Sin duda la inteligencia artificial empieza, de forma persistente, a formar parte de la manera en que navegamos en nuestro mundo social. Si bien ya es parte integral del comercio digital, del marketing y de industrias como la automotriz, su despliegue e impacto en la educación queda todavía por explorar.
Desde hace unos años, la UNESCO está decidida a ayudar a los Estados Miembros para que saquen provecho del potencial de las tecnologías de la IA con miras a la consecución de la Agenda de Educación 2030, a la vez que garantiza que la utilización de las tecnologías de la IA en el contexto educativo esté regida por los principios fundamentales de inclusión y equidad.
Según encuesta mundial de Ipsos para el Foro Económico Mundial, una cuarta parte de los adultos de todo el mundo (23%) cree que en cinco años, la educación superior en su país se llevará a cabo en su totalidad o en su mayor parte, online. La otra mitad (49%) cree que se llevará a cabo tanto online como presencial.
En el aprendizaje de idiomas extranjeros, la inteligencia artificial se pone de manifiesto, por ejemplo, a través de las plataformas didácticas en línea que utilizan tecnologías de inteligencia artificial para personalizar el proceso de enseñanza. Estas plataformas pueden adaptar el contenido y el ritmo de estudio y práctica para cada estudiante individual, lo que permite un enfoque más personalizado y efectivo para el aprendizaje de una lengua extranjera.
Además, los chatbots de inteligencia artificial también están siendo utilizados para ayudar a los estudiantes a practicar sus habilidades de conversación en un idioma extranjero. Estos chatbots pueden simular una conversación real y proporcionar comentarios en tiempo real, lo que ayuda a los estudiantes a mejorar su fluidez y confianza al hablar en el idioma que están aprendiendo.
No cabe duda de que la inteligencia artificial está teniendo un impacto significativo en la forma en que las personas aprenden otras lenguas. A través de tecnologías que permiten la traducción automática, la adaptación del proceso de enseñanza y aprendizaje, y el uso de los chatbots como mediadores de este proceso, los estudiantes pueden obtener una experiencia de aprendizaje más efectiva y “customizada”.
Lenguas extranjeras e Inteligencia Artificial
No obstante, a pesar de los muchos beneficios que la inteligencia artificial aporta al estudio de idiomas extranjeros, existen ciertas preocupaciones. Algunos críticos argumentan que el uso excesivo de la tecnología en este proceso puede desalentar a los estudiantes de aprender y practicar el idioma por sí mismos, lo que puede limitar su capacidad para comunicarse en situaciones del mundo real. Estas preocupaciones no hacen referencia solamente al contexto del uso de una lengua extranjera sino al de la comunicación como pilar del desarrollo social del individuo.
Por otro lado, si bien es verdad que Siri y Alexa nos han demostrado que es posible interactuar de manera verbal con la tecnología, esta interacción tiene sus límites dado que resulta ser meramente transaccional y no interaccional, pues estos asistentes sólo pueden dar respuestas pre-establecidas y no espontáneas, ni tampoco generar vínculos emotivos y afectivos a través del lenguaje.
Vale decir, la empatía, como la capacidad de comprender y compartir los sentimientos y perspectivas de otras personas, es una experiencia humana que se gesta en la interacción interpersonal. Por tanto, el contacto de humano a humano en toda situación de aprendizaje, que sin duda es un proceso de socialización, no puede reemplazarse por ninguna inteligencia que no sea la de Homo sapiens.
La interacción entre los humanos y los asistentes automáticos como Siri o Alexa nos propone desafíos teóricos, prácticos y filosóficos que no solo ponen de manifiesto la capacidad de comunicación a través del lenguaje entre el humano y la máquina, sino que también sacuden las bases de la propia condición humana. Sabiendo esto, ¿los argentinos estamos listos para el futuro que se avecina en el campo educativo?
