El domingo el FMI anunció que la delegación que envió Sergio Massa y el staff del FMI «han finalizado lo aspectos medulares del trabajo técnico de la próxima revisión» del acuerdo.
Massa medita la conveniencia política de viajar el próximo jueves a Washington cuando se anuncien los términos del acuerdo alcanzado.
Pese a que el jueves la discusión técnica se complicó en Washington, todo indicaba que eran tensiones previas a un acuerdo.
En la comunicación oficial del FMI se informó que «los equipos del Ministerio de Economía y Banco Central de Argentina y el staff del FMI han finalizado lo aspectos medulares del trabajo técnico de la próxima revisión».
Economía sostuvo en su comunicación que el acuerdo alcanzado incluye «crograma de desembolsos segundo semestre cerrado» y agrega que «los desembolsos hasta fin de año 10.000 millones de dólares». El texto que el Palacio de Hacienda envió a los medios no aclara si esto implica que esos desembolsos se anticiparán, como pretendía Massa.
La parte de los desembolsos no fue incluida en la comunicación del FMI. El organismo se limitó a publicar tres tuits. En el segundo tuit el FMI afirmó que «se han acordado los objetivos y parámetros centrales que serán la base para un «Staff Level Agreement» que se espera finalizar en los próximos días para luego avanzar hacia la revisión del programa de Argentina».
En el Palacio de Hacienda dieron por cerrado el acuerdo y anticiparon que los términos del mismo se conocerán el jueves.
El tercer tuit del Fondo sostiene que «dicho acuerdo busca consolidar el orden fiscal y fortalecer las reservas reconociendo el fuerte impacto de la sequía, el daño a las exportaciones y los ingresos fiscales del país». Este párrafo es importante para Massa porque sugiere que el Fondo terminó aceptando que por el impacto de la sequía había que rediscutir las metas fiscales y de acumulación de reservas.
Estados Unidos fue clave para que torcer las voluntades en el organismo que rechazaban el acuerdo con Argentina. «Fuerte respaldo e involucramiento de la Casa Blanca y el Congreso de EEUU para empujar el acuerdo», comunicó Economía.
Massa en efecto jugó un complejo juego geopolítico en el que hizo entrar a China y hasta se dejó correr la posibilidad de establecer un acuerdo de provisión de armamento de alto nivel con esa potencia, en el momento más álgido de la negociación. Pero no es un secreto que el ministro y candidato es uno de los hombres del peronismo más cercanos a Estados Unidos.
Como sea, todavía se desconoce como se resolvió el aspecto medular de la negociación: esto es la brecha cambiaria. El FMI y Massa vienen bailando un complejo baile de sombras en torno a cómo resolver la cuestión cambiaria y la pérdida de reservas del Banco Central.
Luego de rechazar la devaluación y unificación cambiaria que pedía el FMI, Massa habilitó que se discuta una versión sui generis de esa política, que consiste en un nuevo dólar diferencial para algunos granos más un dólar importador segmentado y una devaluación previa del 10%. Todavía no trascendió cuando de esto contendrá el nuevo acuerdo.
Desde el lunes, en la capital de los Estados Unidos se encuentran el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein y el vice del Banco Central, Lisandro Cleri. El miércoles llegaron refuerzos: el jefe de asesores del Ministerio, Leonardo Madcur y el secretario de Hacienda, Raúl Rigo. Hasta ahora no se informó si continuarán allí.
