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El gasto público cayó en 2023

El déficit primario se redujo en 0,4 puntos del PBI en 2023 porque los gastos cayeron más que los ingresos, pero el resultado fiscal, de 3,2% del PBI quedó lejos de la meta acordada con el FMI, del 1,9% del Producto, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).

El recorte de los gastos estuvo centrado en jubilaciones y pensiones (la partida presupuestaria más pesada), asignaciones familiares y AUH y subsidios energéticos. Estas líneas presupuestarias decrecieron en términos reales. 

También cayó la ejecución de obra pública, algo llamativo en un año electoral. En cambio, los salarios aumentaron 8,5% por encima de la inflación y los subsidios al transporte ganaron participación.

Según la OPC, los ingresos cayeron 0,7% del PBI en 2023, por impacto de la sequía y su efecto en los derechos de exportación y otros tributos. La recaudación cayó 11% anual, descontada la inflación, o 1% del PBI. Hubo ingresos extraordinarios que compensaron parcialmente la menor entrada de impuestos, como los pagos de empresas de telecomunicaciones por la licitación de 5G y las rentas del FGS.

El ajuste del 2023

Con ese panorama, la administración central ajustó el gasto, aunque siempre lejos de las metas contenidas en el acuerdo con el FMI. Los gastos cayeron 7,1% real, o 0,4 del Producto.

Los recortes más importantes se centraron en las jubilaciones y pensiones (-6,1% anual). Según la OPC, las jubilaciones hubieran caído 12,4% real si no se hubieran entregado bonos a los haberes mínimos y medios. Las asignaciones familiares cayeron 31,1% real desde el cierre de 2022. En conjunto, las prestaciones sociales cayeron 8% real o 0,7 puntos del PBI.

Las prestaciones sociales cerraron 2023 en un nivel inferior al de 2019, según la OPC.

Las prestaciones sociales cayeron durante la presidencia de Alberto Fernández. En 2019, el gasto previsional representaba el 8,7% del PBI, pero su participación bajó a 7,6% del Producto en cuatro años, según la OPC.

El gasto en subsidios cayó 18,4% en términos reales y representó 2,2% del PBI. Los recursos que se destinaron a energía cayeron 26,5% anual, pero los envíos a AYSA y a subsidiar el transporte aumentaron. Los pagos para pisar tarifas del transporte público crecieron 4,2% real en 2023. 

A pesar de que retrocedieron con fuerza en el último año, las partidas destinadas a subsidios económicos fueron las que más crecieron durante la gestión de Alberto Fernández: en cuatro años, se incrementaron 48,9% real. Los subsidios energéticos equivalían al 1,1% del PBI en 2019 y su peso aumentó hasta el 1,4% del Producto.

Los subsidios crecieron casi 50% real durante la gestión de Alberto Fernández.

Provincias

Las transferencias corrientes a las provincias -uno de los campos favoritos del presidente Javier Milei para recortar el gasto de manera agresiva- aumentaron en 2023 8,1% por encima de la inflación, e interrumpieron una curva descendente desde 2020, año en el que -en medio de la pandemia- alcanzó el pico máximo de los últimos años.

Las transferencias a universidades se expandieron 6,2% anual real, principalmente por el pago de salarios. «La última pauta acordada para el ejercicio 2023 contempla un incremento del 6,0% en diciembre sobre los salarios de noviembre», indicó la OPC.

Los gastos de capital cayeron en términos reales un 12,9% anual y representaron el 1,4% del PBI. Si bien el pico de ejecución se dio entre 2021 (llegó a significar el 2,6% del PBI) y 2022, las obras ganaron 0,1% de participación en el Producto en los cuatro años de gobierno de Fernández.

Los gastos en obra pública retrocedieron contra 2022.

El gasto total representó en 2023 un 20,2% del PBI, lo que significó un nivel más bajo, en términos de Producto, que en 2019, cuando equivalía al 22,1%. Durante la gestión Fernández, el gasto ganó peso en el 2020 del Covid-19 y las erogaciones extraordinarias -y una fuerte recesión- y luego cayó de manera sostenida.

Al comparar con el último año de Mauricio Macri, los salarios públicos ganaron peso: significaban 2,1% del PBI y subieron hasta el 2,3%. En cambio, el pago de intereses de deuda bajó desde el 4,1% al 1,8% del PBI.

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