Cuando la Asociación del Transporte Automotor de Tucumán (AETAT) anunció que comenzaría a reducir un 25% los servicios de pasajeros, no llamó mucho la atención. Ahora llegó el segundo capítulo, fueron suspendidos 60 trabajadores de distintas líneas de colectivo.
El secretario general de UTA, César González, informó que alrededor de “50 a 60 conductores ya han recibido notificaciones de suspensiones que tendrán una duración de tres a cinco días”.
El gremio de choferes en respuesta a esta situación adelantó que este lunes presentarán las denuncias formales ante la Secretaría de Trabajo y el Ministerio de Trabajo de la Nación.
El tercer capítulo no se hará esperar, ya que desde el gremio de choferes anunciaron que esto los obligará a tomar medidas de fuerza y parar el servicio como forma de protestar.
Sin dudas, que si este conflicto sigue escalando algunos empleados de las empresas de colectivos podrían sufrir despidos o incluso alguna de las líneas se podría presentar en convocatoria ya que la crisis del transporte es real y el gobierno provincial y nacional no reparan en el daño que le están causando a los empresarios.
Imágenes de una crisis de un gobierno nacional que termina su mandato envuelto en una situación económica difícil a lo que se suma la falta de ejercicio del federalismo a la hora de distribuir los subsidios al transporte. Un hecho que pareciera que no tiene muchas consecuencias pero que en realidad trae aparejado situación complejas con daños perfectamente mensurables.
