El fuerte ajuste fiscal que planteó el ministro de Economía Luis Caputo estará apalancado, en mayor medida, por la suba de impuestos, antes que por el recorte de gastos, según estimaciones de la consultora Audemus, la firma del exministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas. En una línea similar, el think tank Suramericana Visión, de Martín Guzmán, advirtió que llegar a una mejora en los ingresos de 2,2% del PBI en medio de una fuerte recesión luce «muy optimista».
Equilibra, la firma de Diego Bossio y Martín Rapetti, agrega una lectura adicional a la de los dos exfuncionarios de la era Alberto: del ajuste del 5,2% del PBI propuesto, 4,7 puntos del recaen sobre el sector privado (las empresas y los ciudadanos) y, como mucho, 0,5% será sobre «la casta».
«El ajuste fiscal anunciado se basa más en el aumento de la presión impositiva que en la reducción de gastos», escribió Kulfas en X. La consultora que comenzó a armar cuando dejó el gobierno de Alberto Fernández, a mediados de 2022, proyectó que la presión fiscal aportará 2,8% del PBI al «reset» (Paolo Rocca dixit) y que la reducción de gastos será de 2,6% del PBI. Caputo estimó 2,9% de baja del gasto y 2,2 puntos porcentuales de suba de recaudación.
La consultora no tomó, para este ejercicio, la reversión de la eliminación del impuesto a las Ganancias a la cuarta categoría, porque estuvo vigente durante casi todo 2023 y volvería a estarlo en 2024. Caputo estimó que aportaría 0,4% del PBI y compensaría, en parte, el recorte de transferencias no automáticas a provincias.
Dudas sobre la recaudación
El exsecretario de Política Económica de Martín Guzmán, Fernando Morra, dijo que, con todo, el repunte de los ingresos por 2,2% del PBI que proyectó Economía es «súper optimista«. El economista de Suramericana recordó que «del lado de los recursos, muchas cosas deben pasar por el Congreso, como la reversión de Ganancias, la moratoria y el blanqueo, los cambios en Bienes Personales y las retenciones». Y que, además, la estimación oficial no contempla el impacto del ajuste en el nivel de actividad. «Una caída muy fuerte en el salario real afectará la recaudación por Aportes y contribuciones», ejemplificó.
Las consultoras, en general, coinciden en que los impuestos a las importaciones y a las exportaciones apuntalarán las cuentas en lo inmediato. Eco Go, por ejemplo, «la pata fiscal de la devaluación» aportarían 1,3% del Producto. «Desde el lado de los ingresos, la propuesta fiscal parece accesible y fácil de lograr en el corto plazo» escribió la firma que dirigen Marina Dal Poggetto y Sebastián Menescaldi.
Límites al ajuste de gastos
El recorte de gastos luce desafiante. Para Eco Go, ajustar, en términos de PBI, 0,4% de las jubilaciones, 0,7% los subsidios y 0,4% de programas sociales será complejo tanto desde la implementación como por la conflictividad social que acarreará.
«Bajar el gasto 3 puntos del PBI es un montón», dijo Morra. Una de las incógnitas radica en el recorte de 0,5 puntos en «gastos de funcionamiento. «Si es una baja de cargos, como ministerios, no llegan. Si es baja de salarios, puede ser», agregó.
Para Equilibra, esos «gastos de funcionamiento» representan «la casta». «El ajuste fiscal caerá centralmente sobre el sector privado y solo una porción menor sobre la casta: sólo 0,5% del PIB», indicó en un reporte. «Es decir, menos del 10% del ajuste lo paga la «casta» y el resto, el sector privado», agregó.
Audemus, la firma de Kulfas, sostuvo que no está claro si el paquete de anuncios es la primera etapa de un plan de estabilización que alinee las variables. «La ausencia de una política de ingresos abre la puerta a una dinámica descoordinada de precios y salarios, siendo este uno de los riesgos principales en esta instancia», indicó en un reporte al que accedió El Cronista.
«La acumulación de reservas va a ser lenta si sólo proviene del flujo comercial y si esto dilata la instrumentación de la etapa de estabilización, las inconsistencias se irán acumulando socavando las correcciones de precios relativos que se hayan podido conseguir. En este escenario, de la mano de la pérdida de credibilidad y el impacto recesivo, la resistencia política y social irá en aumento», advirtió Kulfas.