un alto impacto cuando escuché hablar en ruso en la sala de espera a varias mujeres – recuerda la joven-. Lo que habíamos visto en el avión que nos trajó a Argentina era real. Estaba sucediendo”.

Polina y Alekasndr son una de las tantas parejas que se sumaron a una ola inmigratoria nueva y sorpresiva. Desde la invasión rusa a Ucrania creció este tipo de “turismo de parto” hacia Buenos Aires.

La pequeña Sofía nació en diciembre en Argentina (https://www.instagram.com/sasha_konkov/)La pequeña Sofía nació en diciembre en Argentina

La mujer dio a luz en diciembre a Sofía. La pareja vive en un amplio departamento en Belgrano R y el plan de la pareja es radicarse en Argentina. “Tengo una empresa llamada Tape producciones. En Rusia, filmábamos publicidades y documentales –explica Alexasandr, en diálogo con Infobae-. Ahora estoy aprendiendo castellano, porque planeo desarrollar mi negocio acá”.

Escapar de la guerra

Si en un primer momento, la pareja pensaba tener a su bebé y volverse a Rusia, eso cambió con el recrudecimiento de la guerra.

En una mezcla de inglés y castellano, Alexasandr cuenta que “Argentina es un país abierto con gente muy agradable. Este es un país de inmigrantes. Aquí no te sientes como si estuvieras en el otro lado del mundo, la vida es muy comprensible. Muy similar a Europa del Este, pero más libre y espaciosa”.

La pareja se fue ante el temor de que el conflicto entre su país y Ucrania se extienda aún más. “Estoy en contra de la guerra. Esto no podía decirlo en Moscú –relata el hombre ruso, de 33 años-. Por eso nos fuimos para evitar las represalias o también por mi edad tenía la chance de ser movilizado a la frontera”.

El aislamiento de Moscú del oeste como resultado de la guerra convirtió a Argentina, donde los rusos no enfrentan requisitos de visa, en el destino al que acuden las familias que buscan brindarles a sus hijos los privilegios de una segunda ciudadanía.

Como lo explica Alexasandr, el llamado de Vladimir Putin a cientos de miles de reservistas militares puede haberse sumado a la tendencia de las rusas que llegan a Buenos Aires a tener sus hijos.

“Cuando vimos que las fronteras comenzaron a cerrarse rápidamente a nuestro alrededor. Se nos complicaba cada vez más vivir en algún lugar de occidente –cuenta el papá de Sofía-. En ese momento supimos que teníamos que encontrar un lugar al que pudiéramos viajar fácilmente. Un pasaporte argentino le abrirá muchas puertas a mi hija”.

A coro, Polina y Alexasandr aseguran que para ellos era “psicológicamente muy difícil” seguir viviendo en Rusia por la guerra (https://www.instagram.com/sasha_konkov/)A coro, Polina y Alexasandr aseguran que para ellos era “psicológicamente muy difícil” seguir viviendo en Rusia por la guerra

“Muchos rusos están buscando opciones con la situación actual en Rusia. Al otorgarle a mi hija un pasaporte argentino, le estoy dando libertad de circulación por el mundo occidental”, explicó el papá de Sofía, recién nacida en el sanatorio Finochietto de la Ciudad.

A coro, Polina y Alexasandr aseguran que para ellos era “psicológicamente muy difícil” seguir viviendo en Rusia por la guerra.

“Cuando empezó la invasión a Ucrania nos dimos cuenta que nos teníamos que ir, porque para nosotros esta guerra era injusta. Es nuestro país vecino y muchos rusos tenemos familias allí”, resaltó el ruso mientras Polina asentía.

Vivir como porteños

Se los ve tranquilos a Polina y Alexasandr en su departamento de Belgrano R. Tienen los mismos problemas que todos los padres primerizos. Conciliar el sueño con un bebé recién nacido, que Sofía se alimente bien y que crezca sana.

Empiezan a tener los mismos problemas que el resto de los argentinos. Alexasandr se sonríe cuando Infobae le pregunta por la situación económica del país. “Espero que la situación se recupere y se mantenga abierto para poder hacer negocios con el mundo”, se entusiasma el ruso.

Ya afincados en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires, Polina y Alexasandr planean quedarse en Buenos Aires y solicitar la, un proceso que se simplifica porque ahora son padres de una hija argentina.

Los padres extranjeros de un bebé nacido en Argentina pueden tramitar su ciudadanía en menos de dos años.

