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Según Luis Caputo la Ley Ómnibus no salió por culpa de los «curros» y los «kioscos»

El ministro de Economía, Luis Caputo, arremetió contra lo que describió como «curros» y «kioscos» como responsables de haber obstaculizado la aprobación de la Ley ómnibus en el Congreso. Esta norma, que tenía como objetivo abordar múltiples aspectos económicos y sociales, enfrentó un bloqueo por parte de gobernadores y legisladores afines a estos, según las palabras del titular del Palacio de Hacienda del gobierno de Javier Milei.

Caputo no escatimó en críticas, atribuyendo el fracaso de la ley a intereses corruptos que operan en distintos niveles de la administración pública. «Todo es un curro en este país, vamos a ser claros«, declaró, en una entrevista con La Nación +, sugiriendo que la corrupción permea tanto en el ámbito empresarial como en el político. Afirmó que la Ley Ómnibus tenía como objetivo combatir estas prácticas, aunque lamentablemente no logró superar los obstáculos.

El ministro también señaló la falta de habilidad negociadora por parte de las provincias, quienes subestimaron su verdadero poder en las discusiones sobre el presupuesto. Según Caputo, algunos gobernadores asumieron que el gobierno central no podría cumplir con sus compromisos fiscales sin la aprobación de la Ley ómnibus. Sin embargo, el ministro aseguró tener un plan alternativo para alcanzar el equilibrio fiscal, incluso sin esta norma.

«Las provincias hicieron una mala evaluación de su poder de negociación», afirmó Caputo. «Pensaban que tenían mucho más poder del que realmente tenían».

Caputo comenzó desglosando los ajustes que el gobierno está realizando en el contexto del fracaso de la Ley Ómnibus. Explicó que, aunque se retiró una disposición que contemplaba un déficit del 1.4%, ya se han logrado reducciones en el déficit primario y financiero. Esto se debe, en parte, a un aumento en el Producto Interno Bruto (PIB) que superó las expectativas, contrarrestando parcialmente la necesidad de ingresos adicionales.

El ministro también abordó el tema del impuesto a los combustibles, que se espera compense parte del déficit presupuestario. Sin embargo, señaló que aún queda un 0.7% por compensar y afirmó que están evaluando meticulosamente cada partida presupuestaria para lograrlo. Subrayó la necesidad de una mayor rigurosidad en el control del gasto, desde los ministerios hasta las transferencias a las provincias y la inversión en obras públicas.

En cuanto al déficit fiscal, Caputo destacó que el gobierno está enfocando sus esfuerzos en alcanzar un equilibrio financiero. Sorprendentemente, reveló que en enero ya se ha logrado este objetivo, incluso sin la aprobación de la Ley Ómnibus. Explicó que el déficit se puede medir de dos formas: primario, antes del pago de intereses de la deuda, y financiero, una vez que se han utilizado los fondos para tales pagos. Afirmó que el gobierno está mirando hacia el déficit financiero debido a la falta de credibilidad en el país, asegurando que están cumpliendo con las metas establecidas.

En cuanto a la inflación, Caputo admitió que sigue siendo un desafío significativo. Atribuyó la alta tasa de inflación a la sobreimpresión de pesos en la economía, así como al levantamiento de los controles de precios en varios sectores. Sin embargo, destacó que se observa una desaceleración en la inflación, atribuyéndola a varios factores, incluyendo la reducción en la emisión de dinero por parte del Banco Central y la creciente conciencia de los consumidores sobre los precios.

El Ministro también abordó las críticas sobre el impacto de las medidas de austeridad en los jubilados, refutando la idea de que el gobierno esté «licuando» sus ingresos. Argumentó que el problema de la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados viene desde administraciones anteriores y que el gobierno actual está trabajando en una nueva fórmula para ajustar sus ingresos de manera más justa.

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