La formación y la capacitación docente son el principal problema de la educación argentina. La educación de hoy es mala, en el pasado fue mejor y en el futuro empeorará. Los gremios docentes tienen la imagen más negativa entre los protagonistas del sistema educativo. La secundaria privada es mejor que la pública, pero en la universidad la cosa se da vuelta: es preferible la pública que la privada. De 0 a 10, a la educación argentina le ponemos un 4,89 (en promedio), pero la escuela a la que van mis hijos es mejor: se saca un 7,56.
Estos son algunos de los datos que ofrece una ambiciosa encuesta sobre la percepción de la educación argentina, representativa de todo el país, hecha por el Observatorio Hacer Educación, de la Universidad de Buenos Aires. La investigación se hizo entre el 20 de marzo y el 3 de abril. Respondieron 1.003 personas de las distintas regiones, con un nivel de confianza del 95%.
La encuesta tiene una particularidad: los resultados están divididos entre el público general y la comunidad educativa (docentes de los distintos niveles y personal del sistema educativo), de modo que, por primera vez, se puede saber qué diferencias hay entre estos dos públicos en cuanto a la percepción de la formación de los argentinos.
Un taller de capacitación docente.
Entre otras cuestiones, a los encuestados se les consultó cuales creen que son los principales problemas de la educación argentina. La pregunta era abierta, así que se podía elegir cualquier respuesta. La formación y capacitación docente resultó la más mencionada: lo dijeron 44% entre el público general y 33% entre la comunidad educativa. Le siguen la falta de escuelas, inversión e infraestructura.
“Uno de los grandes consensos que refleja esta encuesta es que los dos sectores consultados coinciden en que la educación está peor que hace 30 años y que seguirá empeorando. También quedó en evidencia que la capacitación docente es un tema visto como necesario no solo por la comunidad sino también por la propia estructura docente”, dijo a Clarín Alberto Barbieri, exrector de la UBA, que dirige el Observatorio.
¿El principal problema?
El docente “es al actor que tiene más cerca la gente para evaluar. Podría ser por eso que un alto porcentaje de personas vea su formación y capacitación como uno de los principales problemas de la educación”, dice Gustavo Zorzoli, ex rector del Nacional de Buenos Aires y con una extensa trayectoria como profesor y formador de docentes.
“A la gente le es más complejo tener dimensión de cómo funciona la escuela en su integridad o conocer qué prescriben los diseños curriculares e incluso cómo gestionan los gobiernos los subsistemas educativos. También es razonable que una parte significativa de la docencia crea que su formación y capacitación constituyen uno de los problemas centrales, pues ellos mismos constatan las limitaciones que tienen cotidianamente para llevar adelante una enseñanza que comprueban fracasa muy a menudo en contextos cada vez más complejos, no sólo por las condiciones laborales en que ejercen la docencia, sino además por las dificultades de diferente índole que atraviesan sus estudiantes”, agregó Zorzoli.
Un taller de capacitación docente.
También fue consultado Emmanuel Lista, especialista en formación docente y actual director de la Unidad de Coordinación del Sistema de Formación Docente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Para él, “hay cierto discurso político que a veces apunta mucho a los docentes”, pero no cree que “todos los problemas (de la educación) se resuelven con formación”. “Muchos estudios muestran que el liderazgo de los equipos directivos o el clima escolar son factores que inciden fuertemente sobre los aprendizajes, por ejemplo. Tener o no tener recursos para la enseñanza (como tecnologías, libros, juegos, etcétera) también es un factor importante para que un docente pueda desempeñarse adecuadamente”, afirma el experto.
Zorzoli propone dos grandes objetivos para mejorar la formación docente: “primero, evaluar a los docentes y segundo, evaluar a los institutos de formación docente para saber dónde estamos parados”. “Lo hacen muchos países. Por ejemplo, Chile a lo largo de más de 20 años. Y con gobiernos de diferentes tintes políticos”, afirma.
Capacitación de profesores de Matemática de todo el país.
Lista agrega que “necesitamos propuestas de formación y capacitación con enfoques más diversos y actualizados, centradas en los problemas y competencias que demanda la práctica profesional. Falta más investigación empírica sobre didáctica: nuestro campo académico está muy influenciado por disciplinas como la sociología o la psicología que son muy ricas para comprender los procesos educativos pero que no logran atender a los requerimientos concretos de la enseñanza”.
Hacia un “índice de satisfacción”
Volviendo a la encuesta, otro resultado llamativo es el referido a la imagen de la educación pública y privada. “A partir de estos resultados, es posible deducir que la trayectoria educativa ideal de un argentino es ir a una escuela primaria pública o privada, a una secundaria privada y a una universidad pública”, resume Augusto Reina, investigador a cargo de Opinión Pública en el Observatorio Hacer Educación y responsable de la investigación.
Entre los actores del sistema educativo, los gremios docentes se llevan la peor parte: más de la mitad del público general (55%) tiene una imagen negativa sobre ellos. Y entre los mismos docentes prevalece el dedo para abajo (49% de imagen negativa).
La mitad de los encuestados señalaron que la educación será peor en el futuro. Y la escuela secundaria es la que tiene peor imagen: 7 de cada 10 entrevistados tuvieron una consideración negativa sobre ella.
A los encuestados se les pidió que pongan una nota a la educación argentina y otra a la escuela a donde envían a sus hijos. Como en otros estudios similares, se produce una disonancia muy marcada. En promedio, la educación argentina obtuvo un 4,89 entre el público general y 5,44 en la comunidad educativa. La educación de los hijos 7,56 y 7,58 respectivamente.
Finalmente, desde el Observatorio elaboraron un “índice de satisfacción de la educación argentina”, conformado por distintas variables que surgen de la encuesta. El resultado para esta edición fue de 5,9. Barbieri dice que la idea es seguir haciendo esta encuesta, quizás una vez por año, para ver cómo va evolucionando este índice en el tiempo.