“La atención médica que recibimos en Buenos Aires para el nacimiento de Sofía fue muy buena – argumenta el ruso-. Es mucho menos costoso tener un chico aquí que en Rusia. Además, en Buenos Aires se está mejor y no hay muchos países en el mundo tan abiertos a los migrantes”.

El arribo de las personas de Rusia hacia Argentina muchas veces se da a través del asesoramiento de agencias, que les brindan información acerca de la documentación necesaria, hacen las traducciones o consiguen viviendas. Estos intermediarios pueden llegar a cobrar entre US$ 5.000 y US$ 10.000 por diversos servicios.

Según estimaciones de Georgy Polin, jefe del departamento consular de la embajada de Rusia en Buenos Aires, entre 2000 y 2500 personas llegaron en 2022 a la Argentina desde Rusia, una proyección que podría elevarse a 10.000 este año, publicó el diario británico The Guardian.

En un grupo de chat llamado Dar a luz en Argentina, en Telegram, más de 3.000 miembros, en su mayoría futuras mamás, intercambian consejos sobre las mejores salas de maternidad en Buenos Aires o dónde obtener la mejor leche de fórmula para bebés.

“Nuestro servicio es servir como traductores o acompañantes. Vienen muchas personas de Rusia para la Argentina, y entre ellas muchas mujeres embarazadas. Después de la guerra se quintuplicó nuestra cantidad de clientes”, dijo en diálogo con Infobae Kirill Makoveev (https://www.instagram.com/ruargentina/)“Nuestro servicio es servir como traductores o acompañantes. Vienen muchas personas de Rusia para la Argentina, y entre ellas muchas mujeres embarazadas. Después de la guerra se quintuplicó nuestra cantidad de clientes”, dijo en diálogo con Infobae Kirill Makoveev

En un hospital privado, el costo promedio de un parto natural es de 400.000 pesos, con tres días de internación incluidos. Si se necesitara el procedimiento de cesárea, el costo se elevaría a 550.000 pesos, con cuatro días de hospedaje hospitalario.

El negocio tras el fenómeno

Kirill Makoveev llegó a Argentina como turista en el 2014. Enseguida, asegura que se enamoró del país y nunca más se fue. Arrancó a trabajar como operador turístico para ayudar a sus compatriotas que viajaban a América del Sur. Y desde 2019 vio en el turismo de parto una gran oportunidad de negocio. “Ofrecemos asesoría total desde que bajan del avión o también consultas parciales con traductores -explica el ruso-. Con la guerra no sólo llegan las parejas de alto poder adquisitivo, sino también mujeres desesperadas que se vienen con el dinero justo”.

“Nuestro servicio es servir como traductores o acompañantes. Vienen muchas personas de Rusia para la Argentina, y entre ellas muchas mujeres embarazadas. Después de la guerra se quintuplicó nuestra cantidad de clientes”, dijo en diálogo con Infobae Kirill, fundador de RuArgentina, una de las empresas del rubro que se encarga de ayudar a las mujeres rusas a parir en el país.

“Argentina tiene uno de los mejores pasaportes del mundo y el segundo más fácil de obtener. Los rusos necesitan visa para viajar a todos lados. Están buscando un pasaporte normal para viajar, es gente que está gastando mucho dinero para poder vivir bien”, concluyó Kirill.

Una de las principales ventajas de un pasaporte argentino es que sus ciudadanos pueden viajar a 171 países sin visa, incluidos la Unión Europea, el Reino Unido y Japón. En tanto para Estados Unidos es necesaria la visa, pero el trámite en Buenos Aires está bastante aceitado.

Antes de la invasión a Ucrania, los rusos podían viajar sin visa a solo unos 80 países. Y después de iniciado el conflicto, muchos países europeos pusieron trabas para esos viajes.

Makoveev se mudó a Argentina en 2014 y trabajó primero como guía de viajes, pero dijo que rápidamente vio el potencial que tenía el país como destino de turismo de maternidad y fundó su agencia en 2018.

“Actualmente estamos reservados hasta mayo de 2023. También hay una lista de espera”, dijo Makoveev. Cada vuelo de Turkish Airlines, como en el que llegaron Polina y Aleksandr, trae a una veintena de mujeres rusas embarazadas. Vienen con los sueños de darle a sus hijos un futuro de paz, lejos de los misiles y la mirada amenazadora de Putin.

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