A72 horas del ataque a balazos contra dos micros que trasladaban a cerca de 100 efectivos del Servicio Penitenciario de Santa Fe, se llevó adelante una segunda requisa sorpresiva en pabellones del penal de Piñero donde están alojados varios de los presos de “alto perfil” vinculados a las principales bandas narcos de Rosario.
El sorpresivo procedimiento, que estuvo a cargo de los Grupos Tácticos Especiales, tuvo por objetivo seguir reforzando el control y la seguridad en el sistema carcelario de la provincia y se concentró en los pabellones del 7 al 9, que es donde están aquellos internos vinculados a las bandas narcocriminales y fue encabezado por la secretaria de Asuntos Penales, Lucía Masneri Calderari.
Esta es la segunda incursión de los efectivos desde el sábado donde, también fueron requisados otros cuatro pabellones, entre el 25 al 29. “Estos operativos se realizan de manera aleatoria en todas las unidades, sin horarios ni días definidos. El objetivo es ajustar el control formando un segundo anillo de inspección sobre los presos considerados de alto perfil. Estos son aquellos internos que están sospechados o sindicados de ordenar delitos desde las cárceles”, detallaron desde el Ministerio de Seguridad de Santa Fe.
Las fuentes oficiales explicaron que desde que inició la actual gestión, el 10 de diciembre pasado, se sacaron 1200 presos de comisarías y se alojaron en el Servicio Penitenciario. Se reacomodaron a los reclusos de alto perfil en pabellones de mayor seguridad y se les restringió la visita. En algunos casos, los más peligrosos, reciben a sus familiares con un blindex de por medio y de a dos personas por vez.
“Estos movimientos permitieron no solo ajustar los controles, sino también aumentar el personal policial en calle, ya que los efectivos que estaban cuidando detenidos en las seccionales, pudieron volver al patrullaje”, informaron en un comunicado.
Desde que el gobierno de Maximiliano Pullaro comenzó una política para generar mayores restricciones en los pabellones de alto perfil de los internos de Piñero y Coronda, comenzaron a sucederse ataques y amenazas contra el gobernador. Cada sector criminal cree que favorecen a su rival. Las autoridades señalan que las medidas son iguales para todos.
El sábado, cerca del mediodía, dos ómnibus de la empresa Laguna Paiva, que trasladan de manera frecuente a los guardiacárceles del penal de Piñero a la ciudad de Santa Fe, de donde son oriundos la mayoría, fue atacado a balazos en avenida Circunvalación, al norte de Rosario.
Según fuentes del Ministerio de Seguridad, dos hombres que se trasladaban en un auto realizaron nueve disparos contra uno de los colectivos, que le provocaron heridas en la cabeza a un agente, que está fuera de peligro, porque solo se trató del roce de un proyectil 9 mm.
La del sábado no fue la primera vez que se realiza una emboscada contra un colectivo del Servicio Penitenciario, pero esa vez fue diferente porque dentro de la unidad no había ningún preso al que buscaran atacar o rescatar, sino un grupo de casi 100 guardiacárceles que retornaban a sus casas después de estar 72 horas de guardia.
Este hecho generó preocupación en el Ministerio de Seguridad, porque luego de que realizaran los peritajes en torno a los dos colectivos los agentes encontraron un mensaje que habrían tirado los atacantes, y que tiene que ver con los “presos de alto perfil” del penal de Piñero, donde están alojados las segundas y terceras líneas de las bandas más importantes. El cartel era de papel blanco y el mensaje estaba escrito con letras enormes en color fluo naranja.
El titular de la UR II de Policía de Rosario, Daniel Acosta, relató que “alrededor de las 11 dos micros de la empresa Laguna Paiva que trasladaban personal del Servicio penitenciario -habían salido de la cárcel de Piñero y tenían como destino la ciudad de Santa Fe– fueron alcanzados por un vehículo que se puso a la par, pasando calle Baigorria, y desde donde se efectúan disparos contra una de las unidades”.
Acosta dijo que los atacantes “huyeron del lugar, el colectivo se estacionó y allí se comprobó que un efectivo presentaba el roce de una bala que le dejó un surco en el cuero cabelludo, sobre la nuca”.
También el titular de la UR II dijo que se había reforzado la zona “con otras unidades para saturar la zona” y que se convocó a la Policía de Seguridad Vial y a personal de la UR XVII de San Lorenzo con el objetivo de “dar con los autores del hecho”.