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 China y los países ricos copan el negocio de las energías renovables y los autos eléctricos

El despegue de las energías limpias alcanzó una dimensión desconocida en 2023, con la solar y la eólica acelerando el paso y alcanzando una potencia conjunta de más de 530 gigavatios (GW), el cuádruple de la capacidad total del sistema eléctrico español. Las ventas de autos eléctricos también crecieron con fuerza: un 35% interanual, añadiendo 14 millones de nuevos vehículos a pilas a las carreteras.

La brecha geográfica en la transición energética, en cambio, es cada vez más evidente: el año pasado, China y los países ricos —que suman, conjuntamente, poco más de la tercera parte de la población global— concentraron el 90% de la nueva capacidad renovable y más del 95% de las matriculaciones de autos eléctricos. “El crecimiento de la energía limpia está demasiado concentrado en las economías avanzadas y China, mientras que el resto del mundo siguió muy rezagado”, alertan este viernes los técnicos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), dependiente de la OCDE.

El caso de la solar es especialmente paradigmático. La nueva capacidad creció un 80% en todo el mundo, hasta cerrar el año por encima de los 420 GW. Es 16 veces la potencia instalada en España. La concentración geográfica, sin embargo, fue muy significativa: el gigante asiático sumó más del 60% del total mundial, más que nunca en toda la serie histórica. “El estallido de la fotovoltaica fue gracias a China”, resume la AIE. En 2023, el coste de los módulos fotovoltaicos —en su mayoría, fabricados en el país asiático— cayó a la mitad respecto a un año antes.

En la Unión Europea, la capacidad solar aumentó casi un 30%, con 52 nuevos gigavatios instalados, mientras que en Estados Unidos el crecimiento rondó el 50% gracias al potente esquema de incentivos federales. La contracara es la India, el país más poblado del mundo y mejor exponente del bloque en desarrollo, que cerró 2023 con solo 12 nuevos gigas, un tercio menos que en los doce meses anteriores.

El Primer Mundo y China también concentran la mayorías de las inversiones en energía eólica

Algo similar se puede decir del viento, que registró un aumento de casi el 60% a escala global. De esa cifra, casi las dos terceras partes correspondieron a China, que duplicó su ritmo de crecimiento respecto a 2022. En Europa, en cambio, el aumento fue de solo el 10%, con los proyectos terrestres echando el freno. Y en EE UU incluso se registró una contracción del 10% respecto a 2022. Aun así, la nueva potencia conectada a la red en el gigante norteamericano fue notablemente superior a la del mundo en desarrollo, donde su peso en el mix sigue siendo escaso.

Con todo, si un sector sintetiza particularmente bien el abismo entre el ritmo de la transición energética ese es el del coche eléctrico. Aunque su crecimiento global es muy significativo —en 2023, las ventas de estos vehículos sextuplicaron con creces los niveles de 2019, el año antes de la pandemia, con una tasa de crecimiento anual del 60% en el periodo—, un nombre sobresale por encima del resto: China. En ese país, el segundo más poblado del mundo y donde uno de cada tres nuevos autos ya van se mueven con baterías, las ventas alcanzaron los ocho millones de unidades. Seis de cada diez eléctricos vendidos a escala global se matriculan allí. Todo a pesar del fin de varias ayudas oficiales el año pasado.

El segundo mayor mercado global del auto eléctrico es el europeo, donde se vendieron 2,4 millones de unidades el año pasado —un quinto más— y su cuota de mercado ya ronda el 25%. Le sigue EE UU, donde se comercializaron 1,4 millones, un 40% más. En el lado opuesto, de nuevo, figuran los países en desarrollo: en la India, pese a crecer a un ritmo del 70% anual, los eléctricos siguen siendo una parte “muy pequeña” del total. Más rápida está siendo, tanto allí como en el resto de economías en desarrollo, la adopción de los vehículos de dos y tres ruedas. “El progreso en la movilidad eléctrica va más allá de los autos. Particularmente en el mundo emergente, donde también están aumentando los autobuses [a pilas]”, apuntan los técnicos de la AIE.

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