Hacer historia no es tarea sencilla, pero Isabella Mastrangelo, Sofía Pérez Voges y Florencia Grillo marcaron un camino en el mundo de la tecnología para las generaciones futuras. Las tres adolescentes de 17 años representaron a la Argentina en una competencia de robótica en Israel y se convirtieron en campeonas.
No fue un hecho aislado para la especialidad: se trata del primer equipo nacional compuesto por todas integrantes mujeres que consigue coronarse. “Es lindo que la gente sepa que hay chicas que hacen robótica y que lo hacen bien”, dijeron.
El sueño no empezó de un día para otro. Comenzó a gestarse en el Club de Robótica de la Escuela Secundaria ORT, institución de la que son alumnas. Ese espacio para estudiantes de cuarto y quinto año los motiva a presentarse a diferentes certámenes nacionales e internacionales después de desarrollar robots autónomos.
“¿Y si soy la única chica?”, pensaba Isabella antes de anotarse a esa clase voluntariamente: “Me daba un poco de miedo al principio porque es una realidad, suelen ser chicos siempre”.
En ese sentido, todas valoraron la confianza brindada por el equipo docente que las incentivó a seguir adelante: “Nos dieron un espacio en donde crecer y sentirnos confiadas de que, por más de que nos equivoquemos, siempre iba a estar alguien para ayudarnos”, sostuvo Sofía.
El trío se entrenó con fuerza y convicción, lo que llevó a que durante el año pasado participaran en la Liga Nacional de Robótica llevada a cabo en Paraná y Bahía Blanca.
En pleno desarrollo de sus aptitudes en la materia, se les presentó una increíble oportunidad: competir en Robotraffic. “Nos llamaron y nos dijeron ‘queremos que participen en Israel’. Así que estuvimos trabajando sin parar todos los días para poder viajar. Nunca habíamos viajado para representar ni a la escuela ni al país”, contó Mastrangelo.
Robotraffic: cómo fue llegar a la competencia en Israel
“Fue todo un proceso. Tuvieron que trabajar todo un año y hay dos responsables detrás de la iniciativa que son los docentes del Club de Robótica, Micaela Viegas y Nicolás Bortoni”, detalló Rubén Krawicky, profesor y director de la especialización de Mecatrónica de la ORT.
En ese sentido, Sofía contó: “Es bastante diferente la Liga a lo que hicimos en Israel. Es una experiencia distinta, trabajar en equipo, especializarse en una tarea específica, aprender de otros competidores”.
Pero, ¿de qué se trata? Es una competencia internacional de robótica que consta de tres categorías: Racing, un campeonato de robots autónomos al estilo de una carrera velocista; Careful Driving, en donde el auto debe respetar las normas de tránsito de la pista; y Careful Driving Advanced, que implica reglas más avanzadas, como mostrar luces de giro.
Allí, se presentaron jóvenes de diferentes partes del mundo. “Vas con nervios porque es en otro país, pero después la gente se acercaba y decía ‘¡ Qué genial tu robot!’”, destacó Isabella y agregó: “No fue estresante sino lindo porque nos ayudábamos con los otros competidores y nos dábamos recomendaciones”.
“Fue un ambiente humano, muy lindo lo que se generó. Al competir con gente mayor, suelen dar consejos y también tomar algunos elementos nuestros para implementar en sus proyectos”, manifestó Pérez Voges y Grillo completó: “Veíamos que el robot no se rompía y eso ya era un logro”.
Las jóvenes no solo están contentas por todos los aprendizajes que obtuvieron, sino por la posibilidad de que un grupo 100% integrado por mujeres represente a los argentinos y nos deje en la cima una vez más.
“Es revolucionario, nos dio la oportunidad de animar a más chicas a hacerlo. Veía los comentarios y además de las felicitaciones, todos nos mandaban buena onda. Es la Argentina que queremos y es el mensaje que queremos dar, que las chicas podemos”, marcó Sofía.
Asimismo, Florencia sumó: “Estamos muy contentas por la repercusión que tuvo, no pensé que iba a ser tan masivo. Tres chicas compitiendo en Israel en algo tan grande… Es lindo que la gente sepa que hay chicas que hacen robótica y que lo hacen bien”.
“Para la escuela es satisfactorio el hecho de presentar un equipo íntegramente femenino abre las puertas a otras chicas a animarse a participar estas competencias. Es una disciplina en la que no hay tantas chicas, con lo cual mostrar este grupo que logró una victoria tan abrumadora es muy bueno. Hicieron historia”, expresó Krawicky.
En esa línea, las tres concordaron en que es una “meta alcanzada”: “Siesto puede incentivar a más chicas, sería increíble”.
El trío ganador va por todo
Con un espíritu competitivo, empoderado y motivado, las campeonas tienen por delante un futuro preciado en sus manos. Por lo pronto, se presentarán en todas las competencias que puedan anotarse.
Es que llegaron hace unas semanas, pero siguen recibiendo una gran cantidad de mensajes que las alientan a continuar aprendiendo y perfeccionándose en el área: familia, amigos, conocidos de la escuela, gente con la que dejaron de hablar hace años y desconocidos. El orgullo nacional hace que las barreras se corran y motiva a estas chicas a seguir poniendo al país en lo más alto.
Todavía faltan algunos meses para que terminen el colegio, pero ellas ya tienen claro que su camino está relacionado con la tecnología y la electrónica.
“Me gustaría seguir haciendo este tipo de proyectos, la tecnología aplicada no solo a robots, sino a otros objetos de nuestra vida cotidiana. Hacer algún producto que tenga un impacto”, dijo Isabella. En tanto, Sofía indicó: “Seguro algo de Ingeniería Robótica, es algo que me interesa mucho porque es divertida. Pero sí, me encantaría hacer algo que impacte en la rutina de la gente”.
Florencia coincidió y añadió: “Hacer un proyecto propio. Que se haga conocido y que le sirva a la gente, que resuelva aunque sea una mínima problemática”. “Ahora vamos por todo”, cerraron.