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El ajuste a la clase media

Los subsidios a las tarifas de la energía -luz y gas- siguen siendo centrales en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), tal como lo dejó plasmado el organismo en el comunicado del viernes. Ante la «inflexibilidad a la baja» de grandes rubros del gasto público que están indexados como jubilaciones, pensiones y programas sociales para los más vulnerables, la ayuda del Estado nacional para pagar los servicios públicos es el elemento central para bajar el déficit fiscal.

En ese sentido, la clase media es la gran apuntada por el staff técnico del Fondo, pues el segmento de ingresos medios (Nivel 3) apenas paga el 18% del costo de la energía eléctrica y tiene un subsidio del 82%. Incluso esa relación en los sectores de ingresos bajos (Nivel 2) es de 14% y 86%, respectivamente, por lo que en la práctica cerca del 65% de los usuarios están semi unificados. Mientras tanto, el Nivel 1 -de ingresos altos o los que no pidieron o renunciaron a los subsidios- abona seis veces más por la misma energía.

Subsidios a la luz y el gas

Un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), de la UBA y el Conicet, destaca que los subsidios a la energía sumaron $ 1.430.699 millones -$ 1,4 billones- y tuvieron una reducción en términos reales del 20,1% interanual en la primera mitad de 2023.

En el gas natural, los precios en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST, mayoristas o «en boca de pozo») pagados por usuarios residenciales cubren el 53% del costo de abastecimiento de gas para los N 1, el 16% para los N 2 y el 20% hogares N 3, por lo que aún los hogares de ingresos altos mantienen casi la mitad de la parte mayorista subsidiada.

En gas, ni siquiera los hogares de Nivel 1 pagan el costo pleno

«Si bien la cuenta de subsidios se reduce frente a 2022, sigue siendo superior a la de los años previos (casi 20% más que en 2020). En el primer semestre, el precio estacional de toda la demanda cubrió cerca del 45% del costo de generación (contra 55% en 2020), donde jugó muy a favor la caída real en el costo (15% en promedio). 

Parte de la explicación se encuentra en los impactos de la segmentación iniciada en septiembre 2022: las únicas facturas de energía eléctrica que se recomponen en términos reales son las del segmento N1; las del resto de los segmentos caen en términos reales», explicó Santiago Manoukian, jefe de Research de Ecolatina.

«Al ratificar la meta del 1,9% sobre el PIB de déficit primario, parece quedar claro que próximos ajustes en tarifas serán necesarios más pronto de lo que se preveía previamente», analizó el economista.

Por todo esto, hasta fin de año se espera que esa situación se empiece a corregir. La incógnita es si será después de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 13 de agosto, de los comicios generales del 22 de octubre, en noviembre o con la llegada de otro Gobierno.

Desde este 1 de agosto ya están implementados nuevos aumentos de aproximadamente el 6% promedio a nivel nacional en las boletas de luz para los hogares N1, que vieron en el último año una suba cercana al 150%. En paralelo, continuó la disminución real de las tarifas para la clase media y los usuarios vulnerables.

Para la Secretaría de Energía, la meta sectorial de alcanzar que los subsidios lleguen a 1,6% del PIB a fin de año está cerca de cumplirse, aunque una mayor aceleración de la tasa de devaluación podría forzar a incrementos generalizados en las tarifas.

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