A siete años de la primera convocatoria masiva por el 8M en la Argentina, una movilización que sirvió para hacer visible la brecha salarial, entre otras desigualdades de género, distintos estudios reflejan cierta mejora, aunque -todavía-, en promedio, las mujeres deben cumplir 91 días más por año para alcanzar el mismo ingreso que los hombres.
En Argentina, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) de 2023, la brecha salarial de género es del 25%. «No es que a propósito se le paga distinto a los hombres y a las mujeres por el mismo trabajo, sino que hay causas estructurales de la economía y la sociedad que lo explican» señaló Carolina Villanueva, co fundadora y directora de Grow Género y Trabajo.
«Por ejemplo -explicó-, que las mujeres se dedican al cuidado de los hijos y las hijas y tienen menos tiempo para el trabajo productivo; se concentran en las industrias peor remuneradas como la educación y la salud; o que están sobrerepresentadas en trabajos más informales, como el de casas particulares, y que ganan menos dinero a menor nivel educativo que sus pares varones».
Según un informe de la Fundación Friedrich-Ebert-Stiftung (FES) en Argentina las mujeres siguen teniendo salarios promedio más bajos que los varones en todas las ramas de actividad, aún donde son mayoría.
En efecto, en la rama de Salud, las mujeres representan un 74% del empleo y en promedio cobran remuneraciones mensuales 25% inferiores a la de los varones. En tanto, en la rama de Enseñanza donde las mujeres representan un 73% de la ocupación asalariada, la brecha de género desfavorece a las mujeres y alcanza un valor del 9%.
En sectores más masculinizados, como por ejemplo la Industria y Transporte el empleo femenino representa 26% y 10%, respectivamente. Si bien las mujeres tienen salarios promedios más bajos, las brecha son de menor magnitud: 17% (Industria) y 8% (Transporte).
Pese a los datos que confirman la desigualdad, un estudio de opinión pública de Voices! Precisó que el 42% de los argentinos cree que las mujeres y los hombres ganan lo mismo mientras que el 35% señala que las mujeres ganan menos.
Menos brecha, más participación
El estudio sobre las brechas laborales y salariales que elaboraron Nora Goren y David Trajtemberg para FES durante el período 2018-2022, reflejó que la diferencia de ingreso se redujo en casi todos los convenios colectivos estudiados a diferencia de lo que sucedió con la brecha de empleo, que no registró una mejora generalizada en el mismo período.
La mejora salarial se detectó entre personal dentro de los convenios colectivos de trabajo de Comercio, Entidades deportivas y sociales, Maestranza, Comidas Rápidas, Industria Textil, Hoteles de turismo y Laboratorios, que, a diferencia de lo que sucedió con la brecha de empleo, no registró una mejora generalizada entre 2018-2022.
Los dos sectores donde más se redujo la diferencia de salario fueron los de Comidas rápidas (5 p.p.) y Hoteles de turismo (7 p.p.). También en estas actividades aumentó la participación femenina en el empleo, destacaron.
La brecha salarial registró una evolución dispar entre 2018 y 2022. En los dos primeros años se redujo, pasando de niveles de 25% en los primeros trimestres de 2018 a poco menos del 20% en el cuarto trimestre de 2020.
A la salida de la pandemia, aumentó la diferencia porcentual del salario promedio de varones y mujeres y llegó a alcanzar 28% en el segundo trimestre de 2022. En los dos últimos trimestres de 2022, se redujo la desigualdad de ingresos laborales hasta alcanzar valores cercanos al 21%, ubicándose de esta manera en uno de los niveles más bajos del período.
Entre las principales variaciones positivas, detectaron que en Comercio las mujeres percibían una remuneración 16% inferior a la de los varones en 2018, que se redujo al 12% en 2022, mientras que en Hoteles de turismo la brecha disminuyó de 25% a 18% en el mismo lapso.
Aunque en todos los sectores las mujeres cobran en promedio una menor remuneración que los varones, la única excepción se dio en la rama de la construcción, aun así, la participación femenina apenas alcanza al 4% de la dotación.
Responsabilidad compartida
Dentro de las empresas o de las organizaciones las mujeres suelen tener puestos de trabajo menos valorizados y peor remunerados, señalaron desde el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) y mencionaron áreas administrativas, asistenciales, de servicios; además ocupan menos que los varones los puestos jerárquicos y de decisión (4,7% mujeres vs 8% varones), que son los mejores remunerados.
En este sentido, reflexionaron sobre el uso del tiempo. Mientras las mujeres dedican en promedio 6.31 horas diarias a realizar tareas domésticas y de cuidados no remuneradas, que son indispensables para la vida humana – hacer compras, cocinar, limpiar la casa, cuidar a los hijos, asistir a personas mayores o personas con discapacidad, acompañar en tareas escolares, llevar a citas médicas- los varones ocupan la mitad, 3.40 hs.
Por eso, la participación de las mujeres en el mercado de trabajo cae 10 puntos cuando tienen 1 hijo menor de 6 años y 15 puntos cuando tienen 2 o más hijos/as (INDEC, EPH 3er trimestre 2023).
Políticas públicas y privadas
Al observar las cláusulas de los convenios laborales que alcanzaron mejores resultados, Goren y Trajtemberg detectaron que, con mayor frecuencia establecen premios por antigüedad y presentismo y/o puntualidad.
Asimismo, indicaron que predominaron los convenios y acuerdos colectivos con pautas sobre Licencias/permisos, Jardines maternales y reintegros por gastos de guardería, y en menor medida estuvieron presentes los temas de flexibilidad horaria.
Asimismo, los investigadores destacaron que estuvieron ausentes las cláusulas relacionadas con la regulación de los lactarios en los puestos de trabajo y con las acciones vinculadas con el cambio cultural.
En síntesis, además de destacar las «variaciones interesantes» que reflejan una «complejidad explicativa» los analistas apuntaron a la «centralidad» de los convenios colectivos de trabajo como posibles formas de incidir y modificar las desigualdades.
En relación al rol del Estado, Villanueva destacó las medidas que apuntan a reducir esta brecha: políticas de promoción de mujeres y diversidades en sectores estratégicos de la economía y en cargos jerárquicos en distintos tipos de organizaciones.
Además, valoró acciones destinadas a aliviar la carga de cuidado de las mujeres como el proyecto de ley «cuidar en igualdad» (decreto 144/2022) que establece que las empresas con 100 o más personas empleadas deben contar con espacios de cuidado para infancias, entre otros.
Aun así, desde Grow también señalaron como «fundamental» el espacio que ocupan las organizaciones empleadoras para revertir la situación.