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El FMI aceptaría aflojar la presión sobre Argentina

«La sequía es un game changer», repite Sergio Massa. El minisitro está renegociando todo el acuerdo con el FIM directamente con la titular del organismo, Kristalina Georgieva. La jefa del fondo aterrizó en Washington para conducir personalmente las negociaciones. En el juego político del organismo ella hace de «policía buena», mientras su segunda Gita Gopinath, encarna la línea más inflexible del staff. 

Por eso, la aparición de la búlgara en este tramo de las negociaciones es un indicio fuerte que el acuerdo se va a modificar, como viene planteando Massa. En su viaje anterior al ministro no le fue bien porque Kristalina decidió irse a Africa y dejar las negociaciones en manos de Gita que refleja las posiciones de la burocracia del Fondo, sin contemplar los marcos políticos. Ahora la jefe del Fondo apareció.

El ministro explicó a Kristalina que la sequía obliga a volver a discutir metas y desembolsos. En su equipo estiman que ahora vendrán dos semanas de negociaciones. La magnitud del impacto de la sequía está en el centro de la discusión. Economía estima una pérdida de 18.000 millones de dólares y el FMI un tercio de ese monto, como dijo públicamente la propia Georgieva.

El FMI ya había aceptado aflojar la meta de reservas para este año, pero ahora es todo el acuerdo el que está en discusión que incluye metas de déficit y de emisión. Y el paquete de medidas para alcanzar esos objetivos, como la quita de subsidios de energía y la reducción de la moratoria jubilatoria.

Massa está planteando la necesidad de construir un «puente» para llegar d emanera ordenada a las elecciones presidenciables de Octubre. Esto serían fondos frescos que podrían provenir de los organismos multilaterales, como el propio FMI, el Banco Mundial y el BID.

Todavía no están claros los ejes de la renegociación, pero fuentes al tanto de las conversaciones hablan de remplazar los números fijos de las metas por ecuaciones. Allegados a Massa no confirmaron esa posibilidad.

Lo que sí está confirmado es que Massa está planteando la necesidad de construir un «puente» para llegar d manera ordenada a las elecciones presidenciables de Octubre. Esto serían fondos frescos que podrían provenir de los organismos multilaterales, como el propio FMI, el Banco Mundial y el BID.

La negociación tiene un importante componente geopolítico que favoreció la flexibilidad del FMI. El Departamento de Estado entiende que la estabilidad de Argentina es clave para la estabilidad de la región y está interesado en evitar un colapso antes que asuma el próximo Gobierno.

«El FMI y Estados Unidos atrás del FMI es lo que sostiene este Gobierno», afirmó uno de los funcionarios con mayor acceso a Alberto Fernández. De hecho, el principal pedido del Presidente a Biden durante la cumbre que mantuvieron en la Casa Blanca fue ese: ayuda para terminar de manera ordenada su mandato.

Estados Unidos a cambio pide tomar distancia de China y la administración de Alberto Fernández a través del canciller Santiago Cafiero viene haciendo gestos en esa dirección, como invitar al país al funcionario de Biden encargado del área nuclear, para que visite las instalaciones de la CNEA. No es una visita menor, la mayor preocupación de Estados Unidos es la colaboración nuclear de Argentina con China, que tiene asignada la construcción de la cuarta central de Atucha, una posibilidad que Estados Unidos quiere cancelar.

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