Su apodo es «Mandíbulas». Pero no se trata de un peleador ni de un boxeador: Joseph Chestnut es un profesional de la comida competitiva. Se dedica a participar en torneos en los que el ganador es el que logra engullir la mayor cantidad de alimento en un tiempo determinado. Estudió ingeniería y desde 2010 vive de esta disciplina que empezó como un hobby. Presencias, sponsors y premios le permitieron amasar una fortuna millonaria gracias a su capacidad para devorar desde hamburguesas hasta donas.
El pasado 4 de julio Chestnut alzó su 16° cinturón mostaza en una nueva edición de Nathan’s, la competencia más importante de comer hot dogs. En 2021 se quedó con el record absoluto con 76 panchos en 10 minutos y hasta el momento ninguno de sus rivales logró superar los 64 y medio. Este año engulló 62 unidades y volvió a quedarse con el premio de aproximadamente u$s 10.000.
Nathan’s es una de las más de 20 competencias en las que «Mandíbulas» participa cada año. En total pasa 150 días viajando entre torneos, presencias y eventos.
Según su sitio web oficial, Chestnut tiene más de 50 récords certificados por la Federación Internacional de Comida Competitiva (International Federation of Competitive Eating). Algunos de ellos son: 141 huevos duros en 8 minutos, 55 donas glaseadas en 8 minutos, 102 tamales en 12 minutos y 45 sándwiches de pulled pork en 10 minutos.
Un negocio millonario
En 2022, Chestnut le detalló a USA Today que ese año había generado ingresos por u$s 500.000 y que su fortuna superaba los u$s 4 millones.
Ese mismo año firmó un contrato de representación con Everest Talent Management, que le consiguió acuerdos con marcas como Pepsi para protagonizar anuncios, y constituyó la sociedad Joey Chestnut LLC. «Tenés que verte como un negocio cuando estás trabajando para vos mismo», aseguró en diálogo con el medio.
La historia de Joey Chestnut
Estudió Ingeniería Civil en la Universidad Estatal de San José y tras graduarse, en 2005, empezó a trabajar en una constructora. Para ese momento ya había incursionado en el mundo de las competencias de comida.
Su hermano menor lo alentó a anotarse en su primer desafío cuando tenía 21 años. Se trataba de una estadía gratis en un hotel casino si lograba comerse una langosta entera. Hasta 2010 siguió trabajando full time, mientras que las competencias las tomaba como un hobby. Un acuerdo comercial cambió su camino.
De hobby a trabajo full time
Pepto-Bismol, un producto para el malestar estomacal de P&G, le ofreció u$s 40.000 para participar de cuatro torneos. Para esto le pidió un mes de licencia a su empleador. A su regreso decidió que las competencias pasarían a ser un trabajo principal.
Los premios de los torneos, que van desde los u$s 1000 hasta los u$s 10.000, son solo una parte de sus ingresos. Varias marcas lo contratan para aparecer en eventos y mostrar sus «habilidades». Por caso, los Detroit Pistons lo llevaron al entretiempo de un partido, mientras que se comió 8 kilos de pastel de cereza en un business Summit organizado por Goldman Sachs en Washington DC.
Hoy Chestnut, próximo a cumplir 40 años en noviembre, vive de ser competidor profesional desde 2014. Desde su irrupción en Nathan’s solo perdió una vez, en 2015. Tiene en su palmarés más cinturones mostaza que Roland Garros que Rafael Nadal logró en su trayectoria.