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La lengua de señas podría ser una materia obligatoria en Santa Fe

Muchas veces, una persona tiene que vivir algo en carne propia para llevar adelante un proyecto que tenía en mente. Algo que motorice la idea. Eso fue lo que le sucedió a Juan Pablo Fabrissín, un comunicador que decidió presentar una propuesta para que la lengua de señas sea materia obligatoria en escuelas primarias de Santa Fe luego de que su esposa estuviera a punto de quedarse sorda.

“Siempre rondó en mi cabeza algo que pudiera ayudar en lo social, pero me faltaba esa motivación final para sentarme a escribirme. Creo que las situaciones personales vividas fueron el corolario de que algo debía hacer, y qué mejor que ayudando a otras personas”, dijo el hombre.

Si bien la presentación la realizó en Reconquista, el objetivo es que realice una prueba en tres escuelas de las regiones Norte, Centro y Sur de la provincia para que luego se pueda replicar en más instituciones. Incluso, sueña con que se expanda por todo el país ya que en la Argentina hay 9,1% de personas que tiene una deficiencia sensorial auditiva,según los datos del Registro Nacional de Personas con Discapacidad publicados en noviembre de 2023.

En ese sentido, el objeto es “incluir a todos aquellos ciudadanos que el sistema ha dejado afuera y revertir una situación que sólo requiere voluntad para dar una clara señal de que todos somos iguales”.

El año bisagra para Juan Pablo fue el 2016, momento en el que una cuestión familiar lo llevó a replantearse muchas cosas. Gisela, su esposa, sufrió de manera sorpresiva hipoacusia súbita en el oído izquierdo.

“Fue realmente muy duro y angustiante para la familia atravesar ese momento. Hubo un montón de hábitos que cambiaron en nuestra vida diaria, pero lo que más me ‘aterró’ fue el hecho de pensar que si ella quedaba completamente sorda no podría comunicarse plenamente con nuestros hijos Francisco y Sofía”, expresó. Actualmente, la mujer tiene una discapacidad auditiva parcial.

Pocos días después de que apareciera la hipoacusia en su vida, vivió una situación en su inmobiliaria que tomó como otra señal del destino: “Ingresó una joven sordomuda para consultar por alquileres disponibles y fue muy frustrante no entender completamente lo que necesitaba. Finalmente, la chica optó por irse sin poder comunicarse con nosotros. Eso fue como un golpe de realidad”.

Juan Pablo junto a su esposa y sus hijos, que motorizaron el proyecto. (Foto: Juan Pablo Fabrissín)
Juan Pablo junto a su esposa y sus hijos, que motorizaron el proyecto

Tras esas dos secuencias, un clic interno se activó y pensó que era fundamental implementar en la curricula escolar primaria la enseñanza de lengua de señas: “Son estas situaciones las que nos marcan y nos dan a entender que muchas veces no somos muy inclusivos en la vida”.

Ese mismo año escribió un proyecto y lo presentó por primera vez ante el Ministerio de Educación santafecino, pero no prosperó. “Este año me decidí a luchar con mucha fuerza, estoy convencido de que esta vez hay más posibilidades de tener éxito”, señaló.

Aunque se arrepiente de no haber insistido antes, manifestó: “Si hay algo de lo que sí estoy seguro es que si tenés alguna idea hay que decirla, socializarla, no quedarse con las ganas”.

Qué dice el proyecto y cuáles son los fundamentos

El proyecto propone “incorporar la enseñanza de la lengua de señas en tres escuelas primarias del sistema educativo nacional en sus distintas modalidades de las siguientes regiones de Santa Fe: Sur, Centro y Norte”.

En los artículos 2 y 3 indica que será el Ministerio de Educación provincial el que prepare los lineamientos curriculares correspondientes a esta propuesta, además de hacerse cargo de las horas necesarias para el dictado de las clases.

Dentro del planteo, explica que “la lengua de señas argentinas (LSA) es el sistema viso gestual que utiliza la comunidad sorda de manera natural para comunicarse (a través del cuerpo, del espacio, gestos, miradas, mímicas, etc.)”.

Y remarca: “Gracias a ella, las personas sordas pueden establecer un canal de comunicación con su entorno social, ya sea conformado por otros individuos sordos o por cualquier persona que conozca la lengua de señas empleada. Mientras que en el lenguaje oral la comunicación que se establece es mediante el canal auditivo-verbal, el lenguaje de señas lo hace por un canal gesto-viso-espacial. La LSA debe ser entendida, abordada y respetada como una lengua más que aprender”.

“Introducir la LSA como materia dentro del diseño curricular de educación básica, es vital para dar un paso más hacia una inclusión, respetando la diversidad lingüística y social propia de las personas que padecen sordera”, agrega.

Hay una realidad y es que en los últimos años bajó el nivel educativo a nivel nacional, lo que condiciona y complica en cierto punto la posibilidad de sumar carga horaria a una educación que viene en decadencia: “La idea de implementarla se basa principalmente en la inclusión real de las personas que sufren de esta discapacidad. Estoy seguro de que en 10 o 15 años lograremos tener personal en cargos públicos y privados con el bagaje cultural y lingüístico suficiente para que las personas sordas se sientan realmente incluidas”.

El proyecto busca que las escuelas primarias santafesinas enseñen lengua de señas. (Foto: Adobe Stock)

Asimismo, admite: “Todo el proyecto es perfectible, se podrán realizar talleres de forma didáctica, amigable para los niños, con la carga horaria que el cuerpo docente crea conveniente. Estamos hablando de una política pública educativa y no sólo de una materia más”.

Hay algunos antecedentes, como en Córdoba y Río Negro, que en los últimos años aprobaron proyectos similares: “Quizás la implementación en Santa Fe no sea en el corto plazo, pero hay que empezar en algún momento”, cerró esperanzado.

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